Los recientes fallecimientos del joven José Cifuentes, quien era prioridad nacional para trasplante de hígado y del pequeño León Smith, quien murió el domingo último a la espera de un trasplante de corazón que no llegó debido a la falta de donantes, han reabierto con singular fuerza un debate que en Chile se hace urgente.
Desde 2010 existe la ley que hizo posible instaurar el concepto de donante universal, por el cual todos los ciudadanos son dadores, a menos que expresen su voluntad en sentido contrario.
El año pasado la Coordinadora Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud registró un total de 321 trasplantes, gracias a 110 donantes, pero a la vez existían 1.833 personas esperando un órgano, cuestión que es aún más dramática cuando se trata de menores de edad.
Las donaciones son un tema complejo al interior de los hogares, pues si bien el dador en la mayoría de los casos manifiesta su decisión en vida, las familias son las que finalmente deciden si se concreta o no esa voluntad. Es un problema que tiene múltiples aristas y que está asociado en un alto porcentaje al desconocimiento y desconfianza.
De por sí este proceso significa un dolor, tanto para las familias de los donantes como de quienes esperan los órganos en momentos de suma complejidad. Pero este procedimiento es la única posibilidad de vida para personas que, además, deben esperar un órgano compatible. Se suma que los procuramientos requieren de toda una red de apoyo y enorme logística, para transformar este sueño en realidad.
Necesitamos iniciar la conversación en la familia para efecto de que ésta pueda respetar la voluntad de una persona que ha decidido ser donante. Hay un protocolo claramente establecido respecto a los pasos para generar los procuramientos. Se certifica primero la muerte cerebral, bajo los mecanismos técnicos que corresponden, es decir, certificado por neurólogos, neurocirujanos, y electroencefalograma que determinen que ya no existe la actividad cerebral correspondiente.
Existe un consenso generalizado entre las personas que han recibido un órgano, en torno al cambio radical de vida que les genera este tipo de acciones solidarias. Estas son decisiones basadas en el amor, cuya única recompensa es entregar vida.