Mabel González / Agencias
Luego de la aprobación en la Cámara de Diputados del proceso para un juicio político, el mandato de la Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quedó en manos del Senado, en donde la mayoría es partidaria de su destitución, según sondeos divulgados ayer por los grandes diarios de Brasil.
La apertura de un juicio político con el fin de su destitución a la Jefa de Estado fue aprobado el domingo por 367 votos a favor y 137 en contra en la Cámara de Diputados y, para que prosiga, solo necesita del respaldo de la mayoría simple en la Cámara Alta: 41 de los 81 senadores.
Sondeos realizados entre los miembros de la Cámara Alta indican que entre 45 y 47 senadores apoyan el juicio político.
Según O Estado de Sao Paulo, de los 81 senadores, 45 son favorables al proceso, 21 se oponen, 6 se dicen indecisos y 9 prefirieron no pronunciarse.
Entre los senadores con los que habló O Globo, 46 se declararon favorables al proceso, 20 se mostraron en contra y 15 afirmaron que están indecisos.
El sondeo del diario Folha de Sao Paulo señala que 47 senadores pretenden aprobar el juicio, 19 quieren frenarlo, 5 dijeron estar indecisos y 10 no declararon su intención.
Tras la aprobación de la apertura del juicio en la Cámara, el Senado debe pronunciarse en unos 20 días. El Senado deberá conformar entre hoy y mañana una comisión de 21 miembros que elaborará un informe dentro de diez días.
El informe se remitirá entonces al pleno del Senado, que por mayoría simple decidirá si se instaura el juicio político, lo que puede ocurrir el 10 de mayo.
Si se llega a ese punto, Rousseff será separada del cargo durante los 180 días que el Senado tendrá para realizar el juicio y deberá ser sustituida en ese periodo por el Vicepresidente Michel Temer.
Si el Senado finalmente se inclinase por la destitución, Temer debería completar el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
Rousseff, quien asumió el poder en 2011 y fue reelegida en octubre de 2014, es acusada de realizar maniobras contables ilegales para maquillar los resultados del Gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública.
Sin embargo, en la sesión del domingo, poco de esto hablaron los diputados al emitir su voto. En lugar de aquello, apelaron a su familia, Dios, al régimen militar e incluso al café.
Las opciones de rousseff
La Presidenta, que dice que no renunciará, puede apelar ante el Tribunal Supremo para tratar de anular el proceso argumentando que las acusaciones son falsas. También podría negociar con los senadores, aunque esto no funcionó con los diputados.
En su primera reacción pública a la votación en la Cámara, la Jefa de Estado volvió a negar las acusaciones y dijo que es "víctima de una gran injusticia". Rousseff admitió estar "triste", pero no "abatida", y advirtió que quedó frente a una situación que provoca una "inmensa sensación" de que en Brasil hay "una violencia contra la verdad".
Según la prensa brasileña, el Vicepresidente Temer ya se encuentra barajando a los ministros que conformarían su eventual gabinete.
La crisis ocurre a menos de cuatro meses de que el país sea sede de los JJ.OO. El Comité Olímpico Internacional (COI) sostuvo que el posible "impeachment" no debería afectar los preparativos, pero dijo que "sigue de cerca" la situación.
Brasileños rechazan a Temer
La mayoría de los brasileños que salieron el domingo a protestar en las calles, tanto los que se pronunciaron a favor de Rousseff como los que pidieron su salida del Gobierno, exige que su Vicepresidente, Michel Temer, también sea destituido, según un sondeo. En una encuesta realizada por la firma Datafolha y divulgada por el diario Folha de Sao Paulo, los manifestantes coincidieron en que Temer, que también está acusado de realizar maniobras contables, encabezaría un "pésimo" Gobierno.