Las imágenes, las informaciones, las declaraciones que dan cuenta de los daños del terremoto y tsunami que azotó a una buena parte del país tienen un factor común: muchos de los afectados por la tragedia no aparecen derrotados por el golpe de la naturaleza. Hay lágrimas, pero no muestran resignación.

Por el contrario, ellos son expresión de una extraordinaria fortaleza y energía y están dispuestos a seguir trabajando, a recuperarse desde los escombros. Son comerciantes, pescadores, artesanos, transportistas, gente de trabajo, muchos de quienes han perdido vivienda y elementos que les permiten subsistir junto a sus familias.

Todo lo material está perdido, pero mantienen ese gran capital que es la fortaleza y la capacidad de emprender.

En esas personas hay que focalizar la ayuda, no como un simple subsidio y menos con promesas, sino que a través de mecanismos que les permitan efectivamente recuperar las posiciones que habían logrado, ayudando con recursos económicos oportunos, por cierto, pero también con capacitación y acompañamiento en sus respectivas actividades.

Hay en estos damnificados ánimo de trabajo y también experiencia que debe ser aprovechada en beneficio de ellos mismos y de cada comunidad en la cual se encuentran insertos.

En tiempos en que la comunicación se ha convertido en una especie de religión, es necesario presentar a estos trabajadores, pequeños empresarios, algunos emergentes y otros consolidados, como ejemplos de lucha.

Se produce la tragedia del Norte Chico en momentos en que la desconfianza castiga a personas e instituciones; en días en que muchos personajes públicos aparecen perdidos en un laberinto de discusiones estériles y mutuas descalificaciones que los llevan a lograr baja consideración en la apreciación ciudadana.

La catástrofe reciente, con víctimas fatales y altas pérdidas materiales, encierra una oportunidad para conocer al verdadero Chile, al Chile real y profundo y aquellos habitantes que día a día, sin saberlo casi, sin consignas bulliciosas, hacen Patria. Luego de celebrar el aniversario nacional y evocar a grandes figuras del pasado, encontramos a estos héroes del Siglo XXI dispuestos a seguir librando una gran batalla, por ellos, por sus familias, pero también por Chile. Y esos patriotas golpeados no pueden ser olvidados. Merecen armas para continuar en la lucha que desde hace tiempo vienen librando en medio de la soledad y muchas veces de la incomprensión y la burocracia.

28 años | 21 de septiembre de 1987

Temporal de viento cortó las líneas de alta tensión

Fuertes vientos provenientes del este cortaron la mañana de ayer las líneas de alta tensión que suministran energía eléctrica a sectores urbanos y rurales de la comuna, lo que provocó la interrupción de las emisiones radiales y televisivas. El fenómeno, inusual en esta época de buen tiempo, presentó rachas de viento de hasta 70 KM/H.

18 años | 21 de septiembre de 1997

Aumentan consultas respiratorias en hospital

Las enfermedades respiratorias fueron el principal motivo de consulta de los pacientes que ayer acudieron al Servicio de Urgencia del Hospital Base. Según dijo el médico de turno, Héctor Castro, la mayoría de los enfermos presentaban cuadros de bronquitis, faringitis y también amigdalitis.

8 años | 21 de septiembre de 2007

Repatrian a arquitecto que envenenó a familia local

Después de años de espera llegó extraditado al país desde Ecuador el arquitecto penquista Mauricio Cárdenas, quien en 1988 envenenó a su novia embarazada de cinco meses, a la hermana de la joven y a la madre de ambas, tras enviarles pasteles con arsénico. El profesional en 1996, cundo la Corte Suprema ratificaría su condena.

Dos factores claves del éxito de los países han sido: instituciones fuertes y estabilidad en las reglas del juego. Hoy se ha instalado en el debate público la elaboración de una nueva constitución. Las constituciones procuran definir los principios básicos de la convivencia de un país, es su contrato social. Los países con mayor estabilidad tienen constituciones muy antiguas y a lo más llevan a cabo enmiendas, pero no con cambios radicales.

Un tema que ha estado en la discusión es el derecho de propiedad, principio fundamental no sólo para la estabilidad, sino para el crecimiento y desarrollo. El relativizar este principio implica una importante caída en la inversión ya que su retorno, además de los riesgos intrínsecos, estaría sujeto a riesgos políticos de los gobiernos o parlamentos de turno. No hay que olvidar que la actual Ministra del Trabajo, cuando era de la SEGPRES, declaró que hay que revisar el alcance que la constitución le otorga al derecho de propiedad: "nos interesa también dar importancia a la dimensión social de la propiedad". Esta posición es compartida por muchos que claman por una nueva constitución. Esto claramente relativiza el derecho de propiedad y los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Es bueno recordar a Courcell- Senill, de gran influencia en las políticas económicas chilenas, que en el libro "Tratado Teórico i Práctico de Economía Política" (1859), dice "lo que frecuentemente se llama propiedad de un individuo no es otra cosa que el conjunto de esperanzas que le presenta el estado social existente i (sic) en vista de las cuales arregla su vida. Nosotros no vivimos, esperamos vivir. El Hombre existe enteramente en sus esperanzas i (sic) todo lo que viene a modificarlas lo afecta de la manera más íntima". Lo anterior no significa la inmovilidad absoluta, pero sí reconocer que cada una de esas modificaciones afecta el más fuerte derecho de propiedad de las personas (las esperanzas), generando inestabilidad e incertidumbre. Relativizar el concepto de derecho de propiedad es afectar el conjunto de esperanzas. En el caso de los empresarios y emprendedores, eso significa afectar las expectativas de los flujos futuros de sus inversiones, por lo que indudablemente afecta la inversión.

Los seres humanos no queremos refundaciones. Cuando se necesitan reformas, los cambios deben ser graduales, ponderando sus efectos y resultados. No es de extrañar, entonces, la caída en los índices de confianza, la desaceleración de la economía y el freno de la inversión, así como la brusca caída en el apoyo al gobierno, a las reformas y a la Presidenta.

Víctor García Ossa Economista, Rector Santo Tomás Osorno