Comunidad necesita $130 millones para restaurar templo católico
REMODELACIÓN. Se han realizado diversos beneficios para reunir dinero, pero todavía no se logran juntar los recursos suficientes para esta iglesia de 112 años.
Bajo su elevado techo no hace muchos años ofició la misa diaria el padre Miguel Esteban Gumucio futuro santo chileno, y hoy el principal templo católico de la ciudad de La Unión tiene cerradas sus principales puertas.
Construido el año 1904, el paso del tiempo y la aparición de termitas destruyeron las principales vigas de sustentación del acceso, que obligó a buscar recursos para financiar su reparación y pintado.
La comunidad católica procura reunir los más de 130 millones de pesos que financiarán las obras y de las cuales se ha hecho cargo la empresa Constructora e Inmobiliaria Las Vertientes.
Bingos, campañas del sobre, rifas, venta de empanadas, aportes de vecinos y de algunas empresas locales, y los más de 30 millones de pesos ganados con el proyecto presentado a la fundación alemana Adveniat, mantienen las esperanzas del financiamiento de la obra principal.
La comunidad religiosa liderada por el padre Javier Cárdenas, ha trabajado junto a los católicos unioninos para restituir la seguridad de su principal templo.
Algunos problemas
"Iniciamos la reparación con el cambio de techo de la nave central y las alas, pensando en el pintado, que ya tiene 15 años, desde que Ricardo Preisler lideró una campaña en ese sentido y ahora viene el cambio de las vigas que sustentan la torre que caracteriza a nuestra iglesia", indicó el administrador Andrés Chavarría.
El acceso principal está cerrado; pero los fieles pueden ingresar por un costado al templo para las misas o bautizos, "el drama lo tenemos con los casamientos, por lo que hemos recomendado otras iglesias y entre ellas las de la Misión Trumao, donde se acaba de hacer uno y tanto los novios como los familiares e invitados quedaron maravillados por la belleza del entorno", destacó el administrador.
En un recorrido por el lugar, El Austral comprobó el estado de las principales vigas, que obligarán a su reemplazo por soportes metálicos y cemento.
La iglesia tendrá cerrado el acceso por la calle Arturo Prat, durante, a lo menos, dos meses, "siempre y cuando no tengamos otro inconveniente como el del cambio de las columnas que sustentan la torre principal del templo", indicó Chavarría, quien agregó que faltan recursos y se hace necesaria la integración y ayuda de todos los católicos de la ciudad, para terminar más rápido la reparación más importante de los últimos 50 años.