El subsecretario de Desarrollo Regional, Ricardo Cifuentes, dijo esta semana que el Ejecutivo pondrá urgencia al proyecto de ley que reforma la Constitución y establece la elección democrática de los gobernadores regionales (intendentes), que se encuentra en la Comisión de Gobierno Interior del Senado. Ha expresado que se espera -con el apoyo de los parlamentarios- sacarlo adelante en junio o julio a más tardar. La iniciativa fue aprobada en general en marzo pasado por la Cámara Alta y retornó a la Comisión de Gobierno Interior para ser revisada en particular. "Si no somos capaces de sacar esta reforma de aquí a agosto, no va a haber elecciones (de intendentes) en 2017. Por lo tanto, los tiempos son claros: junio, julio y agosto. No queda más", ha señalado el subsecretario.

Hace unos días, el senador Alejandro Guillier ha señalado que están dados los plazos para que esto ocurra en el proceso eleccionario de 2017. No obstante, hay otros sectores, principalmente de oposición, que creen que no existe la voluntad política para que esto ocurra en plazos cercanos. En general, hay la impresión de que es poco probable que se logren los acuerdos para que el próximo año parta la elección directa de esas autoridades regionales.

Algunos parlamentarios han planteado que si hay un cambio de conducción en el gobierno central o que el intendente elegido no sea de la misma tendencia de las autoridades centrales, se encontrarán con dificultades para ejecutar proyectos, si es que no dispone de un fondo específico.

Se debe recordar que hay un compromiso presidencial de entregarle la urgencia que sea necesaria para que el proyecto de ley se despache en los tiempos esperados, es decir, un proceso con urgencia. Pero quienes se oponen no estarían muy dispuestos porque temen competir con los intendentes que están en ejercicio, situación de ventaja que los incomoda y se tomarían su tiempo para apoyar la iniciativa presidencial. En consecuencia, desde las regiones donde se desean avances en el proceso de descentralización, sólo se espera ver si los políticos se ponen de acuerdo en un tema en el que hay un compromiso reiterado de las autoridades, pero que hasta ahora no se concreta.

En las últimas semanas, uno de los hechos de mayor relevancia pública para el país fue el discurso de la Presidenta en la cuenta a la nación del 21 de mayo. A nuestro modo de ver, el discurso presentó dos caras: una positiva, por la actitud menos confrontacional de la Presidenta y por el llamado al diálogo que hizo a los empresarios y a darle prioridad al crecimiento, afirmando que "sin crecimiento no hay desarrollo social", y otra cara que mostró la ausencia de señales claras en temas relevantes y donde no existen definiciones concretas.

En primer lugar, hubo silencio respecto de la grave situación de La Araucanía, donde se ve la mayor debilidad del Estado de Derecho en todo el país. Esta falta de seguridad en materia de orden público también se pudo observar el mismo día del discurso, en las afueras del Congreso, donde tuvimos que lamentar trágicas consecuencias, o en la invasión a La Moneda por parte de estudiantes. Sin duda, un país en donde el principio más básico del imperio de la ley, el de la seguridad, está viéndose debilitado en la práctica, genera una mayor incertidumbre.

En segundo lugar, no se aprovechó la oportunidad de despejar la incertidumbre generada por la Reforma Laboral. No hubo definición respecto del curso que seguirá el Gobierno en esta materia, y la incertidumbre que genera el mantener abierto el debate sobre esta ley hace imposible focalizar los esfuerzos en lo que Chile realmente necesita.

Finalmente, tampoco hubo anuncios sustanciales, ni medidas microeconómicas de reactivación, ni para enfrentar la pobreza.

Lamentablemente, la parte media vacía del vaso parece sobreponerse a la media llena.

No obstante todo lo anterior, debemos seguir mirando hacia adelante con optimismo y buscar las herramientas necesarias para recuperar el crecimiento y la inversión. Debemos resistir la sensación de pesimismo, y actuar de manera proactiva, pensando en lo que el país y la provincia de Osorno necesitan a mediano y largo plazo para desarrollarse y para volver a crecer. Invitamos a ver la parte llena del vaso, a mostrar lo que la provincia puede alcanzar, y a impulsar una nueva etapa de crecimiento que sea coherente con las circunstancias que actualmente vive el país y la provincia de Osorno. Porque tal como dijo la Presidenta en su discurso del 21 de mayo, "sin crecimiento no hay desarrollo social".

Hermann Von Mühlenbrock presidente de la Sofofa