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Efectivos del Ejército y estudiantes de Osorno rendirán a las 11 horas homenaje a las Glorias Navales frente al busto del capitán Arturo Prat en calle Matta en la plaza de Armas.
Viernes 20
homenaje
a prat
Efectivos del Ejército y estudiantes de Osorno rendirán a las 11 horas homenaje a las Glorias Navales frente al busto del capitán Arturo Prat en calle Matta en la plaza de Armas.
Viernes 20
homenaje
a prat
Me estoy muriendo. No, no es que sufra una enfermedad terminal ni que los médicos me hayan desahuciado. La última vez que me vieron fue para decirme que me encontraban bien, y más después de haber sufrido un infarto y una operación para cambiarme las válvulas del corazón. Tengo, sí, un poco alto el azúcar y el colesterol, y la tensión en el límite, pero, dicen, nada que no pueda corregirse tomando unas cuantas pastillas todos los días, haciendo dieta y prescindiendo del tabaco y el alcohol. - Camine, lo que le conviene es caminar. Es la mejor medicina. Ya les gustaría a muchos con su historial tener su aspecto -me dijo el doctor intentando animarme. No le dije nada. ¿Para qué? Yo sé que me estoy muriendo más allá del resultado de los análisis de sangre o del cardiograma. ¿Que cómo lo sé? Lo sé porque me miro al espejo cada mañana y observo las manchas parduscas que me han aflorado en el cuerpo. Parecen lunares, pero en realidad son la señal de que la piel se muere. No hay centímetro de mi piel que no haya perdido elasticidad. Miro mis manos y ¿qué veo? Unos hilos azules transparentándose a través de la piel. Los mismos hilos azules que cruzan mis piernas. Son las venas que adquieren la rigidez de la piedra. "Estás más interesante ahora que a los veinte», escucho decir a algunos hipócritas. Mienten. Sobre todo las mujeres. Lo único que tengo de interesante es la cuenta corriente y estar en la lista de Who' Who. Hace tiempo que descubrí que los otros no te ven por cómo eres, sino por lo que representas o tienes. Las mismas canas, la misma piel grisácea serían contempladas con indiferencia o incluso con asco si sólo fuera uno de esos seres anónimos que te encuentras en cualquier rincón de la ciudad. ¿Cuánto me queda de vida? Acaso un día, una semana, cinco, seis, diez años… o puede que mañana me despierte con un dolor agudo en el pecho, o que me descubra un bulto mientras me estoy duchando, o que pierda el conocimiento por un mareo, y entonces el mismo médico zalamero me dirá que tengo un cáncer en el pulmón, en el páncreas o en cualquier otro lugar. O quizá me diga que mi corazón cansado vuelve a fallar y necesita una nueva válvula. Lo que sea para justificar que de un día para otro la muerte acabó dando la cara. Pero yo no necesito que me salga un bulto, o marearme, o que me lata deprisa el corazón. Yo sé que me estoy muriendo porque he llegado a esa edad en la que no cabe engañarse e intuyes que empiezas a vivir en tiempo de descuento.
Julia Navarro
Editorial Plaza & Janés 864 págs.
$ 18 mil.
Adelanto del libro "Historia de un canalla"
Por Julia Navarro
"Hace tiempo que descubrí que los otros no te ven por cómo eres, sino por lo que representas o tienes".