Secciones

"Para don Patricio la gestión del Gobierno era satisfacer las necesidades de la gente"

E-mail Compartir

Paola Rojas

Julián Goñi fue a sus 27 años el gobernador más joven en ser designado por el entonces primer Presidente tras el retorno a la Democracia. Era 1990 y Patricio Aylwin firmó la destinación de este administrador público de profesión, quien llegó a fines de los '80 a vivir a la ciudad. Mientras trabajaba en el Instituto Profesional de Osorno (IPO), actual Universidad de Los Lagos, fue una de las caras visibles del comando del NO, que le permitió una notoriedad política que finalmente lo mantuvo durante una década en el edificio ubicado en calle O'Higgins frente a la plaza de Armas.

A dos días del fallecimiento del ex mandatario, Goñi recordó episodios que debió enfrentar junto a Aylwin, a quien calificó como un hombre muy cercano y abierto a dialogar con todos, además de estar preocupado por los problemas reales que afectaban a la provincia.

-¿Cómo describiría al ex Presidente Aylwin?

-Compartimos en los veranos en Las Cascadas en un ambiente más distendido y no tan protocolar. Nunca fue distinto de lo que uno lo conoció antes, durante y después. Era una persona muy cercana y humana y el recuerdo que tengo era que uno podía acceder a él sin mayores complicaciones. Para don Patricio la gestión del Gobierno y las obras estaban ligadas a la persona y a satisfacer sus necesidades. Entonces, todo lo que tenía que ver con infraestructura para él eran sólo un medio de mejorar las condiciones de vida de las personas.

-Sobre sus primeros encuentros y trabajo político junto al que fue el Presidente de la transición... ¿cómo comenzó y llegó a ocupar el cargo?

-Tuve la suerte de conocer a don Patricio en Santiago, no por amistad en un principio, sino más bien por actividades que tenía como líder juvenil en Santiago. Luego vino la campaña propiamente tal de su candidatura. En el tiempo del No trabajaba en la Universidad de Los Lagos, en la formación de los comandos académicos por el No, fui su presidente y después en la campaña de don Patricio, viendo los aspectos más de desarrollo territorial y elaborando la propuesta del programa de Gobierno.

-Dentro del trabajo que desarrollaron juntos en Osorno, ¿qué fue lo más destacable?

-Una de las situaciones más difíciles que debimos enfrentar el 11 de marzo de 1990, dentro de todo lo difícil que había, eran los campamentos que no sólo estaban en la ciudad de Osorno, que habían, sino que también en varias comunas del resto de la provincia. Pero las condiciones en que vivía la gente en Osorno eran particularmente dramáticas.

Problemas de la época

-¿Cómo era la situación en ellos?

-A lo mejor muchos no se acordarán, pero está el caso del campamento Manuel Rodríguez que está muy cercano al centro de la ciudad. Allí habían mediaguas, no había agua potable ni luz eléctrica, las aguas servidas corrían por los callejones. En Pilauco no se podía hacer la vía de asfalto porque existía un campamento donde ahora está el parque Chuyaca, también camino a Trumao había uno muy grande.

-¿Ya existían los de Rahue?

-En la zona de Rahue bajo, cuando se subía el río, existían dos campamentos que se inundaban por completo y no tenían agua potable ni alcantarillados. Eso se transformó en nuestra prioridad inicial, pero nos costó bastante tiempo erradicarlos.

-¿Don Patricio estuvo en ellos?

-En ese minuto nosotros logramos erradicar 31 campamentos y don Patricio vino en varias oportunidades al Manuel Rodríguez, a Pampa Schilling y a otros lugares a darnos su apoyo y compromiso junto al ministro Alberto Etchegaray (de Vivienda y Urbanismo) y el intendente Rabindranath Quinteros.

-¿Se preocupaba por la zona?

-El Presidente Aylwin siempre consultaba porque estaba muy preocupado de lo que pasaba en las zonas costeras de la provincia y en algunos lugares específicos de la zona cordillerana, donde habían localidades completamente aisladas, sobre todo en invierno. En algunas ni siquiera había caminos o sólo había una huella para llegar y por ello ese fue un tema muy importante por el que él mantenía una preocupación permanente por zonas fundamentalmente del sector costero, de Misión San Juan de La Costa o sectores como Trafún, que había que llegar a pie o a caballo. Después, con la creación de caminos, empezaron a llegar las micros.

-¿Fue difícil enfrentar los años de la transición?

-La experiencia fue muy interesante, porque cuando nosotros asumimos veníamos con toda una carga emocional, pero también entendíamos cuáles eran las prioridades como país. Siempre tuvimos una buena relación tanto con los dirigentes de los partidos de oposición que apoyaron el Sí, como de las autoridades militares y uniformadas en general.

-Y sobre temas complicados como el Boinazo de 1993... ¿cómo los enfrentaron?

-Estuvimos en ese tiempo con el seremi de Gobierno, Roberto Cano, teníamos la información de lo que estaba ocurriendo y en Osorno hubo un acuartelamiento, no hubo salida de militares a la calle. Estábamos muy preocupados porque nos parecía absolutamente inconcebible. Hoy día uno lo mira con la perspectiva y si uno pregunta a la gente qué le parece que el comandante en jefe del Ejército haya sacado militares y haya hecho ejercicios de enlace o boinazos por el tema familiar de un hijo, lo encontrarían inconcebible. Ojalá que las nuevas generaciones vean lo incongruente que hubiese sido que el señor Pinochet continuara como comandante en jefe del Ejército.