"Este es un Mercado que se creó para los pequeños locatarios (…) no para que lo licitaran empresarios".
Hilda Villegas, locataria del
Mercado Municipal de Osorno
"Apostaría a que formemos una nueva región, porque los tiempos cambian (…) Osorno tiene un potencial diferente".
Jaime Bertin,
alcalde de Osorno
En días en los que vemos una creciente y natural aceleración de la velocidad de cambio urbana, un amigo, parafraseando a un pensador contemporáneo, me recordó que la arquitectura es tiempo cristalizado. Tiempo que queda claramente expuesto en las creaciones del genio humano que, por sus valores, han merecido ser consideradas como patrimonio de la humanidad y que engalanan escasos puntos de la frágil superficie planetaria. Los ejemplos son diversos como diversas son las culturas que las imaginaron y edificaron. Petra y el centro histórico de Viena, por nombrar algunas representativas del hemisferio opuesto. En el nuestro, Machu Picchu y algunas tan cercanas como las iglesias de Chiloé, en nuestra región.
Sin embargo, no es su valor universal aquello que las dota de su capacidad cristalizadora, ya que toda arquitectura es tiempo cristalizado. Por cierto, el tiempo cristaliza también en nuestra particular arquitectura osornina la que, sin duda, es representativa de aquellos que han sido y son nuestros modos de vida. Estas creaciones nuestras, a veces apreciadas a veces fustigadas, trascendiendo su rol funcional devienen en un marco físico capaz de ilustrarnos quienes hemos sido, la manera en que, sirviéndonos de los medios y recursos de nuestro territorio y dando crédito a las capacidades de nuestras gentes, hemos ido forjando nuestro lugar, nuestra escena vital.
Las valiosas arquitecturas de Osorno y también los espacios urbanos, plazas, parques y vías, constituyen un particular ejemplo de tiempo cristalizado. El nuestro. Uno complejo en el que no sólo han quedado plasmados nuestros mejores y hoy más valorados ejemplos (vivienda tradicional en madera, arquitectura moderna de primera mitad del siglo pasado, río Damas, entre otros), sino uno que incluye las diversas arquitecturas y espacios urbanos que han ido surgiendo en la urbe producto del longevo quehacer de todas nuestras gentes, de sus inquietudes y necesidades, de sus ingenios y ambiciones, de sus riquezas y carencias.
Al igual que nuestro territorio, respecto del cual se ha realizado recientemente una aguda reflexión en el foro panel "Perspectivas para el desarrollo regional y provincial", organizado por la Cámara Chilena de la Construcción de Osorno, nuestra urbe es hoy una rica condensación de tiempos expuestos simultáneamente, de cuya lectura acuciosa es inevitable que se desprenda conocimiento, ideas y, a partir de aquellos y de la reflexión, se pueda construir una visión que colabore en la ineludible tarea de pensar el futuro.
Dr. Hugo Weibel F., académico del Departamento de
Arquitectura & Diseño de la Universidad de Los Lagos
Como una verdadera instalación ilegal calificó el seremi de Vivienda, Humberto Yáñez, la ocupación de una superficie del campamento O'Higgins, desde el cual el Serviu erradicó en julio pasado a más de 100 familias. El hecho ha venido materializándose paulatinamente y donde se han contado nuevas 20 casas construidas.
Extraoficialmente se supo que las obras de reconstrucción del pabellón siniestrado del Hogar "Mi Casa" tendrían un costo de 22 millones de pesos, según adelantó el director del establecimiento, Anselmo Bañares. Lo anterior se desprende del informe técnico elaborado por personal de la Municipalidad de Osorno.
Hacía varios años que en Osorno no se vivía una previa futbolística tan llamativa, ya que luego de seis temporadas, Osorno está más cerca que nunca de llegar a Primera A. Si a eso se suma como rival a un enemigo de siempre, no hay nada más que decir. Los Toros salen a la cancha este sábado para enfrentar a Puerto Montt en la liguilla.
Desde el año 2010 hasta ahora, debido a una seguidilla de desastres naturales, se han sucedido los simulacros de terremoto y tsunami para conseguir que la población esté preparada para cuando tenga que enfrentar una nueva emergencia. La gran catástrofe del 27 de febrero de hace cinco años, con el añadido de un errático actuar de las autoridades que no supieron responder oportuna ni adecuadamente para que los habitantes del borde costero evacuaran hacia zonas altas, marcó de tal manera el debate público que hasta el día de hoy se sigue juzgando con ojo crítico la respuesta de los organismos especializados ante cualquier atisbo de emergencia.
Una de las grandes enseñanzas que dejó el terremoto y tsunami que azotó a Chile central es la necesidad no sólo de gestionar la respuesta ante las emergencias en el momento mismo, para lo cual se requiere de información, decisión y recursos, sino que también de simular la reacción de la propia ciudadanía frente a sismos y maremotos de intensidad destructiva. Por ello es que los simulacros, como el que se desarrollará en la costa osornina este jueves, constituyen necesarios ejercicios que tienen que motivar la participación activa de la población para que trate de asimilar cómo reaccionar, adónde ir y cuánto esperar cuando percibe que la naturaleza está saliéndose de sus cauces habituales.
La actividad de esta semana, convocada y organizada por la dirección regional de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), se realizará en las localidades costeras de San Carlos, Manquemapu y San Pedro, en la comuna de Purranque; y en las caletas de Huellelhue y Cóndor, de la jurisdicción de Río Negro. Antes que ello ocurra, es menester que la propia Onemi y los municipios respectivos procuren transmitirle a la ciudadanía la importancia de que se someta a este simulacro. Con todo lo difícil que es alcanzar grados de verosimilitud en cualquier simulación, los habitantes de la costa tienen que estar permanentemente atentos a las señales de la naturaleza para poder reaccionar como corresponde cuando se altera, por lo que este tipo de ejercicios les contribuye de gran manera a la formación de muy convenientes hábitos.