Teniente Merino, la soberanía y la integración
"Acertado homenaje al Tte. Merino es dar mejores condiciones de vida a habitantes fronterizos"
Hace un mes conmemoramos los 50 años de la trágica muerte del Teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, quien el 6 de noviembre de 1965 perdió la vida mientras cumplía la función de vigilancia del territorio de Laguna del Desierto y de auxilio a los colonos chilenos que allí vivían. Cualquier palabra se hace escasa para expresar el reconocimiento y la gratitud que el pueblo chileno debe a sus carabineros de frontera, cuyo espíritu de servicio y de entrega es indiscutiblemente representado por el Teniente Merino Correa. Son los carabineros de frontera los que, en la aridez del norte y/o en la inclemencia del sur austral, tienen la responsabilidad de representar al Estado, cautelar la soberanía y proteger a los compatriotas que viven aislados. En esos lugares, donde la expresión "hacer patria" se manifiesta de modo literal, Carabineros avanza por la senda de servicio que marcaron hombres como el Teniente Merino.
Su muerte es un episodio triste en la memoria histórica de Chile, no sólo por la tragedia que significó ese hecho, sino también porque puso de relieve una realidad que lamentablemente, medio siglo más tarde, sigue latente: la presencia que el Estado debe tener en los territorios más alejados y el apoyo que han de recibir los colonos que decidieron construir su hogar en ellos. Es que, a 50 años de esos lamentables hechos, queda la impresión de que no aprendimos del todo la lección. Los habitantes de las zonas fronterizas, especialmente en el sur de nuestro país, viven aún en condiciones de aislamiento y perciben cierto grado de abandono por parte del Estado, que parece omitir que, con su presencia y su trabajo, las familias radicadas en esas zonas dan real sentido al concepto de soberanía territorial y requieren de una política de integración efectiva con los países vecinos, que es lo que demanda el mundo actual. Debemos lograr que los habitantes de un lado y otro de la frontera perciban las ventajas de la cercanía, los beneficios del fluido intercambio, y no los perjuicios o carencias que hoy día significa el aislamiento. Ese es el desafío de esta hora.
El mejor homenaje que podemos tributar hoy al Teniente Hernán Merino Correa y a todos los hombres y mujeres que habitan en las zonas fronterizas es trabajar por mejores condiciones de vida para ellos y promover con nuestros vecinos verdaderos polos de desarrollo en dichos territorios, para que en el futuro cercano el abandono sea remplazado por oportunidades y la confrontación abra paso a la cooperación. Es lo que el teniente Merino hubiera querido.
Senador de la República, Región de Los Lagos.
Rabindranath Quinteros Lara.