Secciones

Los profesionales que prefirieron escoger el camino de la docencia

VOCACIÓN. Pese a que no tienen especialización en el área de la pedagogía, dos ingenieros y un futuro abogado, explican su decisión de dejar de lado sus carreras por enseñarle materias a jóvenes y adultos. A nivel nacional existen 3 mil profesionales en la educación media que ejercen esta misma condición, según datos entregados por la Fundación Enseña Chile.
E-mail Compartir

Leonardo Yevenes

P ese a que sólo le restan un par de meses para titularse de abogado, Francisco Cerón ostenta el grado de licenciado en Ciencias Jurídicas, con el cual este osornino de 26 años decidió por el momento dedicarse a la docencia, enfocado en la enseñanza media; actividad que le trae profundas satisfacciones en lo personal, pero de la que sabe que algún día deberá abandonar para continuar con su futura carrera.

En nuestro país, según estadísticas que posee Enseña Chile, una organización sin fines de lucro relacionada a docentes, son 3 mil los profesionales de distintas áreas (de un total de 180 mil docentes de enseñanza media), que han elegido dedicarse a la docencia, pese a que en sus currículum poseen títulos de ingenieros, biólogos u otras profesiones. Aquí la historia de tres de ellos.

Clases y tiempo

Cuando faltan pocos minutos para que sean las 14 horas, Fernando García, un ingeniero civil electrónico titulado en la Universidad Austral, llega apurado al departamento en el que vive junto a su pareja, en el sector Las Quemas.

Actualmente está dedicado por completo a la docencia y casi no tiene tiempo que perder pues a las 15 horas entra a hacer clases al Colegio San Mateo. Por ello apenas llega a su hogar se prepara unos filetes de pollo de almuerzo.

Además de ser ingeniero, Fernando posee un postítulo en Gestión Pedagógica en Educación Superior, lo que le ha permitido estar enfocado en la enseñanza. Por lo mismo, desde que se encontraba estudiando en la universidad se dedicó a trabajar en ayudantías.

Luego, cuando egresó, participó en un proyecto de integración escolar en varios colegios de Valdivia, lo que le entregó más experiencia.

Claro que cuando debió volver a Osorno a fines de 2013 la situación cambió, ya que no tenía proyectos de trabajo en el área de la enseñanza. Pese a ello, la fortuna le sonrió y pudo comenzar a trabajar en un preuniversitario como profesor de Física y Matemáticas.

Como no era suficiente para él, pudo comenzar a impartir clases en el San Mateo, donde a medida que pasa el tiempo, ha podido ir adquiriendo una mayor cantidad de horas, primero como un reemplazo y luego como profesor estable en Matemáticas y Física, donde suma 18 horas semanales.

En cuanto a la experiencia como docente, Fernando explica que cada uno debe hacer lo que más le gusta, a pesar de la profesión que haya elegido. Pese a ello tiene claro que no podrá mantener por tantos años el actual ritmo que lleva como docente, ya que de tener familia en el futuro, tendría que reducir el número de horas, ya que además del San Mateo, también tiene clases en Inacap y de forma particular.

Eso sí, uno de los puntos que más le agrada de ejercer como profesor, además de la conexión que tiene con sus alumnos, es el de poder contar con cerca de tres meses de vacaciones en el año -que no son pagados-, pero que aún así le permiten realizar proyectos particulares que en otro trabajo no podría.

Dos caminos

A pesar de haberse titulado de Licenciado en Ciencias Jurídicas de la Universidad Alberto Hurtado el año pasado, Francisco Cerón está enfocado por el momento en su trabajo como profesor de educación media en el Liceo Carmela Carvajal -jornada nocturna-, donde dicta los ramos de Inserción Laboral y Consumo y Calidad de Vida.

Sus ramos, explica, están enfocados a una malla de alumnos que es distinta a la que puede verse en la jornada diurna, ya que tiene estudiantes que van desde los 17 a los 75 años, por lo que dice debe lidiar con muchos intereses diferentes a la vez en una misma clase.

"Hay muchos de mis alumnos que quieren seguir en la educación superior, pero también llegan personas que sólo quieren demostrarse a sí mismos que pueden alcanzar una meta", detalla.

