Yasna Barría
Dice que atrás quedaron los inicios de una llamada literatura freak, que jugaba con elementos de la ficción llevados a la realidad, pero lo cierto es que Álvaro Bisama, de 40 años, continúa siendo un narrador distinto, con una prosa rápida que involucra un mundo de elementos que concluyen en un análisis no siempre fácil de digerir.
De ahí que su presencia en la primera charla del ciclo de conferencias "Bajo El Volcán 2016", diera un puntapié inicial potente a favor de los amantes de la literatura nacional.
El escritor, académico, critico literario y de televisión, reconocido por sus columnas y crónicas en Revista Qué pasa, El Mercurio y La Tercera, entre otros medios, no dudó en explicar en detalle su particular estilo, el que compartió en su encuentro realizado a las 19 horas de ayer con el público osornino, que dialogó con en él en el Salón Bar del Centro Cultural de Osorno.
TV Abierta versuS TV LOCAL
-¿Había estado en Osorno antes?
-Hace muchos años atrás, en mi adolescencia, pero la ciudad que recordaba no tiene nada que ver con la de ahora, a pesar de lo poco que he alcanzado a ver. Y mucho más no sé, aunque claramente uno oye hablar del Festival de La Leche y La Carne, y eso, pero creo que me falta conocer.
-Actualmente, es muy reconocido por su crítica a la televisión abierta. ¿Se ha detenido a observar cómo es la televisión local?
-Sí, me gusta mucho. Cuando viajo trato de ver televisión local. Creo que es una ventana que tiene vida, cumple funciones y tiene mucho de querer entregar un servicio social. Pero si te fijas, uno suele encontrarse el típico matinal de la tarde, animado por un locutor de radio en decadencia, acompañado con un señor que toca un pianito y que aunque es amateur, está construida con un sentido comunitario que la televisión abierta hoy no tiene.
-Volviendo a la televisión nacional, ¿por qué le resulta atractivo centrar la mirada ahí?
-Empecé a escribir de televisión en la revista Qué Pasa y hace un par de años surgió la posibilidad de escribir una columna semanal en La Tercera y es súper atractivo, porque me toca escribir justo en el momento cuando se desarrolla una crisis de la televisión abierta.
Y aunque suene contradictorio al escribir de tele, yo no hablo sólo de ella, sino de esa relación que tiene con la realidad, con la política, con la cultura, historia, el género, etcétera. La televisión me parece una buena excusa para hablar de otras cosas de peso y sacar determinadas "fotos" al presente.
Un ejemplo fue ver cómo Michelle Bachelet sacrificó a Peñailillo en el programa de Don Francisco, o sea, ¿cuáles son los límites entre política y farándula?.
-Para escribir de televisión hay que ver mucha tele....
-Sí, veo, pero también creo que hay que tener sentido común nomás y esto último es bastante escaso en la televisión.
-Escribiste incluso sobre la rutina que hizo en su stand up comedy Natalia Valdebenito. ¿Por qué decides escribir sobre algo así?
-Ya venía muy apestado con la rutina de los humoristas Edo Caroe y Rodrigo González, porque me parecía que estaban construidas sobre una lógica efectista, donde se apelaba a la política para hacerle un guiño a la galería y así quedar bien. Mientras que para mí lo que hizo Valdebenito fue armar una rutina llena de matices, con coherencia y donde la crítica política es más compleja y real.
-Estás acostumbrado a criticar, ¿cómo lo tomas cuando las críticas vienen de vuelta?
-A nadie le gusta ser criticado. Me enojo un rato, pero no me lo tomo tan a pecho, cuando escribo un libro, por ejemplo, y a alguien no le gusta, se debe entender que lo escrito tiene una vida que no es tuya y no se puede controlar. Así que la crítica yo me la banco como viene y de quién viene.
Literatura
-Su literatura fue considerada en sus inicios como "Freak Power," ¿a qué alude eso?
-Tenía tres amigos, entre ellos Jorge Baradit, y nos juntábamos a hablar de cultura popular, cine de terror, televisión basura, música punk y metal y así, fueron naciendo textos que describían una sensibilidad popular y una memoria histórica que se va perdiendo, pero lo hacía de una forma muy lúdica, mezclada con la ficción.
-¿Ese estilo desapareció el año 2010, cuando escribió "Estrellas Muertas"?
-Sí, fue cambiando, porque comencé a narrar de pronto un sentir social más transversal y eso era algo más palpable y real en el cotidiano.
Bisama sostuvo que más que desafíos en la literatura, simplemente continuará escribiendo porque es la forma de responder las inquietudes que le nacen dentro del propio mundo de la narrativa.
40 años tiene el escritor nacional Álvaro Bisama, quien es reconocido por su estilo y crítica social.
5 novelas ha escrito Bisama y entre sus últimas publicaciones destaca "Estrellas Muertas" y "Taxidermia".