Secciones

Inédito centro de rehabilitación de pudús reúne a 22 ejemplares

FAUNA. En Río Negro se ubica el único recinto de este tipo en Los Lagos. Allí, bajo la mirada del veterinario Mario Prüssing, los pequeños cérvidos se recuperan de heridas sufridas en su mayoría por perros asilvestrados, pero también por causa del hombre. Entre enero y febrero se registraron dos ataques en La Costa.
E-mail Compartir

Leonardo Yevenes

Cuando Mario Prüssing extiende con su mano un ramo de hojas de manzano que mantiene en su predio, un joven pudú se acerca a comerlas y las arranca literalmente de los dedos de este veterinario.

El pequeño cérvido es de corta edad, un "pichón" como diría Mario, quien tiene a su cargo el único Centro de Reproducción y Rehabilitación de estos animales en la Región de Los Lagos. Y es que esta especie, clasificada como "en peligro de extinción", afronta además los riesgos que vienen asociados a la urbanización y población de terrenos que antes les pertenecían y que se están convirtiendo en zonas rurales.

Sin ir más lejos durante el verano en San Juan de la Costa, en un plazo de no más de dos semanas, se registraron dos ataques de perros asilvestrados. Los respectivos especímenes corrieron distinta suerte, ya que uno de ellos finalmente murió debido a las heridas que recibió del ataque, pese a la pronta ayuda de veterinarios; en tanto el otro fue llevado al recinto que dirige Mario Prüssing en el sector de Chan Chan, en la comuna de Río Negro, aproximadamente a 16 kilómetros de Osorno.

Asistencia

Separados por edad, sexo y otras categorías, Mario mantiene actualmente 22 pudús en reproducción o rehabilitación. Ejemplares que junto al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), se ocupan de devolver en la medida de lo posible, a los hábitats naturales a los que pertenecen. Trabajo bastante complejo y delicado debido a la extrema naturaleza tranquila y prácticamente desconocida del ciervo más pequeño que se encuentra en el país.

El hábitat en el que desarrollan su actividades es prácticamente privilegiado ya que rodeados de vegetación nativa y de árboles o plantas que gustan de comer por los cérvidos más pequeños del mundo, estos animalitos reciben la tranquilidad que la especie necesita. Rodeando al predio de cuatro hectáreas de extensión se encuentran los ríos Rahue y Chan Chan como dice el mismo cuidador.

Con más de 80 años de edad, Mario se jubiló el año 2001, pero cuatro años más tarde las circunstancias de la vida dirían otra cosa. Un ex colega de trabajo le comentó que en la localidad de Las Cascadas existía un pudú hembra que había sido atacada por perros salvajes y se encontraba en mal estado.

Como veterinario de profesión -el primero que se tituló en la universidad Austral el año 1961-, Mario se dedicó a cuidar voluntariamente a este ejemplar porque "era un verdadero desastre si usted viera cómo la habían dejado los animales".

Una vez que sanó completamente, Mario se dio cuenta que podía dedicarse al cuidado de esta especie que en Chile corre cada día más riesgos de disminuir en población.

Enterado que en San Juan de la Costa existía un ejemplar macho que estaba bajo similar situación, el médico veterinario decidió llevarlo y dedicarse a la reproducción y rehabilitación de estos animales, todo ello bajo el permiso del SAG, que lo autorizó a realizar la labor el año 2006, convirtiéndose en la única persona en la Región que puede por ley desempeñar esta labor.

Ensayo-error

Según el veterinario, rehabilitar o reproducir pudús es una de las tareas más complejas que podría tener un veterinario, ya que sus hábitos son casi desconocidos para el hombre, además su frágil naturaleza los expone a muchas opciones de morir en cautiverio.

Por lo mismo, en sus inicios fueron muchas las veces en que su crías y ejemplares de mayor tamaño murieron, debido a que sufrían diferentes enfermedades o por estrés.

Poco a poco el conocimiento aumentó y hoy tiene a su cargo 22 ejemplares, muchos de ellos casi encariñados con él. "Es difícil que uno de estos animalitos se acostumbre con el hombre, es casi imposible. A veces se puede sólo si lo criaste desde pequeño", explica.

