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La meditación puede mejorar la concentración en la lectura

TÉCNICA. Las personas que practican este método evitan los pensamientos erráticos y se involucran más con el texto, según una investigación.
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Pamela De Vicenzi

La lectura es una actividad relajante y hasta causa pasión en algunas personas. Sin embargo, en el contexto de avances tecnológicos y una agitada vida laboral, leer implica una inversión de tiempo y energía, en especial si no todos alcanzan la máxima concentración.

Un estudio de la Universidad de California en Davis (EE.UU.) sugiere que la meditación, una práctica cada vez más frecuente, puede mejorar la capacidad de una persona para detectar errores durante la lectura e impedir que la persona se distraiga por pensamientos repentinos. Las conclusiones fueron publicadas en la revista Psychology of Consciousness: Theory, Research, and Practice.

Mente contemplativa

La meditación, técnica tradicional del budismo, consiste en centrar la atención únicamente en un objeto o sensación particular. En algunos casos se enfatiza en el control de la respiración. El objetivo de esta práctica es entrenar la mente para evitar distracciones.

"Un objetivo importante del entrenamiento de la mente contemplativa es desarrollar y apoyar la aplicación útil de la atención hacia el logro de las metas de la tarea y el mantenimiento de un comportamiento ético", explicaron los autores, quienes realizaron dos estudios para comprobar esta teoría.

Agregaron que "a través de entrenamiento mental dirigido, se cree que los profesionales mejoran su capacidad de regular los contenidos de conciencia para que las consecuencias perjudiciales de la mente errante se puedan templar".

Doble investigación

En su primer estudio, los investigadores encontraron que las 30 personas que habían asistido a tres meses de entrenamiento intensivo de meditación, realizado en una zona montañosa de Colorado, fueron más capaces de concentrarse y detectar sus errores. La comprobación se realizó con un texto simple: un cuento para niños.

Antes y después de asistir al retiro, los participantes completaron una tarea para detectar errores, tales como expresar un lenguaje difícil de entender, lo que comúnmente llamamos "jerigonza". En ese sentido, las personas cambiaban palabras o el orden de la oración, entre otras equivocaciones. Los voluntarios también reportaron estar desconcentrados y pensar en otras cosas.

El seguimiento se realizó en un periodo de siete años, en los que se detectaron avances significativos. Sin embargo, este estudio inicial tuvo fines exploratorios y no hubo un grupo de control.

Por esta razón, se realizo un segundo experimento, esta vez con 55 participantes de un centro de meditación en California. Todos ellos estaban familiarizados con la técnica. Sin embargo, 28 del total se sometieron a un mes de entrenamiento intensivo de meditación, mientras que los 27 restantes no lo hicieron.

Los especialistas encontraron que los participantes que completaron el entrenamiento intensivo de meditación eran mejores en la detección de errores, en comparación al grupo de control.

"Los practicantes de la meditación a través de ambos estudios demostraron mayores niveles de supervisión de errores después del entrenamiento, tal como se mide por su capacidad para detectar errores semánticos en el texto. Esto sugiere que los participantes del grupo de entrenamiento eran más atentos al contenido de la historia y el texto en curso, lo que les permite detectar mejor estas discrepancias en el texto", indicaron los autores.

Los beneficios de meditar

Diversos estudios científicos han respaldado la meditación como una vía para tener una mejor salud mental. Incluso puede tener implicancias en el organismo, ya que estimula el sistema inmunológico y disminuye los dolores y las inflamaciones. Así como la atención, la memoria también aumenta gracias a esta técnica. Es una salida favorable para enfrentar el estrés y la depresión y a nivel químico influye en los componentes que reaniman el sistema nervioso.

