Secciones

Buscan convertir pingüineras de Purranque en santuario de la naturaleza

ECOLOGÍA. El lugar es reconocido por su biodiversidad, donde viven siete especies de aves y lobos marinos, por lo que el municipio y la ULagos pretenden resguardar su patrimonio natural.
E-mail Compartir

Leonardo Yevenes Ch.

"La denominación de santuario de la naturaleza por parte del Ministerio de Medioambiente permitiría que este lugar pudiese ser cuidado a través de leyes de cualquier amenaza proveniente del hombre".

Con esta frase el doctor en Ciencias Biológicas y profesor de la Universidad de Los Lagos (ULagos), Jaime Rau, detalló el trabajo que se lleva a cabo desde 2007 por parte de la institución de educación superior, en el denominado Islote Pingüinos -archipiélago compuesto por pequeños islotes en la bahía San Pedro en la costa de Purranque-, donde se pretende en un plazo de al menos dos años entregarle a este sector el mencionado estatus de protección.

Las pingüineras son reconocidas por su biodiversidad, pues en el lugar se encuentran siete especies de aves -entre ellas los pingüinos de Humboldt y Magallanes-, así como de lobos marinos, a lo que se suman una amplia variedad de algas marinas.

El trabajo que lleva a cabo la ULagos a través del Laboratorio de Ecología desde hace unos meses se ejecuta con la colaboración del municipio de Purranque, las comunidades indígenas del lugar y de la asociación de pescadores artesanales de Caleta San Pedro.

Precisamente con ellos se firmó un convenio para llevar a cabo éste y otros proyectos de colaboración, entre los que se encuentran el cuidado mismo del sector, así como de planificación y regulación en la temática de turismo de intereses especiales.

Investigación

Según Rau, todo comenzó hace ocho años atrás cuando el entonces estudiante de la carrera de Biología Marina de la universidad, Jonnathan Vilugrón, inició su trabajo de tesis en el sector, lo que fue entregando mayor información acerca de cómo se desarrollaba la vida silvestre en el lugar.

A su vez, el biólogo marino detectó la necesidad de resguardar este espacio, que si bien forma parte del Área Marina y Costera Protegida Lafquenche Mapu Lahual, la existencia de poca información publicada sobre las especies del lugar motivó a más investigadores como el mismo Rau, Jaime Cursach y Carlos Oyarzún (actual director del museo de Historia Natural de Purranque) a desarrollar estudios sobre la biodiversidad presente y trabajar por su posterior protección, para lo cual comenzaron a afianzar distintas alianzas con la comunidad.

Según Jaime Rau, el objetivo de las investigaciones que se realizan en la zona junto al municipio de Purranque, es que el área se conserve a través de una categoría de manejo que para el académico, debería ser la de Santuario de la Naturaleza.

"Los santuarios de la naturaleza son administrados por el Consejo de Monumentos Nacionales y no por Conaf, como es el casos de los Monumentos Naturales o Reservas Nacionales, que podría haber sido la otra categorización, pero como es una reserva marina, esto sería poco práctico", detalló el doctor de ULagos.

Según Rau, los santuarios naturales son "laboratorios al aire libre" donde se pueden llevar a cabo investigaciones científicas, pues resultan ser ecosistemas demasiado frágiles y vulnerables, además de estar limitados espacialmente. N obstante, en la actualidad los islotes de Bahía San Pedro se cuentan como un espacio más dentro del área marina protegida Mapu Lahual.

"En Chile actualmente existen muchos problemas en áreas de conservación que no tienen documentos de planificación y no hay una legislación. Son parques de papel, pues la conservación no es efectiva", explicó el docente.

Por lo mismo, la reunión con las autoridades purranquinas permitirá generar ordenanzas municipales que regulen ciertas actividades relacionadas con el turismo, así como las distancias que deben mantenerse de los islotes y frecuencia del turismo al lugar, así como un plan de manejo de residuos en el lugar.

Rau agregó que si bien con la categorización de Santuario de la Naturaleza no se percibirán recursos para su protección, sí permitirá tener un estatus legal donde se puedan realizar denuncias cuando esté en peligro de conservación, porque como dice el mismo Rau, "por ahora prácticamente, esta es tierra de nadie".

Autoridades y museo

Según Héctor Barría, alcalde de Purranque, son varios los actores que están involucrados en la comuna en el tema de la conservación de esta zona costera, entre ellos el Concejo Municipal en pleno, comunidades indígenas y los mismos pescadores de Caleta San Pedro.

"Gracias a personal de ULagos que viene trabajando desde hace varios años, se ha logrado poner en valor este sector que conserva una gran variedad de aves marinas y mamíferos, por lo que ahora estamos llegando a un acuerdo entre todas las partes para generar un protocolo de trabajo en el área y luego pasar a una etapa donde este lugar pueda ser declarado santuario de la naturaleza".

La idea de Barría es que el próximo año se pudiesen tener noticias al respecto, ya que el borde costero está tomando gran importancia para todos los actores de la comuna. Se pretende entregarle un papel turístico a la zona, pero que debe estar regulado para evitar que se desestabilice la biodiversidad que se desarrolla allí.

Por ello una de las ideas es que sean los mismos habitantes del sector quienes a futuro se hagan cargo de las visitas guiadas y reguladas de turistas. para ello es necesario prepararlos como monitores turísticos de un sector que estaría destinado a ser un lugar de turismo de intereses especiales, que se sumaría a la explotación artesanal y regulada del loco y del alerce que se desarrolla en el sector.

En tanto Carlos Oyarzún, director del Museo de Historia Natural de Purranque, se encuentra entusiasmado con la importancia que se le ha entregando en el último tiempo a este sector costero de la comuna, primero con las investigaciones por parte de la Universidad de Los Lagos y más recientemente a través de las autoridades y entes sociales involucrados.

Uno de los puntos fuertes del proyecto -indica Oyarzún-, es la concientización que existe en el resguardo del sector, por parte de los mismos purranquinos, quienes a través de las visitas al museo o de las muestras itinerantes que éste realiza a diferentes establecimientos educacionales de la zona, se ha podido generar conocimiento y apego a una zona que muchos de los habitantes de la comuna no sabían que existía.

"La mayor parte de los purranquinos ni siquiera sabía que contábamos con una población de pingüinos", agregó Oyarzún, sobre la necesidad de potenciar y proteger la zona.

Catalogación

La denominación de santuario de la naturaleza permitirá proteger mediante leyes las pingüineras.

El turismo sería una de las actividades que podrían regularse en el lugar, potenciando las visitas pero a la vez protegiendo la biodiversidad.

2 Especies de pingüinos viven en el pequeño archipiélago. El de Humboldt y el de Magallanes.

3 Islotes grandes y siete más pequeños existen en la Bahía de San Pedro en Purranque.