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Incendio agudiza la falta de agua en seis campamentos y pobladores se tomaron la calle

PROBLEMA. Tres mediaguas resultaron destruidas por un siniestro ocurrido en la mañana de ayer, donde la carencia del líquido fue uno de los obstáculos. Los vecinos exigen al municipio que les mejore las conexiones de agua. Aseguran que ya llevan una semana sin el vital elemento.
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veronica.salgado@australosorno.cl

Dos viviendas y un taller totalmente destruidos dejó un incendio ocurrido en la mañana de ayer en el campamento Juan Pablo II, ubicado en el sector de Rahue Alto, hecho que provocó la molestia y desesperación de las más de 600 familias que viven en la zona, quienes llevan una semana sin tener agua en sus casas y cuyos dirigentes consideran que el siniestro es precisamente el resultado de esa situación.

El fuego comenzó aproximadamente a las 10.30 de la mañana de ayer y afectó a dos mediaguas que estaban emplazadas a un costado de la improvisada calle Esperanza, uno de los principales accesos a los campamentos.

El incendio fue difícil de controlar, ya que los carrobombas de las cinco compañías que llegaron al lugar no pudieron ingresar debido a que los vecinos habían realizado excavaciones para intentar precisamente mejorar la conexión de abastecimiento de agua de los asentamientos.

Las precarias viviendas resultaron totalmente consumidas, al igual que el taller, tras lo cual quedaron damnificados una pareja de adultos mayores compuesta por Manuel Acevedo (77 años) y Gladys Saldivia (76); además de José Silva y Bárbara Acevedo, quienes trabajaban en artesanía en fierro precisamente en el taller mecánico.

Balde a balde

Los dirigentes de los seis campamentos sostenían una reunión con su gente para conversar sobre la falta de presión en las redes improvisadas de agua potable que afectaba al sector, cuando escucharon los gritos de las familias y vieron las llamas y el humo que salía de la quebrada.

En ese momento comenzó la desesperación de las familias, quienes intentaban ayudar a Bomberos realizando una cadena humana de baldes a fin de controlar el incendio y mojar las viviendas cercanas para evitar la propagación del fuego.

Gladys Saldivia miraba sentada a un costado de la ladera como bomberos y sus vecinos luchaban contra el fuego que envolvía su casa: "esto es terrible porque llevamos días pidiendo que nos arreglen el sistema de agua, no sale agua desde nuestras llaves y siempre pensamos qué pasaría en caso de incendio", dijo con un pañuelo en la mano, una de las pocas cosas que alcanzó a salvar.

El comandante de Bomberos, Felipe Ponce, explicó que si bien nunca tuvieron falta de agua, porque se realizó la conexión entre mangueras para lograr llegar a la zona del siniestro, "es muy complicado trabajar en este asentamiento porque los caminos son estrechos y la falta de grifos es un problema. No pudimos determinar el origen del fuego por el grado de carbonización de los inmuebles afectados", dijo.

Falta de agua

Luisa Fuentes vive desde hace tres años en el campamento El Esfuerzo, uno de los afectados por la falta de agua, y explicó que la situación es insostenible para las familias, pues deben comprar agua embotellada para beber, pero claramente es una situación que afecta la higiene y sanidad de todos.

"El incendio sólo sirvió para agudizar el problema y exponerlo a la luz pública, porque nosotros llevamos días intentando encontrar soluciones con la municipalidad, pero no hemos logrado llegar a un acuerdo", dijo la mujer.

Una situación similar se vivió en diciembre de 2013, cuando también los vecinos de los mismos seis campamentos estuvieron cinco días sin agua producto de las precarias conexiones que mantienen basadas en tubos de PVC, los cuales están conectados a un arranque proporcionado por la empresa sanitaria Essal y donde el valor del suministro corre por cuenta del municipio.

En esa ocasión los vecinos protestaron con barricadas en avenida Real durante dos días y lograron finalmente que el municipio los apoyara con la instalación de un nuevo sistema de arranque para que recibieran más presión de agua.

Nueva toma

Fue precisamente esa experiencia la que volvieron a protagonizar la tarde de ayer vecinos y dirigentes de los campamentos, quienes prendieron neumáticos en avenida Real y con letreros en mano reclamaban la presencia de las autoridades y personal de Essal para solucionar el tema.

Hasta el lugar llegó Víctor Fuentes, funcionario de la sanitaria, a fin de dialogar con las familias, a quienes les explicó que la competencia de la empresa no llega al terreno donde ellos viven, pues no se encuentra urbanizado. Sin embargo, precisó que la voluntad para solucionar el tema existe de parte de la empresa privada, y por lo mismo, durante la mañana de hoy revisarán las instalaciones del sector en conjunto con personal municipal.

Danilo Calixto, dirigente del campamento Por un Futuro Mejor 3, señaló que es necesario encontrar soluciones definitivas al problema del agua y eso apunta a la instalación de medidores en cada vivienda, tal como ocurrió con la energía eléctrica.

"Estamos cansados de esto, queremos que el alcalde (Jaime) Bertín venga y dialogue con nosotros, somos personas, tenemos niños y es un problema serio el que tenemos con el agua. El incendio fue la más temida consecuencia de no tener agua", dijo.

Ana María Manríquez, dirigenta del campamento Alberto Hurtado, señaló que lo más necesario es que se haga un aumento del sistema de arranque que actualmente es muy pequeño. "Essal dijo que era posible y es una solución inmediata a la falta de agua. Tenemos respeto con el alcalde, pero tiene que entender la situación que estamos pasando", comentó la mujer.

Por su parte, el alcalde Bertín señaló que la voluntad de solucionar el tema siempre ha estado, ya que cuando han solicitado material para mejorar sus instalaciones se ha realizado, y ello se suma a los más de $70 millones anuales que cancela el municipio a Essal por el concepto de agua en campamentos. "Sabemos que el agua es fundamental y siempre hemos conversado con los dirigentes, pero bajo medidas de presión no puede haber conversaciones. Este problema pasa porque son asentamientos irregulares y no es posible instalar medidores en cada casa. Nuestra lucha es erradicar a las familias y para eso estamos trabajando", dijo.

Hasta el cierre de la edición aún se mantenían las protestas.