Extraen históricos adoquines de calle Pérez tras petición vecinal
URBANISMO. Los bloques de piedra de la calzada serán reemplazados por cemento, debido a que se encontraban desnivelados por los más de 100 años de uso. Residentes aseguran que sólo eran un problema. El alcalde indicó que analizarán reutilizarlos en otros proyectos de la ciudad.
Paola Rojas paola.rojas@australosorno.cl
"Nos juntamos un grupo de vecinos y todos estamos de acuerdo que queremos el progreso, porque si fuera por conservar lo antiguo, nosotros también quedaríamos para la eternidad, pero tenemos que irnos".
Estas son las palabras de Pelegrín Moreira, un vecino de las calles José Pérez y Blanco Encalada, arteria que hasta la semana pasada conservó sus tradicionales adoquines de piedra que datan desde fines del siglo XIX, pero que según los residentes causaban problemas que iban desde la dificultad para caminar con facilidad, hasta la vibración de las añosas viviendas que allí existen producto del paso de vehículos de gran tonelaje.
Moreira, quien vive hace 35 años en dicho sector, relató que fueron los vecinos quienes presentaron un proyecto ante el municipio para la pavimentación de la calzada junto al arreglo de las veredas.
El vecino además de residir en el lugar es dueño de un local de lubricantes ubicado en su misma casa, por lo que manifestó que incluso está dispuesto a asumir la baja en la clientela, ya que el corte de la calle impedirá que ingresen vehículos para ocupar los servicios que ofrece, todo con tal de terminar con las molestias que por años le han producido los adoquines.
Pelegrín Moreira explicó que vivir al costado de una calle hecha con este material y que por años ha sido abandonada sin ningún tipo de mantención, significó para ellos soportar además del ruido, la vibración de las viviendas todos los días y a toda hora, por lo que tampoco saben en qué estado se encuentran las estructuras de las casas.
"Cuando llegué aquí me despertaba asustado en la noche, no sabía qué ocurría y era un vehículo que pasaba. Lo otro es que se mueve toda la casa porque dicen que esto era un hualve antes", señaló.
El comerciante agregó también que por el mal estado en que se encuentran los adoquines, muchos transeúntes han sufrido caídas por los desniveles y hoyos que presenta la histórica vía.
Comité, junta y solución
Cansados de vivir por años con las incomodidades que les generaban los adoquines y mientras veían que la pavimentación era una realidad superada para la mayoría de las vías de la ciudad, 30 vecinos de la calle Pérez decidieron agruparse y encontraron que la única forma de darle solución al problema era conformarse en un comité o junta de vecinos, organismo que hasta este año no existía.
Una vez conformada la organización, los vecinos eligieron como presidente al pastor de la iglesia evangélica ubicada en calle Blanco Encalada, vía que también está revestida de adoquines, Marcelo Barrientos.
El líder de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera indicó que de esta forma ellos pudieron postular para la pavimentación de la calzada y las veredas que también estaban en mal estado.
Barrientos aseguró dentro de las reuniones con los vecinos jamás surgió oposición al recambio de los adoquines por pavimento.
El pastor explicó también que hubo personas que se opusieron al retiro de los adoquines, pero que no eran del sector, los que defendían la conservación de la calle por la riqueza histórica que representa para Osorno y sus habitantes.
"Ellos pueden protestar pero no conocen las condiciones en que vivimos. Esto era horrible. Yo vivo acá y estaba lleno de hoyos y en invierno lleno de pozas de agua. Un día pasó un camión y saltó un pedazo de adoquín para adentro de nuestro templo", relató.
El trabajo de la junta de vecinos se centró en explicar a los residentes, que en su mayoría pertenecen a la tercera edad, con suficiente tiempo de anticipación, que pasarían a tener una calle pavimentada. Todos comprendieron las molestias que tendrán, como no poder ingresar vehículos mientras se realizan los trabajos.
El nuevo dirigente vecinal expuso que en el caso de otra de las calles del sector que presenta adoquines como lo es Martínez de Rozas, también hay intenciones de modernizarla y hacer este recambio, pero que en dicho sector la mayoría de las personas que viven son arrendatarios, por lo que no pueden formar una junta de vecinos.
Otro aspecto que destacó fue que actualmente en el país existe una fuerte campaña y culturización en torno a la inclusión de las personas discapacitadas, por lo que los adoquines de las calles Pérez y Blanco Encalada no cumplen con las normas mínimas para facilitar el desplazamiento de estas personas.
40 años
Otro de los vecinos que ha vivido y trabajado en el lugar es el contador Rolando Betancourt, quien desde su oficina señaló que nunca ha tenido problemas con los adoquines.
