El año 2016 se ha iniciado en materia política, tanto en la Región como el país, con los primeros aprontes con miras a las elecciones municipales de octubre próximo. En ese escenario, los partidos comienzan a mover sus piezas primero al interior de la colectividad y luego en cada una de las alianzas que se han formado para este proceso.
Y si bien el sistema en su conjunto se enfrenta a una complejidad mayor debido a la fotografía actual en relación a la escasa credibilidad de la ciudadanía en sus representantes, la campaña que se inicia representa también una nueva oportunidad que siendo optimistas- muchos candidatos podrían aprovechar.
Se trata de la opción de elevar la calidad del debate y la solidez de los argumentos para llegar al potencial electorado con propuestas serias. Por ejemplo, visiones de fondo respecto de la importancia del desarrollo local para el fortalecimiento de una sociedad amenazada por el individualismo, la falta de solidaridad y un creciente descrédito de la vida pública que muchas veces terminan alejando de la actividad a quienes pudieran realizar mejores aportes.
Esta necesidad de revalidar la importancia de las ideas que expresen los líderes es, por cierto, una responsabilidad compartida por distintos estamentos, donde se incluyen los propios partidos políticos, pero también los medios de comunicación y, por cierto, los votantes, que en un proceso democrático como el que se enfrentará están llamados a "premiar" con su preferencia a quienes se concentren en hacer la mejor propuesta para el mejoramiento del bienestar social en cada comuna.
Entre tanta descalificación, "pelea chica" y escasa densidad de los planteamientos, es necesario que desde el nivel local se intensifique la reflexión sobre el capital humano que dedica su vida a la política, sobre todo si Chile ha decidido avanzar hacia mayores niveles de descentralización y, por consiguiente, a una transferencia de poder del centro a las regiones.
Es cierto que un municipio no puede -por sí solo- marcar toda la diferencia en relación al presente y futuro de la comuna, pero no puede negarse que la calidad del trabajo de cada alcalde y concejo puede llegar a marcas profundas entre un territorio y otro.