Secciones

Familia opta por construir su casa al medio de un viejo pellín y a cinco metros de altura

DISEÑO. Los Potthoff-Mohr ocuparán la vivienda en diciembre, cuyo estilo es único en la provincia. La construcción, con más de 100 metros cuadrados y aún no está terminada, llama la atención de conductores que viajan en la ruta a Octay.
E-mail Compartir

Leonardo Yevenes Ch.

Apoco más de cinco metros de altura y en medio de un viejo pellín de grandes dimensiones -que se alza por sobre los 40 metros- se encuentra la que será en diciembre la casa de Matías Potthoff y su familia.

Con poco más de 100 metros cuadrados construidos, pero a medio terminar todavía, la estructura ubicada en el fundo Los Yugos es visible desde la carretera que une Osorno con Puerto Octay (a 10 kilómetros de nuestra ciudad aproximadamente), donde llama la atención inmediata de los conductores.

Para Matías, dueño de casa, la estructura no le parece nada fuera de lo común. Según comenta, uno de sus hermanos vivió alguna vez en una casa similar en la localidad de Ensenada, claro que admite no era más grande que de 3 por 3 metros. Por lo mismo, la decisión de construir su hogar definitivo en un árbol le pareció muy viable.

"Mi familia y yo no tenemos casa aquí en el fundo, ya que vivimos en el hogar de mi suegra, por lo que se nos dio la oportunidad de construir una en otro lugar del campo, tras lo cual elegimos este árbol", señala el joven de 27 años, quien también es bombero.

Según Matías, las opciones eran varias, pero tanto él como sus hijas Isidora, Catalina y Mía, y su esposa Daniela Mohr prefirieron escoger esta inusual opción.

Por ello llamaron al mismo amigo carpintero que le construyó la casa a su hermano en Ensenada, para llevar a cabo la idea que parece ser única en la zona.

La estructura, que se sostiene por grandes vigas de madera nativa sacadas de otra vivienda, no tiene un costo tan alto para la familia de Matías, ya que según señala el carpintero Eduardo Flores, les hizo un precio para construirla, con la intención de que pueda servirle como ejemplo publicitario de lo que es capaz de hacer.

"Utilizamos materiales que ya existían en el campo, además del trabajo que uno aporta, por lo que no podría decir un monto exacto de lo que hemos gastado en ella", indica.

Otro dato curioso es que la construcción tiene que estar nivelada por ambos lados del gigantesco pellín, "es una forma de compensar los pesos de una edificación que se encuentra en altura. No es algo que nos haya dicho un ingeniero, pero creemos que se tenía que hacer para mejorar el balance de la estructura que no está asentada en el suelo", detalló.

Interior

Subiendo por la escalera hasta el interior de la singular vivienda, Matías indica que la casa cuando esté terminada contará con dos escalas de salida, una por el frente del domicilio y otra por detrás, además de todo un sistema de balcones y puertas de vidrio corredizas que aprovechan al máximo el magnífico paisaje campestre con ganado que se observa a alrededor.

Una vez en el interior se puede apreciar el extenso diámetro del pellín donde está sujeta la estructura, el cual se encuentra "instalado" en el centro de la sala principal del primer piso donde está la cocina y un pequeño bar y sala de recepción para las visitas, así como en el segundo que se encuentra destinado a las habitaciones de los integrantes de la familia.

Sobre los servicios básicos, Matías no se hace problema, ya que para el desagüe, dice que la gravedad que produce la altura les ayuda; y en cuanto a la electricidad, el servicio les llega directo por una conexión.

"Mi familia está muy entusiasmada de venirse a vivir aquí. Quién no se encontraría contento de salir de la casa de la suegra", dice riendo.

Para Matías Potthoff, uno de los problemas que podría presentar la estructura construida en un árbol de 40 metros de altura, es el envejecimiento del mismo; por ello tomó la precaución de elegir un ejemplar que fuese firme y que no se encontrara en un estado de tan avanzada edad.

"Por lo menos vivirá hasta lo que dure la familia", aclara.

Así, para este bombero de la Cuarta Compañía, el problema podría venir desde otro lado: la caída de rayos.

Si bien acepta que la zona no se encuentra exenta de este fenómeno climático, confía en que un evento así es poco probable que los afecte justamente a ellos; además, admite que construir un pararrayos le costaría muy caro.

Matías comenta que de lo que sí se ha preocupado es de la caída de ramas a la casa. Si bien acepta que es imposible que pueda cortarlas, su plan se basa en alivianar el peso de éstas.

"Hemos probado prácticamente que es muy difícil que caigan encima de la casa, ya que durante este invierno sufrimos varios temporales de viento y no sucedió nada", dijo.

"Mis amigos ya me están preguntando cuándo se va a inaugurar, para venir a conocerla".

Matías Potthoff, Dueño de la casa