Familia sepulta a paciente obesa mórbida y requiere $400 mil para cancelar urna especial
DRAMA. María Coronado falleció a los 43 años, debido a un paro cardiorespiratorio y falla multisistémica debido a que pesaba 320 kilos. Hace cuatro años estaba postrada, por lo que bomberos colaboraba para su traslado a controles de salud.
La nublada tarde de ayer fue el escenario de fondo para la despedida de María Sonia Coronado Cárdenas, la mujer que falleció a los 43 años y cuyo caso se hizo conocido estos días debido a la imposibilidad de su familia por adquirir un ataúd especial que cobijara su cuerpo de 320 kilos.
Por lo mismo, ayer se necesitaron 15 personas para cargar la gigantesca urna de madera con sus restos, que fueron sepultados en el Cementerio Municipal de Rahue Alto.
El sepelio de la dueña de casa, quien padecía obesidad mórbida, no pasó inadvertido en el camposanto, ya que es la primera vez desde su entrada en funcionamiento en 1970 que se requiere este despliegue de funcionarios, según expresó el administrador del recinto Miguel Barrera.
Postrada
Su deceso ocurrió la madrugada del viernes 20, a las 03.30 horas, mientras se encontraba internada en el Hospital Base San José, donde no logró superar un paro cardiorespiratorio y una falla multisistémica, de acuerdo al diagnóstico del médico de turno Carlos García.
La mujer estaba casada con Jorge Muñoz Martínez (54 años) y era madre de un hijo de 20 años.
Debido a su exceso de pesos, estuvo postrada en cama desde el año 2011, en su domicilio del campamento René Rebolledo en Rahue Alto.
A su funeral concurrieron familiares, amigos y vecinos de población Los Álamos, donde la fallecida mujer llegó a vivir hace tres meses con su marido, conjunto habitacional situado al costado de Villa Lololhue.
Urna especial
Además de sus complicaciones de salud en el diario vivir, luego de fallecida sus familiares se vieron en la necesidad de iniciar una campaña para costear la urna en la cual debía ser sepultada.
Su marido junto a familiares y vecinos debían conseguir cerca de un millón de pesos para cancelar la urna especial que fue traída desde Santiago por la empresa Funeraria San Francisco, de propiedad del empresa Jorge Zincker, la que cuesta unas tres veces más que la urna económica del mercado.
"El municipio nos facilitó 500 mil pesos y el terreno para sepultar a mi esposa. Algunos particulares también aportaron más de cien mil pesos la tarde del jueves (ayer), pero faltan $400 mil para terminar de pagar el servicio fúnebre", explicó la tarde de ayer Jorge Muñoz.
"Nadie espera una cosa de esta naturaleza para comprar un féretro con medidas especiales, reforzado en las manillas y en el aspecto sanitario", detalló el viudo, respecto a la urna especial que trajeron de la capital.
La estructura mide 85 centímetros de alto, 1 metro 30 centímetros de ancho y 1 metro 90 de largo. La mujer pasó seis días en la morgue del hospital, desde donde tuvo que ser trasladada al Servicio Médico Legal por necesidad espacio.
Ayer se conoció que debido a sus problemas de movilidad que sufría hace cuatro años, voluntarios de Bomberos colaboraban en su traslado a la ambulancia, que la llevaba a sus controles médicos. Ello volvió a ocurrir la noche del jueves 19, cuando la sacaron de su casa para llevarla al hospital, donde falleció horas más tarde.
También el Hogar de Cristo prestaba su ayuda a la mujer, facilitándole el aseo personal y alimentos especiales, ya que era usuaria del Programa de Atención Domiciliaria.
"Algunos particulares también aportaron más de cien mil pesos la tarde del jueves (ayer), pero faltan $400 mil para terminar de pagar el servicio fúnebre".
Jorge Muñoz, Esposo de la fallecida
320 kilos pesaba
María Cárdenas al momento de fallecer víctima de un paro cardiorespiratorio. 4
años permaneció postrada la mujer debido a que padecía de obesidad mórbida.