"Siempre celebrábamos nuestros adoquines porque son un patrimonio. Debieron haberse conservado por eso. Pero a pesar de ello igual no me opongo a que se pavimente", expresó.
Betancourt agregó que el único problema que ve es que los vehículos no podrán entrar a estas calles por varios meses y van a tener que adaptarse y dejar sus automóviles afuera.
El contador agregó que en su caso nunca vio afectada la sólida construcción de hormigón de la cual es propietario y donde tiene su oficina en el primer piso y su vivienda en el segundo, no obstante solidarizara con sus vecinos.
Camino con historia
Según el libro del profesor Víctor Sánchez "Historia de Osorno", docente del Colegio Alemán en las décadas del '40, '50 y parte del '60 y fundador del Museo Municipal, los adoquines datan del año 1893 y fueron instalados por Ismael Soto junto a la primera cuadrilla de trabajadores municipales, sólo en la parte baja de la ciudad, es decir, donde termina el centro y se conecta con el actual barrio de Francke.
Entre las razones por las cuales sólo las calles de esa zona de la ciudad fueron recubiertas de adoquines está el hecho de que era un sector de terrenos húmedos, por lo tanto no tienen la firmeza suficiente.
Además, en esos años en dicho lugar se enclavaba el acceso norte a la ciudad, el que formaba parte del Camino Real y los adoquines daban una imagen de modernidad y pujanza a Osorno para los viajeros que ingresaban por allí.
Aún no se establece de qué cantera procedían estos adoquines, pero sí está claro que su conformación es roca sólida y no segmentada, es decir, no proviene de la acumulación de sedimento como lo es la piedra cancagua que se utilizó en la mayoría de las fortificaciones construidas en la zona, por lo que se trata de un material mucho más resistente.
Patrimonio simbólico
Pese a que la mayoría de los osorninos está consciente del valor histórico y patrimonial de las últimas calles con adoquines, desde el Consejo de Monumentos Nacionales se informó que estas vías nunca fueron declaradas oficialmente como patrimonio típico de la ciudad.
La otra manera existente para dar protección legal a sectores o construcciones antiguas es que el Servicio de vivienda y Urbanismo (Serviu) los declare como Zona de Conservación Histórica.
En el caso de las calles de adoquines de Osorno, la única forma de ser protegidas es por la voluntad de las autoridades, para que de alguna forma los adoquines sean redestinados y se usen en zonas como plazas o parques.
Desde el Serviu, organismo encargado de las obras, se informó que los adoquines que están siendo retirados para dar paso a la pavimentación serán entregados al municipio.
Reciclados
Este antiguo material con que se construían las calles en décadas pasadas está presente en la mayoría de las ciudades de Chile, donde en varias han sido reutilizados. Un ejemplo es la ciudad de Valdivia, donde un vasto sector denominado Barrios Bajos estaba cubierto por adoquines que fueron sacados y redestinados en parques, jardines y paseos peatonales como el Camilo Henríquez, ubicado frente a la plaza de la República (en la foto).
Sobre esta materia, el alcalde Jaime Bertín dijo no estar tan al tanto del retiro de adoquines de las calles Pérez y Blanco Encalada, pero que sí sabe del valor patrimonial que representan para la ciudad, por lo que este material será dispuesto nuevamente para destinarlo en sectores como parques y plazas.
"Estos adoquines evidentemente no se pueden perder porque forman parte de la historia de Osorno. Pero ya estando en el municipio es seguro que alguna ubicación les vamos a dar", aseguró Bertín.
De hecho, ya existiría un proyecto para que los adoquines de las calles Pérez y Blanco Encalada sean instalados para ornamentar el nuevo Parque Cuarto Centenario y el Fuerte Reina Luisa.
"Siempre celebrábamos nuestros adoquines porque son un patrimonio. Debieron haberse conservado por eso. Pero a pesar de ello igual no me opongo a que se pavimente".
Rolando Betancourt, Vecino de calle Pérez
"No se pueden perder porque forman parte de la historia de Osorno. Pero ya estando en el municipio es seguro que alguna ubicación les vamos a dar".
Jaime Bertín, Alcalde
1893 es el año en que instalaron los adoquines en la parte baja de Osorno, los cuales servían para transitar sin barro en una época donde el cemento era un material poco usual.
2 calles están siendo intervenidas: Pérez y Blanco Encalada, donde se extraerán los añosos adoquines para dar paso al cemento.
30 vecinos firmaron a favor del retiro de las añosas piedras para dar paso a la pavimentación de la calle Pérez.