Me atrevería a decir que, actualmente, son pocas las personas que no saben que el país necesita más y mejores técnicos, y que hay especialidades que pueden llegar a ganar mejores sueldos que muchas universitarias al poco andar de vida laboral. Pero si casi todos lo sabemos, ¿por qué la educación técnica sigue estando un peldaño más abajo que la educación humanista científica y universitaria?
A mi parecer, la educación técnica es por lejos la más relevante para el país en estos momentos, principalmente por dos simples motivos: el primero y más importante, es porque permite la movilidad social de sus estudiantes y sus familias al poder ingresar al mundo laboral una vez terminado el colegio sin deudas y con conocimientos que les permiten desempeñarse en cargos mayores a los de un operario o trabajador no calificado. El segundo motivo es porque a medida que el país se desarrolla, la única forma de seguir avanzando es a través de mejoras en la productividad y dando valor agregado a nuestros productos, para lo que se necesita contar con técnicos altamente calificados, que debemos comenzar a formar hoy.
Si bien en estas cosas siempre es difícil hablar de generalidades, la experiencia que hemos podido ver con las empresas que colaboran con la educación técnica en la Región a través de la ONG Canales, apunta en esta dirección.
Los sueldos de ingreso al mundo laboral superan los $300 mil líquidos y no son pocos los casos que hemos escuchado que llegan a ganar $800 mil o más al cabo de cinco años.
A priori puede sonar poco el sueldo inicial, pero si piensan en un joven de 18 años, sin deudas de estudios, que aporta ese ingreso a su grupo familiar, puede ser una gran diferencia.
Por lo tanto, si como país queremos acortar la brecha de la desigualdad y seguir creciendo en desarrollo, es clave que el Estado y las empresas se den cuenta del rol de la educación técnica en este proceso, y existan políticas públicas claras donde ambos sectores participen activamente, impulsando esta formación a un nuevo escalafón dentro de la sociedad.
Cristóbal García, director ejecutivo de ONG Canales