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El Festival de la Leche y la Carne

"Lo realmente indispensable de un espectáculo como éste es la dedicación y cariño que en él inviertan las personas de la organización"
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El término festival se emplea a menudo para describir aquellos eventos singularizados por contar con numerosos actos y cuya duración puede ser de uno o varios días, en un mismo lugar o en más de uno. Eso sí, con independencia del contenido que proporcione a su potencial audiencia, todo festival está íntimamente vinculado con la idea de fiesta y de celebración.

San Sebastián en cuanto a cine y San Remo en lo referente a música -ambos festivales localizados en el viejo continente- son buenos ejemplos de lo que hablamos. Aquí en Chile, hasta hace algunos años, únicamente sobresalía el certamen musical realizado anualmente en Viña del Mar. Pero eso ha cambiado. Y mucho.

Hoy día se han abierto los espacios para que proliferen por todas partes, erigiéndose no sólo como manifestaciones culturales, sino también como fuente de inspiración para la creatividad (basta escuchar algunos temas de la competencia folclórica de este año) e incluso tomando el rol de referente identitario de la ciudad.

La inclusión y participación sistemática de los miembros de la comunidad en las distintas instancias que ofrece el festival excede la simple vivencia festiva y anecdótica; se configura como lugar de encuentro entre grupos sociales diversos y, por tanto, en auténtico ejercicio de legitimación democrática.

Nuestro Festival de la Leche y la Carne ya cumple su undécima edición. La necesidad de seguir creciendo, alcanzar metas más ambiciosas y convocar a un público que sea cada vez más amplio, traerá de la mano decisiones complejas, como por ejemplo, la de apostar por figuras locales y potenciarlas, o bien continuar trayendo rostros de la farándula nacional, rentables económicamente, pero sin ningún tipo de compromiso real con la ciudad.

Más allá de una atractiva parrilla programática como la que ofrece este año, y de la inevitable parafernalia que lo rodea, lo realmente indispensable de un espectáculo como éste, para perdurar en el tiempo, es la dedicación y el cariño que en él invierten todas y cada una de las personas que participan en su realización.

Ese debiera ser el sello distintivo de un evento que coloque a Osorno en el lugar que merece.

Xavier Echiburú