Abortar: del Latín abortus o aborsus, de aborior, contrario a orior, contrario a nacer. La historia del aborto indica que la interrupción voluntaria del embarazo es práctica habitual desde hace milenios. Las leyes asirias penalizaban incluso el aborto inducido, tal vez porque necesitaban guerreros. Aristóteles creía que el alma del varón entraba a los 40 días de la concepción y en la mujer a los 90. Platón, en cambio, defendió la teoría de que el alma entra al momento de nacer y fue determinante para el Derecho Romano. Los Pitagóricos se oponían al aborto, lo mismo un culto del cristianismo primitivo y algunos pensadores griegos y romanos, pero por razones de "interferencia en el derecho del padre". La Iglesia Católica, si bien hoy se opone, no siempre ha sido unánime respecto al aborto (Pedro Lombardo s.XII, Tomás de Aquino, etc.). En fin, acercándonos a nuestros días, según estudio de 2007, se practican 46 millones de abortos anuales, y siguiendo la recomendación de la ONU, en casi todo el mundo el aborto está despenalizado por; terapéutico (la mamá corre riesgo vital), violación y defectos del feto. Sólo 11 países penalizan el aborto, entre ellos el nuestro.
Aquí entre nos, ¿y a pito de qué malísimo resumen wikipedico sobre concepto tan desbordante como la vida humana? Bueno, a pito de este show mediático en que nos involucra este Gobierno. Una discusión tan seria utilizada políticamente.
Todos sabemos lo doloroso del aborto en cualquier circunstancia.
Respecto del terapéutico, sólo requiere criterio médico y en la mayoría de los casos donde el hijo viene con pocas probabilidades de sobrevivir, los padres generalmente optan por tenerlo hasta que Dios disponga. Tal vez el más conflictivo es el embarazo concebido en circunstancias inhumanas: violación; la ley aplica la pena de muerte al más débil (doble dolor).
Sin duda, cada quién tiene su propia opinión y conciencia, tal vez lo que preocupa es que este "triunfo político" termine como en los otros países, siendo la llave para abrir la puerta del aborto total. Es decir, este revuelo "ético" no es más que otra manera de disfrazar un antiguo deseo: sexo sin responsabilidad… ¿O no?
Vivian Arend