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Con un bingo buscan financiar la olla común de Bahía Mansa

SOLIDARIDAD. Las mujeres de los hombres del mar se quejan de la poca cooperación de las autoridades.
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"El municipio entregó 30 cajas de alimentos y son más de 100 familias afectadas. Tuvimos que abrir las cajas y repartir los productos, incluso hubo quienes no alcanzaron mercadería. La situación sigue siendo difícil y nuestra preocupación aparte de la olla común son los niños y las embarazadas".

Patricia Sánchez es una de las voceras encargadas de la olla común que mantienen los pescadores en el galpón de Bahía Mansa, tras detectarse la marea roja en el borde costero de la comuna, señaló que es muy escasa la ayuda en alimentación de parte de las autoridades comunales y provinciales.

"Los que más ayudan son personas que van a la costa y hacen sus aportes en dinero o dejan sus abarrotes, al igual que aquellos que se recolectan en campañas que realiza la comunidad, pero lamentamos que la gobernadora no coopere con ayuda. Ella nos dijo en la última protesta que sembremos papas para comer, pero con eso no podemos vivir", expreso Sánchez.

Apoyo

Por lo mismo, como una manera de ayudar a las familias, la junta de vecinos de población Bernardo O'Higgins está organizando un bingo para este sábado en la ex Escuela Zenteno.

"El llamado es a colaborar, habrán 15 premios y el valor de la tarjeta es de mil 500 pesos. Ellos necesitan seguir manteniendo la olla común porque el trabajo en el mar está muy complicado a raíz de esta problemática que está dejando la marea roja", sostuvo Rubén Llanos, dirigente de la unión vecinal.

2 camiones con ayuda gestionaron desde el norte alumnos de la Universidad de Los Lagos, los que llegarán durante la semana.

Sede de asesoras del hogar sirve para organizar actividades y dar alojamiento a socias

UNIÓN. El inmueble se ubica en calle Mackenna y en él se juntan las trabajadoras los jueves y sábados para compartir experiencias.
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Leonardo Yevenes

Cada jueves y sábado sin falta, las integrantes de la Asociación Nacional de Trabajadoras de Casa Particular (Anecap) de Osorno, se reúnen en la sede que mantienen en avenida Mackenna 1536, con el fin de compartir experiencias y ver las necesidades que existen en un oficio que como dicen ellas mismas, ha ido en disminución en el tiempo, pero sin riesgo de desaparecer completamente.

En una casona de dos pisos, las cerca de 40 socias que actualmente conforman esta agrupación que se encuentra presente en todo Chile, mantienen un espacio que les ha servido para albergar y acoger a aquellas trabajadoras que antaño solían llegar -principalmente de zonas rurales- a Osorno a trabajar, sin contar con residencia fija.

Según Catalina Solís, presidenta local de Anecap, cada vez son menos las socias que utilizan el inmueble para albergarse, no como hace un par de décadas, cuando la mayor parte de quienes desarrollaban esta labor provenían de áreas rurales, sin tener un lugar en el que quedarse.

Aun así el inmueble es altamente utilizado para realizar convivencias o reuniones sociales de las socias. Incluso, sirve ocasionalmente como hospedaje para aquellas asociadas que llegan desde otras ciudades por diversos motivos.

"Antes de trasladarnos a esta sede a mediados de los '80 contábamos con una sede ubicada en la población El Esfuerzo. Pero siempre hemos contado con el apoyo de la Iglesia Católica a través de los obispos y sacerdotes, quienes nos han ayudado en nuestro bienestar", explica la presidenta.

Por lo mismo Catalina señala que fue monseñor Francisco Valdés quien luchó porque Anecap se instalara en Osorno, con el fin de proteger a todas aquellas trabajadoras que no poseían una residencia donde quedarse luego de la jornada laboral.

"A partir de ello, todos los obispos de la Iglesia nos han apoyado a que mantengamos nuestra sede, asesorándonos en muchos aspectos", agrega.

Y fue justamente el padre capuchino y holandés Wilfredo van den Berg quien les ayudó a trasladarse a la sede que actualmente ocupan.

En un principio, explica la presidenta, muchas de las socias dependían de esta residencia para quedarse en Osorno, pero a través de los años el panorama fue cambiando drásticamente debido a que la mayor parte de las integrantes de la asociación (que en su mayoría llegaba desde San Juan de la Costa), fueron formando sus propias familias, hasta convertirse la sede en un lugar de residencia casual y espaciado en el tiempo.

"Antes era lo más natural que una asesora del hogar realizara su labor. Una vez que se retiraba, traía a su hija para que comenzara desde jovencita en lo mismo, luego ésta a su hija y así sucesivamente. Actualmente hoy las personas jóvenes han dejado de lado este oficio porque existen otras oportunidades para ellos y así se lo inculcan los propios padres, que prefieren que estudien a tener que realizar las mismas labores que realizaron ellas. Por lo mismo el oficio va decayendo, aunque no creo que desaparezca".

Debido a la disminución temporal del número de socias, la casona actualmente sirve a fines más vinculados a la recreación.

Por lo mismo, cada jueves y domingo las socias se reúnen para realizar actividades y comentar las experiencias de sus trabajos.

"Antes era normal que después de la madre viniera la hija a trabajar y así sucesivamente. Ahora eso no pasa".

Catalina Solís, Pdta.. Anecap Osorno

1952 fue el año en que se fundó la Anecap en Chile y posteriormente monseñor Valdés apoyó la creación local de la agrupación.

40 Socias actualmente posee la Anecap en nuestra ciudad. El número ha bajado con el tiempo, aseguran.