Argumento que es esgrimido por Andrés Duval, director regional del SAG, quien señala que en nuestro país el pudú está protegido bajo la ley de caza de animales silvestres, que protege a todas las especies por igual. "Centros como el de Río Negro no son muy frecuentes debido al cuidado extremo que se debe tener con una especie como ésta", sostuvo.

Según Duval, los ataques se están volviendo cada vez más frecuentes en la zona y eso se debe a que el hombre está invadiendo su hábitat, ya sea por tareas productivas o de asentamiento, ejerciendo una presión a los espacios en donde residen estos delicados animales.

"Para resguardarlos contamos con la ley general de caza, que en realidad es una ley de protección a animales como el pudú. Hay un listado de animales silvestres que hay en Chile y su rango de protección, estableciendo también centros como este de Río Negro los cuales permiten que estos animalitos puedan ser rehabilitados o en exhibición dado el caso".

Esto último debido a que tal como explica Duval, muchos de estos animales al ser rehabilitados, corren el riesgo de perder la calidad de silvestres y luego es imposible volverlos a su medio ambiente natural con las mismas capacidades que tenían al momento del ingreso.

Sin embargo los que logran volver a adaptarse, son devueltos a su medio ambiente natural y especialmente tratando de dejarlos en el lugar en donde fueron encontrados o capturados o en un parque nacional.

Defensa

Debido a que el pudú no se encuentra en el "libro rojo" de animales en peligro de extinción, no existe un catastro o estimación acerca de la población o censo de individuos. Desde la Corporación Nacional Forestal (Conaf) regional señalaron que efectivamente no existen estudios al respecto, por lo que es prácticamente imposible tener conocimiento acerca de estos cérvidos.

Lo que sí confirmaron, es que gran parte de los problemas que existen con la sobrevivencia de este animal, tienen relación con el hombre y con el cada vez más frecuente ataque de perros asilvestrados.

Osvaldo Cea, representante de la Sociedad Protectora de Animales de Osorno, señaló que el problema derivado de los ataques a pudús, tiene relación con el abandono que se hace de cientos de perros en carreteras y áreas rurales, los que luego con el tiempo se vuelven salvajes debido a su instinto por sobrevivir.

Por lo mismo, a juicio de Cea, la solución sería realizar campañas de esterilización en áreas rurales y enseñar acerca de tenencia responsable de mascotas. "Conozco y existen agricultores que se permiten tener decenas de perros en sus fundos, pero no hacen nada porque no se reproduzcan, volviéndose este un tema preocupante", explicó.

Por último Cea indicó que el tema de los perros asilvestrados también pasa por los alcaldes de las comunas, los cuales debieran preocuparse de las áreas rurales.

"Conozco alcaldes que no están ni ahí con el tema. Esto es algo que debería importarle a todos", manifestó.

"El pudú es un animal demasiado delicado y puede morirse de cualquier cosa. Hasta por un susto"

Mario Prüssing, Veterinario

22 pudús cuida en su predio de Río Negro el veterinario Mario Prüssing, a los cuales rehabilita luego de ataques o reproduce para luego dejarlos en su medio natural.

2005 fue el año en que el veterinario titulado en la Austral, se hizo cargo de rehabilitar con éxito el primer pudú. Luego comenzó a hacerlo oficialmente junto al SAG.

16 kilómetros de Osorno se encuentra el predio en donde Mario Prüssing rehabilita y reproduce a los pudús. Cerca de allí convergen el río Rahue y el Chan Chan.

Un ex marine lo cuenta todo sobre la guerra de Irak

Phil Klay estuvo 13 meses en Irak y al regresar construyó varios relatos con lo que vivió allí. "Nuevo destino" es un volumen de doce cuentos inquietantes que exudan derrota y pueden leerse como la gran novela sobre las recientes guerras de Estados Unidos. Ganó el National Book Award y Barack Obama lo definió como una lectura "poderosa e inolvidable". Acá el autor cuenta cómo construyó su obra y por qué eligió ficcionar los hechos.
E-mail Compartir

la gobernación de Anbar, oeste de irak, fue controlada por ISIS poco después de que Phil Klay abandonó la zona.

