"Historia de todas las cosas que han acaecido en el reino de Chile y de los que lo han gobernado"
"Llegado a una ciénaga atolló el caballo con él. Acudieron los indios que le estaban aguardando y como estaba en aquella necesidad fatigado, lo derribaron del caballo a lanzadas y golpes de macanas. Teniéndolo en su poder lo desarmaron y desnudaron en carnes y ataron las manos con unos bejucos, y así atado lo llevaron a pie casi media legua, sin quitarle la celada borgoñona que llevaba, que, aunque lo probaron muchas veces, no acertaron a quitársela, y como era hombre gordo y no podía andar tanto como querían, llevábanlo algunas veces arrastrando, diciéndolo muchos vituperios y burlando de él, hasta un bebedero, donde llegados con él se juntaron todos los indios y repartieron toda la ropa y despojos por su orden entre los señores; y al yanacona Alonso, que después se llamó Lautaro (y salió en ser belicoso más que indio), porque les dio la orden de pelear, le dieron la parte que él quiso tomar. Allí le trajeron a Valdivia su yanacona Agustincillo, el cual le quitó la celada. Viéndose con lengua les comenzó a hablar, diciéndoles que les sacaría los cristianos del reino y despoblaría las ciudades y daría dos mil ovejas si le daba la vida. Los indios, para darle a entender que no querían concierto alguno, le hicieron al yanacona pedazos delante de él. Viendo el padre Pozo que no aprovechaban amonestaciones con aquellos bárbaros, hizo de dos pajas que halló una cruz, y persuadiéndole a bien morir, diciéndole muchas cosas de buen cristiano, pidiendo a Dios misericordia de sus culpas. Mientras en esto estaban hicieron los indios un fuego delante de él y con una concha de almeja de la mar, que ellos llaman pello en su lengua, le cortaron los lagartos de los brazos desde los codos a la muñeca (teniendo espadas, dagas y cuchillos con que hacerlo, no quisieron, por darle mayor martirio), y los comieron asados en su presencia. Hechos otros muchos vituperios, lo mataron a él y al capellán, y la cabeza pusieron en una lanza juntamente con las demás de cristianos que no les escapó ninguno.
Este fue el fin que tuvo Pedro de Valdivia, hombre valeroso y bien afortunado hasta aquel punto. ¡Grandes secretos de Dios que debe considerar el cristiano! Un hombre como este, tan obedecido, tan temido, tan señor y respetado, morir una muerte tan cruel a manos de bárbaros; por donde cada cristiano ha de entender que aquel estado que Dios le da es el mejor; y si no le levanta más es para bien suyo, porque muchas veces vemos procurar los hombres ambiciosos cargos grandes por muchas maneras y rodeos, haciendo ancha la conciencia para alcanzarlos; y es Dios servido que después de haberlos alcanzado los vengan a perder con ignominia y gran castigo hecho en sus personas, como a Valdivia le acaeció cuando tomó el oro en el navío y se fue con él a Perú, que fue Dios servido y permitió que por aquel camino que quiso ser señor, por aquel perdiese la vida y estado.
Era Valdivia, cuando murió, de edad de cincuenta y seis años, natural de un lugar de Extremadura pequeño llamado Castuera; hombre de buena estatura, de rostro alegre, la cabeza grande conforme al cuerpo, que se había hecho gordo; espaldudo, ancho de pechos; hombre de buen entendimiento aunque de palabras no bien limadas; libera y hacía mercedes graciosamente. Después que fue señor recibía gran contento en dar lo que tenía: era generoso en todas sus cosas, amigo de andar bien vestido y lustroso, y de los hombres que lo andaban, y de comer y beber bien; afable y humano con todos, más tenía dos cosas con que oscurecía todas esas virtudes: que aborrecía a los hombres nobles y de ordinario estaba amancebado con una mujer española, a lo cual fue dado".
Estudio, edición y notas de Miguel Donoso Rodríguez
Editorial Universitaria
580 páginas
Precio internet: $16.200
Adelanto del libro "Historia de todas las cosas que han acaecido en el reino de Chile y de los que lo han gobernado", editado por Miguel Donoso Rodríguez
"Este fue el fin que tuvo Pedro de Valdivia, hombre valeroso y afortunado hasta aquel punto. ¡Grandes secretos de Dios que debe considerar el cristiano!".