Treinta familias comparten agua potable y viven sin alcantarillado
IRREGULARIDAD. El problema sanitario se registra desde hace más de 25 años en la Villa Los Esteros de Rahue Alto y afecta a más de 200 personas. Varios vecinos obtienen el vital elemento desde una instalación ilegal y de ahí le suministran el líquido a los demás pobladores.
Un grupo de doscientas personas, alrededor de treinta familias, viven desde hace más de 20 años sin el suministro de agua potable y tampoco cuentan con alcantarillado, pese a los reiterados esfuerzos que han realizado por regularizar su situación. De hecho, desde el año 2008 han enviado cartas y solicitudes a diversos organismos públicos, además de innumerables reuniones con autoridades locales y regionales.
La villa Los Esteros está ubicada al final de las calles Acapulco y Chacarillas, a un costado de la villa Sofía en Rahue Alto, y fue creada cuando un particular realizó el loteo de su terreno y los actuales vecinos compraron los sitios y construyeron sus viviendas.
Durante estos años las personas lograron regularizar sus terrenos y obtener sus títulos de dominio necesarios para iniciar un proceso de solicitud de instalación del sistema de alcantarillado y agua potable. Según las familias, las autoridades no han escuchado sus demandas y no existe ninguna ayuda real a sus necesidades sanitarias, que sólo es igualar la calidad de vida que mantiene la mayoría de las familias que viven en zonas urbanas como ellos.
En Osorno existen otros ejemplos de sectores donde las familias estuvieron conectados a instalaciones precarias de agua potable y en sus patios mantenían fosas sépticas para evacuar baños, duchas, lavadoras, entre otros. Es el caso de proyectos desarrollados en la misma villa Los Esteros, en las calles Copahue, Tres Sur, El Salvador, entre otros.
En el caso del pasaje Huisca, en Rahue Alto, a un costado de avenida Real y parte de la calle José Joaquín Pérez, actualmente están a la espera de que finalicen proyectos que desarrollaron en conjunto con el municipio para solucionar su problema sanitario.
El inconveniente de las 30 familias se genera porque las calles no han sido entregadas oficialmente al municipio o al Serviu por parte de Bienes Nacionales, requisito fundamental para comenzar a desarrollar un proyecto de urbanización del terreno. De hecho, los vecinos trabajaron junto a un ingeniero un diseño de la distribución de las conexiones y reunieron cuatro millones de pesos, que es la mitad del valor total que cuesta materializar y legalizar el trazado de la distribución de las instalaciones.
Cañería para todos
Los pobladores afectados viven en casas construidas en madera, que se van emplazando en una ladera alrededor de un empinado camino de tierra y piedras. La postal que genera recuerda las viviendas emplazadas en los puertos como Valparaíso o Puerto Montt, sólo que la vista no es hacia el mar sino hacia un estero que está al finalizar el cerro.
Entre ese paisaje se emplaza la casa de Silvia Melián, quien vive hace 15 años al final de calle Chacarillas. La mujer cuenta que vivir sin un sistema regular de agua potable y de alcantarillado es muy complejo y agotador. Relató que la situación se agudiza en el verano, cuando el pozo negro que tiene en su patio comienza a emitir olores.
"No entendemos cómo las autoridades no nos ayudan a buscar una solución, hemos tenido innumerables reuniones y siempre la misma respuesta: 'ustedes tienen que esperar'. No se puede imaginar que a cuadras de su casa existe gente que aún vive como en el siglo pasado", dijo la mujer.
Ella es una de las vecinas que cuenta con red de extensión de agua potable que proviene de la casa de un vecino que sí tiene el servicio. Desde esa conexión Silvia amplía la red hacia otros vecinos que tampoco cuentan con agua potable en sus casas.
Casi al final del camino está la casa de Norma Parra, quien vive desde 2007 en el sector junto a su marido, su hijo y sus nietos de 7 y 1 año. La vecina está aburrida de escuchar explicaciones de las autoridades, muchos de los cuales no saben que ese sector existe en la zona urbana de la comuna.
"Es muy difícil para nosotros intentar mantener nuestras casas libres de alguna contaminación provocada por los olores de las fosas o por las miles de veces que no tenemos agua potable porque la red improvisada no tiene la potencia suficiente para abastecer a tantos hogares", relató la mujer.
Agregó que muchas veces no tienen agua para lavar su ropa, loza o incluso cocinar y que durante el invierno el tema que preocupa es el colapso de los pozos negros que mantienen los vecinos, donde hay casos de algunos que tienen dos o tres en su terreno.
Años de lucha
Iris Muñoz, presidenta del Comité de Adelanto Los Pioneros, explicó que las familias afectadas han estado realizando solicitudes desde 2008 para regularizar la situación.
Agregó que sólo este año han enviado cartas a las seremías de Salud, Bienes Nacionales, Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), a diputados y concejales. Todas intentando encontrar soluciones a su problema sanitario sin obtener claridad sobre qué pasos seguir.
"Conversamos con el alcalde y si bien nos escuchó y comprometió su ayuda, igual sentimos que nos dejó solos, porque existen respuestas que serían más rápidas si una autoridad presiona. No queremos que nos den nada gratis, sólo que tengamos las mismas condiciones de vida que la mayoría de las personas que viven en Osorno", explicó la mujer.
Desde el municipio explicaron que hay dos alternativas conversadas con los vecinos: la primera es constituir servidumbres de paso, lo que permite levantar un sistema de alcantarillado sin contar con la entrega oficial que debe realizar Bienes Nacionales.
En este caso, efectivamente se solicitó que los vecinos buscaran a un ingeniero para que desarrolle un diseño de distribución de las conexiones y el municipio aportará con la mitad de los fondos para cancelar al profesional siempre y cuando el diseño esté aprobado por Essal, la empresa concesionaria del manejo del agua en Osorno.
Para conseguir fondos para concretar la propuesta, la entidad edilicia postulará la iniciativa al programa Mejoramiento de Barrios de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere).
Otra opción es desarrollar una planta de tratamiento particular como las que se han instalado en villorrios como Cancura y pronto en Pichil. Se trata de una planta de tratamiento asociada a un alcantarillado independiente para así no tener que conectarse a la red de agua potable y alcantarillado de Essal.
Datos
Dos comités de adelanto
han existido en la zona, primero uno llamado Murrinumo y ahora Los Pioneros.
Pobladores
de ese sector además tienen problemas de acceso hasta sus casas para carros de bomberos, el camión de la basura y distribuidores de gas.
20 años de antigüedad tiene la villa Los Esteros, la cual fue construida luego de que un particular comenzara la venta de loteos donde diferentes familias fueron formando el sector.
4 millones de pesos han reunido los vecinos para cancelar el proyecto de diseño de la distribución de las conexiones de alcantarillado y agua potable, cuyo costo total es de $8 millones.
200 personas son las que viven en el sector, quienes esperan contar con la ayuda de las autoridades para regularizar sus instalaciones de agua potable y red de alcantarillados.