La docencia para Francisco comenzó en Santiago mientras estudiaba y en paralelo realizaba clases en campamentos en donde dictaba reforzamiento a niños en diferentes materias, empezando a gustarle el tema de la enseñanza y el rol social que ésta cumple.

Con conocimientos más profundos en el tema jurídico, Francisco comenzó a realizar clases en otras instituciones hasta el momento en que decidió volver a Osorno, donde comenzó a trabajar en el Liceo Carmela Carvajal, donde tiene la oportunidad de entregar conocimientos sobre temas jurídicos, de la constitución o de educación cívica y "donde no faltan los estudiantes que luego de clases me solicitan consejos de abogado".

Cuando le falta poco para jurar, Francisco sabe que tendrá que elegir entre seguir enseñando o dedicarse a su profesión, lo que genera conflictos, sobre todo en el plano económico.

"Creo que deberé ejercer como abogado, pero confieso que me gustaría seguir teniendo espacios para continuar con la enseñanza, que es algo que me apasiona", reflexiona.

Elección

Pese a que tuvo una oferta de trabajo donde en un comienzo iba a ganar $800 mil mensuales -cifra que se iba a ir incrementando con el tiempo-, el ingeniero Sebastián Álvarez desistió de esta oportunidad, pues prefirió seguir luchando por un cupo como docente en una escuelita rural de Río Bueno.

Este ingeniero civil industrial de 27 años tiene marcado a fuego el tema de la enseñanza y por ello su enfoque apunta a ese propósito, más que seguir la profesión que adquirió en la Universidad San Sebastián.

Su primer acercamiento fue con ayudantías y clases particulares, Luego continuó su labor como profesor en preuniversitarios, aunque su enfoque va más hacia la enseñanza media, lugar en donde por su profesión puede ejercer como docente, no así en la enseñanza básica, por lo que su anhelo de dictar clases en una escuela rural finalmente fue descartada.

Pese a que en el último tiempo se le presentaron dos opciones laborales como ingeniero, Sebastián está empeñado en hacer lo que más le gusta y sigue buscando insertarse en un liceo para entregar sus conocimientos.

Escasez

Si bien en el Departamento de Educación Municipal (Daem) de Osorno no existe un listado de aquellos profesionales que sin ser pedagogos ejercen la docencia, Karen Vera, directora de la institución, señala que contratar profesionales que no son docentes -pero que trabajan con permiso para ejercer dicha labor- se ha dado especialmente en las asignaturas de Matemáticas, Biología o Química, especialmente por parte de ingenieros.

"Estas son áreas más complicadas y por lo general hay pocos docentes que las impartan. Además, permite contar con la experticia de un profesional de las ciencias", dijo.

La titular del Departamento Provincial de Educación (Deprov) y ex presidenta del Colegio de Profesores de Osorno, Eliana Theil, señala que debido a la Ley General de Educación, existen casos en que cuando los establecimientos de enseñanza media no pueden encontrar docentes para dictar materias específicas (Química y Física, especialmente), se permite que profesionales de carreras afines, puedan dictar clases.

"Eso debe pasar primero por una autorización que entrega el Departamento Provincial de Educación, para quienes que no son docentes, puedan hacer clases. Eso sí, deben tener al menos ocho meses de cursada la educación superior", expresó.

En tanto Javiera Horta, directora nacional de regiones de Enseña Chile (institución asociada a los docente y sin fines de lucro), explica que para que una persona pueda dictar clases debe poseer un título profesional, una licenciatura y una carrera afín a la materia que se pretende enseñar.

"Tengo alumnos que quieren seguir en la educación superior y otros que quieren terminar la media, sólo por orgullo".

Francisco Cerón, Futuro abogado

Enseñanza

Los profesionales de otras áreas eligen la docencia primeramente por la vocación que presentan.

Otro de los factores que inciden en la realización de clases, se basa en la experiencia que transmite trabajar junto a tantas personas.

18 horas ejerce el ingeniero Francisco García en el Colegio San Mateo. A ello le suma las clases que imparte en educación superior, más las particulares en su tiempo libre.

800 mil pesos Fue la oferta que recibió el ingeniero civil industrial Sebastián Álvarez en su primer trabajo, pero él optó por la docencia, pese a que dicho monto podría aumentar con el tiempo.

17 a 75 años es el rango de edad de los alumnos a los que Francisco les imparte clases en la jornada nocturna del Liceo Carmela Carvajal de Prat.

