Cuidemos el medio ambiente
El motivo de esta carta es reflexionar sobre el "progreso" o avance de la sociedad.
Aunque digan que es para una mejor calidad de vida, en unos años más no habrán bosques, lagos y seres vivos.
Si los bosques desaparecen, también lo harán muchos hábitats de animales. Pero no solo eso, también el oxígeno poco a poco, y con eso, la vida de muchos seres vivos.
Todos somos testigos de que reemplazan árboles nativos por plantaciones forestales por especies como pino y eucaliptus, los cuales secan las napas subterráneas; en consecuencia, los suelos quedarán secos e infértiles para cultivo de otras especies que sí nos ayudan a vivir.
En conclusión, todo este desorden nos llevará a una peor vida; por lo tanto, solicito a los adultos que leen esto, tomen conciencia.
Le saluda cordialmente:
Ana Neumann
La justicia tarda
El dicho reza "la justicia tarda, pero llega"; sin embargo, no le parece a usted como mucho que aún no se pueda preparar el juicio oral del caso del terremoto del 27 de febrero del 2010.
Para la ciudadanía y en especial para todos los afectados por los inexcusables errores de todos los responsables directos e indirectos a todo nivel jerárquico de la seguridad de los chilenos en aquella fatídica noche, ante la falta de diligencia para terminar la investigación y, como lo ratifica la fiscal Huerta encargada del caso, quién deja su cargo en enero próximo… "esto se ha dilatado más a allá de lo razonable".
Sólo les queda una vez más confirmar que las resoluciones de nuestra justicia, en cuanto a la agilidad para concluir los juicios ordenando duras y justas condenas a los culpables, depende de quienes sean los litigantes y eventuales imputados.
Los casos como Penta, Caval, SQM, La Polar, colusiones varias y otros dan prueba de ello en forma irrefutable.
Luis Enrique Soler Milla
Gracias Provincial Osorno
Las gracias eternas a mi padre por llevarme al Parque Schott desde que era un enano, que se preocupaba más de pelusear entre los tablones que de lo que pasaba en el campo de juego.
Gracias por llevarme a esa cancha linda, difícil, barrosa, donde iban a caer los grandes, donde gritamos juntos los goles de Grandoli, Valdir, el guerrillero Naif; vimos la magia del "Condorito" Ugarte, las pillerías del "Chico" Muñoz, las barridas de Tello, la autoridad de Bahamondes y Céspedes, los tiros libres del Flaco Medina, la velocidad de González Pierella, las voladas de Fournier, Imilpán, Waldemar y hasta del mismísimo "Loro" Morón; o la forja de futuros cracks como el "Huevo" Valencia y el Gato Silva.
Donde vivimos la alegría del debut en Primera División y luego el implacable ascensor al que siempre está condenado el equipo pobre. Donde masticamos la indignación e impotencia de la injusticia y robo más grande de la historia en esa eliminación de la Copa Sudamericana frente a una Católica que no pudo nunca con nosotros, el equipito de primera B que le fue demasiado valiente y duro de roer.
Ese estadio donde vivimos juntos ese amargo domingo de octubre de 2010, en el que el solitario gol del Osito Núñez, otro héroe, no pudo revertir el 0-2 de la ida frente a Copiapó y nos fuimos a Tercera: en ese día marcado en el calendario como el triunfo más triste. Y desde ahí, la niebla y el despeñadero hasta el fondo. El triste y difícil pantano del amateurismo. De las canchas peladas y vacías, de la falta de recursos, de la vergüenza y la desesperanza.
Ahí es donde hoy se forjan nuevos próceres. Donde el puro amor a los colores sureños hace que nombres como Lefián, González, Suárez, Cancino, Barra, Haro, Oliva, Villegas, Barrientos y muchos más, dirigidos por quién otro que el "Torito" Millape, que siempre lució orgulloso su sangre osornina, se impongan con puro esfuerzo.
Este sábado, en un partido de infarto, como no podía ser de otra manera, Ángelo Lefián empujó la redondita al fondo del arco de Colina faltando un minuto para el pitazo final, para lograr el empate que selló el ascenso de Provincial Osorno a la Tercera División A del fútbol chileno.
Quizá a muchos esta celebración les parecerá casi motivo de burla, pero para nosotros es un paso de gigante. Nos llena de orgullo, de esperanza, de emoción. Es un pequeño paso adelante… mire que pasito a pasito se llega a la cumbre de montañas.
Gracias a mi padre por llevarme siempre a esa cancha linda e inscribirme como socio a los 12 años. Por enseñarme a querer la camiseta de tu tierra, y que aunque las alegrías sean pocas, el cariño es eterno y sincero. Leí una vez a un escritor argentino al que le preguntaban por qué era hincha de Nueva Chicago, un equipo "chico" de Mataderos (Bs. Aires), y él respondía que "bueno, porque cualquier boludo puede ser de Boca".
Lo mismo por acá. Un abrazo al hincha de región, de barrio, de sangre, en esta alegría pequeña y a la vez enorme, de un taurino nacido y criado.
Leonardo Hernández P.