Doce son los cuentos que componen "Nuevo destino" (Literatura Random House), el primer libro del escritor y ex marine estadounidense Phil Klay (1983, Nueva York). Escritos crudos, directos, a ratos sarcásticos, siempre en primera persona, que se ven cruzados por el daño físico, sicológico y espiritual que provoca la guerra en los soldados y su entorno.

En "Nuevo destino" se exhiben doce trozos de la guerra de Irak. Klay entrega una galería de narradores distintos, con experiencias desiguales, pero unidos por una experiencia inquietante, interminable. En los cuentos no hay heroísmo ni épica, sólo derrota y desesperación. Algo de tedio. Esa fibra oscura es la que recorre el libro: Estados Unidos se ha acostumbrado a las guerras sin victoria y sin final.

No es extraño que el escritor y periodista George Packer haya escrito en "The New Yorker" que "Nuevo destino" es "la mejor obra literaria escrita hasta ahora por un veterano de las recientes guerras de Estados Unidos". Tampoco que ganara el prestigioso National Book Award como mejor libro de ficción o que Barack Obama lo definiera como una lectura "poderosa e inolvidable". Hay algo en el libro de Klay que provoca que se lea como una obra mayor sobre la guerra, más como una novela coral que un volumen de cuentos.

El libro ataca la complejidad de la guerra desde una narrativa fracturada, directa pero recta, múltiple; como haciendo un paralelo descarnado con la guerra moderna. En "Informe posmisión" un miembro de la policía militar hace creer a sus compañeros que él mató a un niño iraquí para proteger al soldado con el que comparte cuarto; en "Cuerpos", un marine de Asuntos Funerarios dice que sus camaradas ven los espíritus de los muertos rondando los cadáveres; más adelante, en "En Vietnam tenían putas", un grupo de marines desesperados comparte una muñeca inflable, también usan las miras de sus fusiles para observar mujeres.

El autor explica en esta entrevista que "era importante para mí contar historias de guerra más allá de lo que estamos acostumbrados a escuchar. Además, existe una tradición de los veteranos que regresan de la guerra y dicen 'las cosas como son', entregan sus duras verdades sobre la guerra a una audiencia civil cuyo trabajo es solamente recibir esa información. Yo no quería eso. Quería doce veteranos que dijeran 'las cosas como son', pero contando historias que no coinciden, de narradores que no estén de acuerdo entre sí sobre lo que significa la guerra".

-La no ficción vive un boom en el último tiempo, desde dominar las listas de libros más vendidos al reconocimiento de la alta literatura con el Premio Nobel que ganó Svetlana Alexiévich. ¿Por qué optaste por la ficción para contar tus historias?

-La ficción me ofrecía muchas herramientas valiosísimas para llegar a las preguntas que quería hacer. Puedes tomar tus personajes y forzarlos a situaciones que ponen sus valores y su forma de ver el mundo en riesgo. También puedes invitar a los lectores a las cabezas de los personajes mientras eso sucede.

-Los personajes de "Nuevo destino" dudan, padecen la guerra sin llegar nunca a comprenderla del todo. ¿Por qué quisiste alejarte de este tipo de narraciones bélicas clásicas en que un veterano vuelve a casa para contar "la verdad"?

-La "verdad" que es importante no es tanto lo que pasó o lo que es. No es suficiente para crear un balance casi documental de la realidad. Necesitas encontrar una verdad que a menudo se encuentra en algún lugar entre los hechos, pero no necesariamente depende de ellos. Pienso en "La Ilíada". Si un veterano de la guerra de Troya la leyese, se pondría furioso. ¡Homero no sabía ni siquiera cómo se usaban los carros falcados en ese entonces! ¿Qué sabe este poeta ciego de la guerra? Y, sin embargo, durante miles de años los veteranos se han encontrado a sí mismos en ese poema.

-Los cuentos de "Nuevo destino" se alejan de cualquier heroísmo, son personajes profundamente quebrados por la guerra, que se escapan de la imagen que tenemos a través de la propaganda bélica. ¿Qué tan importante era para ti mostrar a estos hombres con todos sus matices y sombras?

