Agradecimientos
Me permito saludarlo y solicito agradecer a las autoridades, personas, instituciones, colegas de trabajo, familiares, vecinos y amigos que nos acompañaron en el velatorio y funeral de mi esposo y padre, ex sargento segundo de Ejército y voluntario de la Primera Compañía de Bomberos de Osorno, Luis Eleodoro Guerra Concha (Q.E.P.D.).
Debo reconocer que nuestros corazones están dolidos y tristes por los difíciles momentos que nos tocó enfrentar como familia el pasado 19 de noviembre 2015, pero a la vez agradecidos del generoso apoyo y consuelo de quienes nos acompañaron para enfrentar la inesperada partida de mi amado esposo, padre, hermano y cuñado.
En estas líneas debo destacar en forma pública la generosa ayuda recibida del comandante de la Guarnición Militar de Osorno y del Reforzado Arauco, coronel Claudio Mendoza Oyarce, jefatura, oficiales, suboficiales, personal del Departamento de Asistencia Social y religioso, y de los soldados.
Asimismo, queremos agradecer la preocupación del gobernador Gustavo Salvo Pereira, Cuerpo de Bomberos de Osorno; director y voluntarios de la Primera Compañía de Bomberos Arturo Prat, directora y comunidad del Colegio Santa Marta, entre ellos profesora, padres, apoderados y alumnos del sexto año básico.
También merecen palabras de gratitu de forma especial a mi jefa Rosita Koenig, esposo y personal de Calzados DiOrland's por el cariño, acompañamiento y fortaleza que nos entregaron ante la partida de mi esposo y padre.
Carolina Calisto Delgado e hijos Antonia y Agustín
¿Robo?
Tras la gira de los representantes chilenos en Europa para explicar la postura de Chile frente a la controversia marítima que invoca el Estado boliviano, el presidente Morales reaccionó con expresiones violentas, diciendo en una conferencia de prensa: "¿qué van a explicar (los senadores chilenos) que nos han robado el mar?" Llamativo es que utilice contra Chile el concepto de robo, pero ha sido su administración la que ha robado la libertad de miles de bolivianos a través de expropiaciones salvajes, ajustando a la medida las leyes electorales para repostular, eliminando a los medios de comunicación privados para evitar informar de la corrupción, entre tantas situaciones antidemocráticas en las que jamás ha dado explicaciones. Pues bien, sería sano que rectificase las muestras de odio en contra de Chile y que además ofreciera disculpas por iniciar el robo a su pueblo.
Sebastián Espíndola Yáñez
Caso Haeger
A propósito del reciente vuelco en el caso de Viviana Haeger se hace evidente la existencia de una comunidad local demandante en esencia de verdad y justicia, que siente alivio cuando algunos de esos casos no dilucidados comienzan a ver la luz.
No sólo lo sucedido a la mujer, madre, hija, esposa y contadora puertovarina aparentemente asesinada merece nuestra sincera atención; están allí los demás casos que siguen sin explicación: José Huenante; Mariela Barra y otros tantos de menor trascendencia pública.
Sobreponernos a la frustración procesal y moral de no tener respuestas exige cuanto menos una expectativa real de que las instituciones agotarán sus medios para llegar a la verdad histórica, amparándose en el esqueleto procesal para actuar siempre en el marco de la legalidad. Lo mismo rige para el reclamo de más seguridad pública que hoy recorre nuestras calles.
La necesidad de llegar al fondo de lo sucedido, a la verdad histórica y procesal castigando a los responsables es, en definitiva, lo que consciente o inconscientemente nos mueve mayoritariamente, en tanto no suceda, a cuestionar la validez de los derechos humanos, al sistema de justicia, al aparato de persecución penal y a sus agentes, con una dureza propia de quien deposita en estos organismos su esperanza más profunda de encontrar base para hacer justicia.
Las respuestas del sistema en estos casos no son las que esperamos, y por lo mismo se entiende que a muchos nos cueste dormir tranquilos sabiendo que tenemos a un joven de nombre José desaparecido en Padre Hurtado y a una vecina y madre de nombre Mariela de La Vara, de quienes nunca más se supo, sumándose al denigrante historial nuestro de muertos sin responsables, desde Pampa Irigoín hasta nuestros días. Así de simple, así de duro. Inclusive debiera ser fuente de insomnio para algunos por allí.Nofal Abud Maeztu