Reclamo contra Tur Bus
Todos los días por los medios de comunicación nos informan que no debemos tolerar los malos tratos a los clientes. Como comerciante soy cliente habitual de la empresa Tur Bus Cargo y pasajero frecuente, por motivo de mi negocio en distintas ciudades. Mi sorpresa fue cuando la dependiente se percató que la cédula de identidad está vencida.
Al consultarle a la encargada del local, le dice que no puede ser entregada dicha encomienda. Le expliqué tres veces a esta persona la urgencia de mi mercadería, pero no me solucionó el problema y además no tuvo la dignidad de acercarse y explicarme.
Al pedir el libro de reclamos me pude percatar de los malos tratos a los clientes en esta sucursal de parte de esta persona. El teléfono de atención al cliente 6006606600 en Santiago nunca está disponible.
Mi pregunta es, si pagamos por un servicio a un costo muy elevado, ¿por qué tienen que tratarnos así? ¿Quién los supervisa? Si la persona de la mala atención es contratista de Tur Bus Cargo Osorno, ¿por qué a esta empresa se le autoriza ocupar la vereda peatonal como estacionamientos? ¿Dónde están los fiscalizadores?
Ricardo Filcun Saldivia
Problemas medioambientales
En biología y otras disciplinas hay un concepto que se conoce como capacidad de carga, el que en general describe la tolerancia que tiene un sistema para contener un número máximo de componentes de dicho sistema (individuos de una población, elementos o sustancias ajenas al sistema, etc), antes que el propio sistema presente síntomas de degradación de sus procesos vitales que bajo condiciones desfavorables pueda conducir incluso a su colapso total.
Vivimos en un país donde las leyes del mercado han sido impuestas a sangre y fuego primero, y por razones de conveniencia de la elite político-económica después. Pero de vez en cuando la naturaleza y sus leyes inflexibles nos obligan a vernos al espejo.
Hace poco más de un año, lluvias precordilleranas intensas demostraron a las autoridades locales de la Región de Atacama que sus planes reguladores necesitaban de una revisión en profundidad. Los mensajeros en aquella oportunidad fueron implacables: los ríos Salado y Copiapó no escucharon de apelaciones ni de leyes cortas ni de ajustes o parches a las normativas de ocupación de tierras.
Esta vez, el mensajero es un evento de macroescala como lo es la oscilación de temperatura que ocurre de manera cíclica en el hemisferio sur del Océano Pacífico, conocido como Fenómeno del Niño, y que desnuda una vez más nuestra severa incapacidad para lidiar con fenómenos distintos a los que imponen nuestras leyes de mercado. Fenómenos que no se resuelven solamente con dineros puestos en presupuestos anuales o sobre mesas de negociaciones de distinta alcurnia.
La sien de Chiloé está sangrando porque lamentablemente esta vez la bala se disparó en esta ruleta rusa en la que se ha transformado la gestión ambiental que desarrollamos desde hace más de 30 años. Una vez que pase esta crisis y nos olvidemos de la marea roja (la de verdad), la casta dominante volverá a hacer girar el tambor del revólver para reiniciar el juego.
Mi duda es saber cuál será la capacidad de carga del sistema humano que lo conformamos gente de a pie que padece día a día las leyes de mercado y paradigmas espurios de crecimiento económico; antes de que asomen los primeros síntomas de degradación irreversible que nos alejen definitivamente de la copia feliz del edén que alguna vez quisimos ser.
Marcelo Saavedra Pérez, biólogo
Crisis en Chiloé
La grave crisis socioambiental que nos afecta ha desnudado nuevamente la connivencia entre autoridades públicas y el sector privado en áreas estratégicas. En efecto, la ciudadanía es testigo de una verdadera "puerta giratoria" entre el servicio público y grandes empresas.
Un ejemplo de ello es el caso del director regional de Corfo, Adolfo Alvial, quien antes de llegar a este cargo desempeñó diversas funciones de alta gerencia en empresas del rubro salmonero. A su vez, el presidente de Salmón Chile, Felipe Sandoval, antes fue ministro de Estado.
A lo anterior podemos agregar un silencio incomprensible de nuestros diputados y senadores respecto de quienes financiaron sus campañas electorales. Cuando podemos apreciar el enorme daño ambiental provocado por la actividad industrial en nuestros mares, es justo exigir claridad respecto de los conflictos de interés de las autoridades públicas, pues su rol esencial es precisamente cautelar el bien público, situación que a la luz de los hechos, no ha ocurrido.
Jaime Sáez Quiroz, coordinador de RD en Los Lagos
Suecia y Chiloé
Parafraseando un proverbio chino: Antes de conocer (viajar a) el mundo (Suecia), date tres vueltas por tu propia casa (Chiloé).
Luis Enrique Soler