Los profesionales que prefirieron escoger el camino de la docencia

VOCACIÓN. Pese a que no tienen especialización en el área de la pedagogía, dos ingenieros y un futuro abogado, explican su decisión de dejar de lado sus carreras por enseñarle materias a jóvenes y adultos. A nivel nacional existen 3 mil profesionales en la educación media que ejercen esta misma condición, según datos entregados por la Fundación Enseña Chile.
E-mail Compartir

Leonardo Yevenes

P ese a que sólo le restan un par de meses para titularse de abogado, Francisco Cerón ostenta el grado de licenciado en Ciencias Jurídicas, con el cual este osornino de 26 años decidió por el momento dedicarse a la docencia, enfocado en la enseñanza media; actividad que le trae profundas satisfacciones en lo personal, pero de la que sabe que algún día deberá abandonar para continuar con su futura carrera.

En nuestro país, según estadísticas que posee Enseña Chile, una organización sin fines de lucro relacionada a docentes, son 3 mil los profesionales de distintas áreas (de un total de 180 mil docentes de enseñanza media), que han elegido dedicarse a la docencia, pese a que en sus currículum poseen títulos de ingenieros, biólogos u otras profesiones. Aquí la historia de tres de ellos.

Clases y tiempo

Cuando faltan pocos minutos para que sean las 14 horas, Fernando García, un ingeniero civil electrónico titulado en la Universidad Austral, llega apurado al departamento en el que vive junto a su pareja, en el sector Las Quemas.

Actualmente está dedicado por completo a la docencia y casi no tiene tiempo que perder pues a las 15 horas entra a hacer clases al Colegio San Mateo. Por ello apenas llega a su hogar se prepara unos filetes de pollo de almuerzo.

Además de ser ingeniero, Fernando posee un postítulo en Gestión Pedagógica en Educación Superior, lo que le ha permitido estar enfocado en la enseñanza. Por lo mismo, desde que se encontraba estudiando en la universidad se dedicó a trabajar en ayudantías.

Luego, cuando egresó, participó en un proyecto de integración escolar en varios colegios de Valdivia, lo que le entregó más experiencia.

Claro que cuando debió volver a Osorno a fines de 2013 la situación cambió, ya que no tenía proyectos de trabajo en el área de la enseñanza. Pese a ello, la fortuna le sonrió y pudo comenzar a trabajar en un preuniversitario como profesor de Física y Matemáticas.

Como no era suficiente para él, pudo comenzar a impartir clases en el San Mateo, donde a medida que pasa el tiempo, ha podido ir adquiriendo una mayor cantidad de horas, primero como un reemplazo y luego como profesor estable en Matemáticas y Física, donde suma 18 horas semanales.

En cuanto a la experiencia como docente, Fernando explica que cada uno debe hacer lo que más le gusta, a pesar de la profesión que haya elegido. Pese a ello tiene claro que no podrá mantener por tantos años el actual ritmo que lleva como docente, ya que de tener familia en el futuro, tendría que reducir el número de horas, ya que además del San Mateo, también tiene clases en Inacap y de forma particular.

Eso sí, uno de los puntos que más le agrada de ejercer como profesor, además de la conexión que tiene con sus alumnos, es el de poder contar con cerca de tres meses de vacaciones en el año -que no son pagados-, pero que aún así le permiten realizar proyectos particulares que en otro trabajo no podría.

Dos caminos

A pesar de haberse titulado de Licenciado en Ciencias Jurídicas de la Universidad Alberto Hurtado el año pasado, Francisco Cerón está enfocado por el momento en su trabajo como profesor de educación media en el Liceo Carmela Carvajal -jornada nocturna-, donde dicta los ramos de Inserción Laboral y Consumo y Calidad de Vida.

Sus ramos, explica, están enfocados a una malla de alumnos que es distinta a la que puede verse en la jornada diurna, ya que tiene estudiantes que van desde los 17 a los 75 años, por lo que dice debe lidiar con muchos intereses diferentes a la vez en una misma clase.

"Hay muchos de mis alumnos que quieren seguir en la educación superior, pero también llegan personas que sólo quieren demostrarse a sí mismos que pueden alcanzar una meta", detalla.

