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Comunas festejarán Día del Patrimonio con teatro y cocina en vivo en las playas

PANORAMA. Purranque y San Juan de la Costa se sumarán mañana a las actividades nacionales Mientras que Puyehue festejará el martes 31 de mayo.
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Reiterando la invitación a participar en el Día del Patrimonio, este próximo domingo los municipios de Purranque y San Juan de la Costa se preparan para vivir una jornada especial, donde el teatro y la cocina en vivo serán los atractivos a compartir con la comunidad.

El alcalde de Purranque Héctor Barría indicó que se vivirá una jornada de teatro donde a las 17 horas se estrenará la obra "La ridícula demencia y decadencia de su excelencia", que analizará algunos hechos que se viven en la política chilena.

La iniciativa se desarrollará en el Teatro Municipal de Purranque con entrada liberada.

Cocina y más

Mientras que en San Juan de la Costa, este domingo, a partir de las 11 de la mañana, se vivirá una nueva actividad de Cocina en Vivo, para rescatar el patrimonio gastronómico de la zona.

Según el encargado de turismo, Alonso Hinostroza, se partirá cocinando en el restaurante La Casa de Temo y en El Bigote de Maicolpué, para luego, a las 13 horas, realizar diversas preparaciones en la caleta de pescadores de Pucatrihue.

En Puyehue, en tanto, la actividad de festejo del Día del Patrimonio se realizará el martes 31 de mayo, a partir de las 11 de la mañana, en el gimnasio municipal de Entre Lagos, donde se realizará una muestra fotográfica y entregará reconocimientos a personas que forman parte del patrimonio intangible de la comuna lacustre.

Además, se lanzará la IV Puihua Cultural de Puyehue, carnaval de invierno que se desarrolla en su cuarta edición.

Cuequeros sorprenden a conductores con fugaces pasos del baile nacional

ARTE URBANO. Se trata de los estudiantes del Liceo Carmela Carvajal Felipe Martínez (15), Erwin Santibáñez (17) y Mauricio Guarda (17), quienes recaudan dinero en Freire con Mackenna.
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Bien sincronizados, con pañuelo en mano, zapateo y perfecto desplazamiento, tres jóvenes irrumpen frente a los vehículos ofreciendo una rápida presentación con los pasos de la cueca.

Con la mano en el sombrero parten haciendo una venia a los conductores de la locomoción que alcanzaron a detenerse ante una luz roja. Allí logran capturar la atención de los automovilistas que en menos de 30 segundos aprecian una presentación artística que muchos agradecen con una moneda.

Se trata de la historia de esfuerzo e ingenio de tres estudiantes del Liceo Carmela Carvajal de Prat: Felipe Martínez, de 15 años, quien cursa primero medio; Erwin Santibáñez, de 17 años; y su compañero de curso en cuarto medio, Mauricio Guarda, de 17 años.

"Destreza huasa"

Los tres cuentan que la idea de bailar en las calles partió en enero, impulsados por las ganas de generar sus propios recursos, los que cada cual destina a solventar sueños e intereses personales.

Empezaron a bailar en avenida Soriano con César Ercilla y cuando entraron a clases, se cambiaron a la esquina de avenida Mackenna con Freire, lugar donde ayer se les pudo ver ofreciendo una "destreza huasa", como ellos le llaman a su fugaz espectáculo folclórico.

Comentan que la gente los felicita y les dice que es bonito y novedoso lo que presentan y que nunca se había visto algo así en las calles.

Sólo dos personas los han criticado, diciéndoles que así no se baila y es que al parecer la gente se acostumbra a ver una pareja tradicional (hombre-mujer), pero lo que ellos hacen es una variación. Sin embargo, recalcan que la mayoría los trata muy bien y logran recaudar en una hora de $8 mil a $10 mil.

"Bailar en la calle es una forma de independizarme, me gusta generar mi propia plata y solventar algunos gastos. Además, uno de mis desafíos es postular a la Escuela Militar y desde ya estoy ahorrando para ello", explica Erwin Santibáñez, de 17 años, quien aparte de bailar cueca, también destaca por ser voluntario de bomberos desde hace 5 meses en la Quinta Compañía.

Su compañero de curso, Mauricio Guarda, lo respalda en sus ganas de salir adelante y cuenta que baila cueca desde los 6 años, impulsado por su mamá que bailaba en el Ballet Folclórico de Osorno y ya más grande integró el conjunto Raíces del Arauco.

"Sé que es raro que a los jóvenes les guste el folclor y creo que deberíamos ser mucho más patriotas y todos al menos saber bailar bien la cueca", comenta Mauricio, agregando que está agradecido de la gente de Osorno que les coopera.

El menor de los cuequeros, Felipe Martínez, de 15 años, es el impulsor de la iniciativa callejera. A su corta edad se define como un folclorista de corazón y pertenece al grupo Antillal. De hecho, fue él quien partió bailando en las calles hace un tiempo y tras conocer a sus compañeros de liceo, quiso invitarlos a vivir la experiencia.

"Nos mueve bailar para ayudar a nuestros padres con los gastos y ahora también quiero ayudar a Erwin en su anhelo de entrar a la escuela de oficiales", sostiene Felipe, evidenciando solidaridad y compañerismo.