-Sentí fuertemente que la única manera en que podía justificar escribir estas historias, que no me pertenecen, sobre experiencias que, en mayor parte, nunca he tenido, era hacerlo de la forma más honesta y vigorosa posible.

-En muchos relatos se repite una cierta perturbación por la apatía con que los civiles reaccionan a la guerra en Estados Unidos. ¿Te afectó esa indiferencia cuando regresaste?

-Ciertamente fue desconcertante. Las decisiones políticas que se toman en casa tienen un efecto enorme en las decisiones de vida o muerte que se toman en el exterior, y una de las preguntas centrales que me hice cuando escribí este libro fue cómo involucrar profundamente a los civiles en el tipo de asuntos políticos y morales que aquejan a tantos veteranos.

La guerra y el arte

Phil Klay estuvo trece meses en Irak, desde enero de 2007 a febrero de 2008. Mayormente en la gobernación de Anbar, en el oeste del país, que en esos años era el centro de la insurgencia sunni. Recuerda que la violencia fue disminuyendo. Recuerda, también, que años después gran parte de ese territorio fue tomado por ISIS.

Lo cierto es que durante su estadía en Irak, Klay escribió poco y nada sobre la guerra. Más que nada leyó: "Don Quijote de la Mancha" (1605), "El arcoíris de la gravedad" (1973), de Thomas Pynchon, los primeros nueve volúmenes de "Una danza para la música del tiempo" (1951-1975) de Anthony Powell. Meses después de volver, comenzó a escribir lo que terminaría siendo "Nuevo destino". Llegar a Nueva York desde Irak fue el germen: un día en Times Square siempre será igual, pase lo que pase en Faluya. Esa contradicción, en un país en guerra, se le pegó al cuerpo como ropa mojada.

-Junot Díaz dice que se hizo escritor para confrontar o eliminar sus preguntas acerca de lo que significa ser humano. En su caso, ser un humano dominicano que creció en Nueva Jersey. ¿Por qué escribes tú?

-Creo que la confrontación con lo que significa ser humano es una visión correcta. En mi caso, escribo tratando de hacer frente a mis preguntas sobre la guerra de Irak, las experiencias de los que están cumpliendo servicio allí y cómo los mira Estados Unidos cuando regresan. Todo eso lo proyecto por medio de la ficción: puedo tomar mis ideas sobre el mundo y hacerlas parte de una historia para ponerlas a prueba, tensionarlas y convertirlas en algo mucho más complejo.

-¿Qué eres antes: un ex marine del Ejército de Estados Unidos o un escritor?

-Tengo un hijo de dos años y medio, así que creo que en este momento, o especialmente a las tres de la mañana durante un cambio de pañales, soy padre.

-¿Cómo es tu proceso de escritura?

-Siempre escribo a mano primero. Es sólo una manera de sacar mis pensamientos y ponerlos por escrito. Cuando reescribo, a menudo ni siquiera miro los primeros borradores. Luego, continúo con varias rondas de revisión mientras leo e investigo más sobre el tema.

-¿Cuánto tiempo te lleva investigar?

-Hago un gran trabajo de investigación. Leo muchísimos libros, periodismo y entrevisto a personas que me pueden contar más sobre el tema. Después envío mi trabajo a amigos para que me hagan comentarios y, siempre, reviso por etapas. Ahí sé que se acerca el final.

-¿Qué requiere más disciplina, ser un marine o un escritor?

-Creo que ambas requieren la misma cantidad de disciplina. Aunque las habilidades que me enseñaron como marine van más allá de ella. Me enseñaron a tomar decisiones y saber controlar las cosas en entornos complicados, lo que es demasiado útil para un escritor.

-¿Estás trabajando en un nuevo libro actualmente? ¿De qué va?

-Estoy trabajando en una novela sobre la intervención de Estados Unidos en Colombia. Ya veremos cómo va.

Phil clay en los tiempos en que fue marine de estados unidos.


"Nuevo destino"

Phil Klay

Random House 288 páginas

$14.000

Por Javier Correa

"Los veteranos regresan de la guerra y dicen 'las cosas como son', entregan sus duras verdades a una audiencia civil (...) Yo no quería eso".

AP Photo/Adil al-Khazali