Goleadora y arquera son referentes del fútbol femenino en Osorno
HISTORIAS. La delantera de 48 años María Eugenia Moncada y la portera Sandra Díaz, de 42, cuentan sus inicios en este deporte que los fines de semana reúne a 200 futbolistas.
Cerca de 200 mujeres, desde estudiantes, dueñas de casa y profesionales dan vida cada fin de semana a la Liga Femenina de Fútbol que se disputa en diferentes escenarios como la cancha Lago Rupanco, la Villa Olímpica y en el estadio Rubén Marcos Peralta.
Y dentro del grupo de jugadoras que se visten de corto para saltar a la cancha y defender a los 15 equipos que integran este certamen, destacan las figuras de dos avezadas y experimentadas jugadoras que en nuestra ciudad son las precursoras y grandes exponentes del balompié de damas.
Se trata de la experimentada delantera de 48 años María Eugenia Moncada que pertenece a los registros del equipo de Osorno Fem y de la portera de Estrella de Pichil, Sandra Díaz, de 42 años, esta última que ha salido como la mejor arquera durante los últimos tres campeonatos.
En el caso de la goleadora, dueña de casa y madre de un hijo, fue a los 10 años cuando dio sus primeros golpes con el balón junto con sus hermanos en la cancha de la Alday.
Como en su familia era prácticamente la única mujer, creció viendo y jugando fútbol que hoy por hoy es una de sus grandes pasiones, por lo que según comenta, va a jugar "pichangas" donde la inviten, representando a diferentes selecciones y equipos.
"Cuando comencé a jugar casi no participaban las mujeres. Se veía muy poco porque existía mucho el machismo, era un deporte más de hombres, era mal mirado en ese tiempo, por lo que jugaba con puros hombres", dijo. Confiesa que ha hecho más de mil goles en los partidos oficiales disputados durante su carrera.
"En duelos locales, regionales, nacionales e internacionales he hecho esa cantidad de goles. He participado en torneos internacionales como mi primera salida en Bariloche en 1999 y me acuerdo que en 2011 fui a Ushuaia por un internacional representando a Dalcahue", dijo.
La deportista confiesa que a sus 48 años le queda cuerda para rato y que solo dejará la actividad cuando el cuerpo le pase la cuenta.
"Me preocupo harto de mi acondicionamiento físico. No es solo llegar el fin de semana a jugar porque troto en la Villa Olímpica y tengo mi máquinas de ejercicio para trabajar en la casa. Además, cuido las comidas y duermo temprano", comentó.
En algún momento tuvo la oportunidad de partir a Santiago para integrar la selección femenina de Chile en 1985, pero entonces jugaba en un club de La Unión que no la dejó partir. "Cuando se hizo la petición a mi club, no me dejaron partir y esa es una espina que me quedó clavada", agregó la mujer que además de ser futbolista trabaja como camionera en una empresa en Puerto Montt.
Custodia el arco
Durante las tres últimas temporadas de la Liga Femenina, la arquera de Estrella de Pichil ha sido elegida como la mejor en su puesto. La dueña de casa que vive camino a Puerto Octay, dijo que a los 18 años comenzó a jugar primero como defensa central pero tras una lesión en la rodilla jugó como arquera.
"En un comienzo era difícil jugar porque era casi mal mirado, pero en mi sector igual nos las arreglábamos. Teníamos en ese entonces un equipo de fútbol y de ahí no paré más", comentó la mujer, casada y madre de una hija de 15 años, con quien incluso espera jugar el próximo año defendiendo los colores de su equipo.
Confiesa que su marido no es muy amante del fútbol ni menos partidario de que ella juegue, pero dice entre risas que las mujeres mandan en la casa, por lo que los fines de semana deja sus quehaceres del hogar para convertirse en deportista.
"Mi marido nunca me ha acompañado pero ya estoy acostumbrada porque no voy a dejar de hacer lo que más me gusta. Mi hija me acompaña, así que espero jugar con ella pronto", agrega.
Al igual que María Eugenia, Sandra sale a trotar por su sector porque tiene que mantenerse en forma para los duelos del fin de semana.
Sobre sus gustos bajo los tres palos, comenta que los porteros que más admira son al chileno del Barcelona y capitán de la "Roja" Claudio Bravo y también por su corazón albo, le gusta el paraguayo Justo Villar. Ambas futbolistas se sienten orgullosas de estar dentro de las primeras mujeres en jugar y en aportar a que el fútbol femenino se masifique en Osorno y la provincia.
Y esperan entregar toda su experiencia para que las futuras generaciones puedan superar lo que ellas han logrado en un deporte que hace rato dejó de ser una disciplina solo para hombres.
"Las niñas más jóvenes nos piden consejos y uno en la cancha trata de aportar para que sean mejores. Esa es una de las recompensas que entrega el fútbol", concluyó la apasionada futbolista Sandra Díaz.
Historia de la Liga Femenina de Fútbol
La presidenta de la Asociación de Fútbol Amateur Femenino Ingrid Arauz comentó que comenzaron hace 5 años a disputar este campeonato y año a año se van sumando más equipos interesados en la competencia. Las edades de las jugadoras fluctúan entre los 13 y 48 años y el objetivo es brindar un espacio para que las féminas puedan practicar de manera competitiva este deporte. "Esta competencia se potencia todos los años porque cada vez existe mayor interés de las mujeres en jugar", comentó.
15 equipos conforman la Liga Femenina de Fútbol donde son cerca de 200 las mujeres que se visten de corto cada fin de semana.