La docencia para Francisco comenzó en Santiago mientras estudiaba y en paralelo realizaba clases en campamentos en donde dictaba reforzamiento a niños en diferentes materias, empezando a gustarle el tema de la enseñanza y el rol social que ésta cumple.

Con conocimientos más profundos en el tema jurídico, Francisco comenzó a realizar clases en otras instituciones hasta el momento en que decidió volver a Osorno, donde comenzó a trabajar en el Liceo Carmela Carvajal, donde tiene la oportunidad de entregar conocimientos sobre temas jurídicos, de la constitución o de educación cívica y "donde no faltan los estudiantes que luego de clases me solicitan consejos de abogado".

Cuando le falta poco para jurar, Francisco sabe que tendrá que elegir entre seguir enseñando o dedicarse a su profesión, lo que genera conflictos, sobre todo en el plano económico.

"Creo que deberé ejercer como abogado, pero confieso que me gustaría seguir teniendo espacios para continuar con la enseñanza, que es algo que me apasiona", reflexiona.

Elección

Pese a que tuvo una oferta de trabajo donde en un comienzo iba a ganar $800 mil mensuales -cifra que se iba a ir incrementando con el tiempo-, el ingeniero Sebastián Álvarez desistió de esta oportunidad, pues prefirió seguir luchando por un cupo como docente en una escuelita rural de Río Bueno.

Este ingeniero civil industrial de 27 años tiene marcado a fuego el tema de la enseñanza y por ello su enfoque apunta a ese propósito, más que seguir la profesión que adquirió en la Universidad San Sebastián.

Su primer acercamiento fue con ayudantías y clases particulares, Luego continuó su labor como profesor en preuniversitarios, aunque su enfoque va más hacia la enseñanza media, lugar en donde por su profesión puede ejercer como docente, no así en la enseñanza básica, por lo que su anhelo de dictar clases en una escuela rural finalmente fue descartada.

Pese a que en el último tiempo se le presentaron dos opciones laborales como ingeniero, Sebastián está empeñado en hacer lo que más le gusta y sigue buscando insertarse en un liceo para entregar sus conocimientos.

Escasez

Si bien en el Departamento de Educación Municipal (Daem) de Osorno no existe un listado de aquellos profesionales que sin ser pedagogos ejercen la docencia, Karen Vera, directora de la institución, señala que contratar profesionales que no son docentes -pero que trabajan con permiso para ejercer dicha labor- se ha dado especialmente en las asignaturas de Matemáticas, Biología o Química, especialmente por parte de ingenieros.

"Estas son áreas más complicadas y por lo general hay pocos docentes que las impartan. Además, permite contar con la experticia de un profesional de las ciencias", dijo.

La titular del Departamento Provincial de Educación (Deprov) y ex presidenta del Colegio de Profesores de Osorno, Eliana Theil, señala que debido a la Ley General de Educación, existen casos en que cuando los establecimientos de enseñanza media no pueden encontrar docentes para dictar materias específicas (Química y Física, especialmente), se permite que profesionales de carreras afines, puedan dictar clases.

"Eso debe pasar primero por una autorización que entrega el Departamento Provincial de Educación, para quienes que no son docentes, puedan hacer clases. Eso sí, deben tener al menos ocho meses de cursada la educación superior", expresó.

En tanto Javiera Horta, directora nacional de regiones de Enseña Chile (institución asociada a los docente y sin fines de lucro), explica que para que una persona pueda dictar clases debe poseer un título profesional, una licenciatura y una carrera afín a la materia que se pretende enseñar.

"Tengo alumnos que quieren seguir en la educación superior y otros que quieren terminar la media, sólo por orgullo".

Francisco Cerón, Futuro abogado

Enseñanza

Los profesionales de otras áreas eligen la docencia primeramente por la vocación que presentan.

Otro de los factores que inciden en la realización de clases, se basa en la experiencia que transmite trabajar junto a tantas personas.

18 horas ejerce el ingeniero Francisco García en el Colegio San Mateo. A ello le suma las clases que imparte en educación superior, más las particulares en su tiempo libre.

800 mil pesos Fue la oferta que recibió el ingeniero civil industrial Sebastián Álvarez en su primer trabajo, pero él optó por la docencia, pese a que dicho monto podría aumentar con el tiempo.

17 a 75 años es el rango de edad de los alumnos a los que Francisco les imparte clases en la jornada nocturna del Liceo Carmela Carvajal de Prat.