De la época de la fundación y posterior refundación, quedan algunos relatos que hacen referencia a los materiales usados en la construcción de Osorno, tapiales (muros de tierra compactada), adobe y ladrillo, este último más recomendado por el daño que las intensas lluvias producen en el adobe. Se aconsejaba también el uso de tejas de arcilla cocida como material de cubierta. La cancahua prevaleció sobre el adobe y el ladrillo, pero estos materiales modulares no resistían los frecuentes sismos, por lo que finalmente prevaleció la estructura de madera sobre sitiales (fundaciones) de cancahua con cubiertas de tejuelas de alerce. Esta última imagen aún hoy es posible apreciarla en algunas antiguas casas.
Entre 1850 y 1900 se produce la llegada de los colonos alemanes a la zona y en su imaginario traen la piedra como sólida expresión en la construcción. Pero aquí no hay piedra para construir, sólo hay madera. Es la nostalgia de la piedra lo que hace que la madera se trabaje imitando la piedra; uno de los casos más evidentes es el de la casa Aubel, ubicada en la esquina nororiente de la intersección de las calles Los Carreras y Cochrane. En su fachada podemos ver una perfecta imitación de ladrillo hecha en madera, y qué madera, nada menos que alerce. Otro caso es el de la vivienda que hoy cobija al Centro Cultural Sofía Hott; su estilo es el de una arquitectura de piedra replicada en madera. En ella vemos un pórtico de cuatro columnas de fuste liso con todos los elementos del orden dórico ejecutadas en madera.
Desde 1910 en adelante aparece el hormigón en las fachadas, pero los interiores siguen siendo de madera. La fachada de "material" es sólo apariencia, un envoltorio, como el caso de La Reina, el museo de Osorno, el Surazo, etc.
Hoy ya no queda madera nativa, y esta vez atacados por la "nostalgia del alerce perdido" imitamos con la piedra a la madera y reina omnipresente, el Norway, una imitación de tablas de alerce hecha de fibrocemento o el sidiing de PVC, que es una imitación plástica del traslapo en madera. Un caso impresionante es el de la sede del Círculo de Suboficiales de Carabineros en retiro ubicado en Rodríguez, entre Zenteno y Eduvijes.
A modo de conclusión y ante la pregunta ¿existió alguna vez una arquitectura en madera en Osorno?, debo responder NO, sólo existe la nostalgia de un noble material perdido.
Andrés Angulo, académico del Departamento
de Arquitectura & Diseño de ULagos Osorno