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Usar el humor en el lugar de trabajo no siempre es bueno

ESTUDIO. El efecto positivo de los chistes o las bromas en la satisfacción laboral dependería de qué tan buena es la relación entre el jefe y los empleados.
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Mabel González

Se dice que la risa es la mejor medicina y varios estudios científicos han abordado los beneficios que esta tendría para la salud mental. Pero en el lugar de trabajo, el humor no siempre generaría un efecto positivo.

Una investigación de la Universidad de Missouri (EE.UU.) sugiere que los jefes, especialmente aquellos que no son buenos en sus trabajos, no deberían usar el humor con sus empleados.

El estudio contradice la creencia popular de que el sentido del humor en la oficina mejora la moral del equipo de trabajo.

Las personas también tienden a pensar que sus empleadores deberían evitar el humor negativo, como el sarcasmo.

Según recogió el diario británico Daily Mail, el informe de los investigadores de Missouri encontró que el éxito de los chistes en el aumento de la satisfacción en el trabajo depende de la calidad de la relación entre el jefe y los empleados.

"En general, la gente piensa que el humor positivo, que es inclusivo, afiliativo y de buen gusto, es bueno en el liderazgo, y que el humor negativo, que es agresivo y ofensivo, es malo", sostuvo Christopher Robert, profesor asociado del Departamento de Administración del plantel estadounidense, y uno de los autores de la investigación.

"En nuestro estudio encontramos que los efectos del humor dependen de la relación entre los líderes y los subordinados", agregó el académico, citado por el medio británico.

"Específicamente, tanto el uso positivo como el uso negativo del humor por parte de los líderes se relaciona positivamente con la satisfacción laboral de sus subordinados cuando la relación entre ellos es buena", explicó Robert.

Sin embargo, dijo, "cuando la relación entre el líder y el subordinado es mala, tanto el tipo de humor negativo como el positivo están asociados con una menor satisfacción laboral".

"En otras palabras, para los líderes a veces el buen humor tiene efectos negativos y el mal humor tiene efectos positivos en los subordinados", afirmó el investigador.

Cuestionarios

Para probar su teoría, el profesor Robert y su equipo desarrollaron dos baterías de cuestionarios, una para los jefes y otra para los empleados.

Los científicos analizaron las respuestas de cerca de 70 jefes y 241 subordinados pertenecientes a 54 organizaciones.

"Los hallazgos sugieren que si los líderes desean integrar el humor en sus interacciones con los subordinados, deberían primero evaluar si sus subordinados tienden a interpretar sus propuestas humorísticas de manera positiva", indicó Robert.

"Si existe una buena relación entre el líder y el subordinado, entonces el humor -sea de un tono positivo o negativo- solo ayudará a mantener la buena relación", comentó.

Uso estratégico

Robert también señaló que estos resultados tienen implicancias en el uso estratégico del humor por parte del jefe.

"En lugar de usar el humor para construir relaciones, los líderes debieran trabajar para construir relaciones sólidas a través de otros medios, como por ejemplo, a través de una comunicación clara, un trato justo y la entrega de información clara y útil. Por tanto, el humor se puede usar para mantener esas relaciones fuertes", aseveró.

El profesional advirtió que una buena relación con los trabajadores no necesariamente le entrega a los jefes la libertad de emplear cualquier tipo de humor en cualquier contexto.

Por ejemplo, dijo que los chistes que se basan en estereotipos raciales o sexuales pueden no ser aceptados de buena forma por los empleados.

Si la historia de la serie "The Office" ocurriese en la realidad, este estudio probablemente llevaría al gerente Michael Scott a repensar su relación con sus empleados y no volver a convertirlos en el blanco de sus bromas, a veces de tono racista o sexista.

70 jefes y

241 trabajadores participaron en el estudio desarrollado por la Universidad de Missouri.