Revelan nuevos datos sobre los unicornios

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El unicornio es un animal mitológico representado en la fantasía como un caballo blanco con un cuerno en la frente. Si bien en la realidad esta especie existió, la ciencia determinó que pertenece al linaje de los rinocerontes. Un estudio publicado ayer en el American Journal of Applied Science entregó nuevos datos sobre el "unicornio siberiano", cuyo nombre científico es Elasmotherium sibiricum. Un cráneo hallado en Kazajistán pertenecería a esta especie y su data sería de 29 mil años, lo que retrasa su extinción, que habría ocurrido hace 350 mil años. Según los científicos, esta especie formaba parte de la familia de los rinocerontes, con una altura de casi dos metros, un largo de 4,5 y un peso superior a las cuatro toneladas.

Estudio asegura que los millennials ahorran más que otras generaciones

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En la era contemporánea marcada por un alto consumo -en especial productos tecnológicos- y la expansión de las compras por internet, se creía que los denominados millennials eran irresponsables con el dinero y no tenían capacidad de ahorro.

Pero un estudio realizado por el sitio Bankrate.com asegura que esta generación es más ordenada con las finanzas que sus antecesores.

El portal realizó una encuesta para personas entre 18 y 29 años de edad. Los resultados arrojaron que el 62% de los consultados estaba ahorrando el 5% de su sueldo para la jubilación, emergencias o por otros motivos financieros. En comparación al año pasado, la capacidad de ahorro aumentó en 20 puntos.

En cuanto a la generación anterior, es decir, personas de entre 30 y 49 años, solo el 50% guarda la misma proporción de dinero para imprevistos.

Karen Carr, planificadora financiera de la firma Society of Grownups, que analiza a la generación de los millennials, explicó a The Washington Post que estos trabajadores van escalando de manera progresiva en el trabajo, perciben más dinero y por esta razón tienen una mejor capacidad de ahorro. Además evitan seguir el ejemplo de otras generaciones afectadas por crisis económicas, tales como la asiática o la subprime.

Instagram niega cambios en el orden cronológico de las publicaciones

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Twitter ya padeció la polémica por su nueva política de presentar las publicaciones más destacadas en lugar de ordenarlas de manera cronológica. Instagram estuvo a punto de seguir sus pasos, aunque desistió tras los reclamos de los usuarios.

La red social de fotografía finalmente desistió de aplicar el algoritmo para ordenar los posteos de acuerdo a parámetros relacionados con las cuentas que visitan sus miembros. El objetivo era similar al de la "red del pajarito": mostrar las fotografías según los intereses de las personas.

La empresa dueña de Instagram es Facebook, plataforma que aplica este sistema a través de las "publicaciones destacadas". El usuario que ingresa a este sitio debe ejecutar una acción extra para ver los posteos más recientes.

Luego de las protestas de los usuarios de Instagram, que subieron imágenes para frenar esta política, la red social señaló desde Twitter que "estamos escuchando y les aseguramos que nada está cambiando en sus feeds (línea de tiempo o "timeline") en este momento". Asimismo, la cuenta se comprometió a avisar los cambios.

Previamente, Instagram avisó a través de su blog que la idea inicial era que el usuario se encontrara con sus cuentas preferidas. Por ejemplo, si sigue a un cantante famoso y este publica un video, el algoritmo permitiría darle la prioridad, sin importar el momento en que se grabó o la zona horaria desde donde se hizo. En ese sentido, las cuentas con menos seguidores quedarían relegadas.

Twitter vivió una polémica parecida, ya que los usuarios criticaron que esta plataforma estaba emulando a Facebook. En un principio la red había negado que se aplicaría el algoritmo de las publicaciones más destacadas.

Sin embargo, la medida se aplicó de todos modos y ahora los usuarios deben acudir a los ajustes de la página para que los tuits se presenten en orden cronológico, tal como antes.

2010 el año en que se lanzó Instagram, la red social de fotografías que buscó imitar el estilo de las imágenes Polaroid y Kodak.

300 millones de usuarios forman parte de Instagram, plataforma que comparte más de 60 millones de fotos al día.