El drama de "Los 33" olvidados por las autoridades en Río Negro
problema. El grupo, donde casi todos son adultos mayores y pertenecen al comité "La Toma", lleva más de un año y medio a la espera de que les construyan sus viviendas en terrenos que son de su propiedad. El director regional del Serviu aseguró que las obras se retomaron hace una semana.
veronica.salgado@australosorno.cl
Un verdadero drama es lo que vive un grupo de 33 personas de Río Negro, en su mayoría adultos mayores, quienes hace más de 18 meses están en condiciones paupérrimas a la espera de que se concrete el subsidio entregado por el Estado para la construcción de viviendas sociales en sitio propio.
Producto del retraso del inicio de las obras existen personas pertenecientes al comité "La Toma" que se vieron obligados a adecuar como morada un quiosco, una pequeña pieza o simplemente estar de allegado en casa de algún familiar.
Algunos de ellos desarmaron sus antiguas viviendas, varias con más de 60 años de antigüedad, ya que se encontraban deterioradas por el paso de los años, la acción de la humedad y de la lluvia, e incluso porque fueron infectadas por plagas de termitas.
Los afectados consideran que el retraso en el inicio de las obras es responsabilidad tanto de las autoridades del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) como de los parlamentarios de la zona, quienes, a su juicio, los olvidaron y lo único que les queda es un terreno abandonado y un papel que se supone acredita que se adjudicaron un beneficio habitacional que hasta la fecha no se ha concretado.
Las "33" familias olvidadas de Río Negro poseen el subsidio del Fondo Solidario I construcción en Sitio Propio, el que contempla la entrega de una vivienda social mediante la edificación de la misma en un terreno de su propiedad.
Dentro de los requisitos que debió acreditar el grupo de rionegrinos está mantener un puntaje inferior a 8.500 puntos en la Ficha de Protección Social para avalar su condición de vulnerables.
Además, durante los nueve años que lleva conformado el comité "La Toma", sus integrantes debieron ahorrar 10 Unidades de Fomento -UF- ($250 mil pesos aproximadamente) en sus libretas para la vivienda.
Un frío quiosco
María Hernández tiene 76 años y siempre vivió en una casa de madera ubicada en la calle Pedro Aguirre Cerda, en la comuna de Río Negro. La adulta mayor hace nueve años se inscribió en el comité "La Toma" pensando en cambiar su antigua casa, que ya tenía la madera podrida, por una nueva y pasar así una vejez más tranquila y cómoda.
María recuerda que fue la mujer más feliz cuando a principios de 2013 supo que era beneficiaria del tan esperado subsidio. Relata que para tener las 10 UF en la libreta en el año 2011 pidió un préstamo cuyas cuotas estuvo pagando durante cuatro años.
"La pesadilla que he vivido desde que me dijeron que desarmara mi casa hace más de un año y medio no se la doy a nadie. Quedé en la calle viviendo en un quiosco de papas fritas que una vecina me arrienda, parece que esperan entreguemos el certificado de defunción para que comiencen a construir", dijo María.
La actual morada de María Hernández es un pequeño quiosco de madera con piso de cemento que ni el calor que proviene de una estufa a gas logra controlar. A un costado de la ventana se ve una cama donde la adulta mayor se refugia para pasar las frías noches de invierno.
Junto con un improvisado closet que se transforma en un alambre que cruza la casa (la única forma de que la ropa de uso personal no esté mojada) se puede ver parte de los muebles que le recuerdan a María que aún alberga la esperanza de que le construyan su casa.
"Hace más de un año nos reunimos con los diputados Fidel Espinoza y Felipe De Mussy, quienes prometieron ayudarnos en un par de días y aquí sigo viviendo en el quiosco. Me pregunto si a las autoridades les gustaría ver a su madre viviendo como estoy yo", argumentó María Hernández.
Agrega que de haber sabido que las cosas se iban a desarrollar de forma tan lenta y sin ninguna consideración a la calidad de vida de las 33 familias, nunca hubiera accedido a desarmar la casa que la cobijó por 45 años, "no estaba buena, es verdad, pero claramente era más abrigada que mi actual refugio", dijo.
Postrada y hacinada
Ida Hernández tiene 80 años y padece de múltiples enfermedades crónicas que la tienen postrada, donde sólo puede desplazarse en silla de ruedas. Ella también pertenece al comité "La Toma" y desde hace más de 18 meses espera por la construcción de su nueva casa.
La mujer vive junto a su hijo Rigoberto Aguilar, quien hace unos años sufrió un accidente que le impide poder trabajar o realizar una vida en solitario. La adulta mayor recuerda que con su propio esfuerzo construyó la casa de madera que la cobijó por más de 50 años en calle Pedro Montt.
"Para el terremoto de 2010 comenzó mi drama, porque la casa sufrió daños estructurales pero podíamos vivir en ella. La desarmamos y nos dieron esta pieza de madera mientras construían una nueva casa", explicó.
De hecho, en 2013 comenzaron a edificar la casa pero la construcción se frenó al mes de iniciada y sin explicación alguna, según recuerda la adulta mayor. "Llevo tantos años esperando y viviendo en unas condiciones que no merece nadie, hemos pedido ayuda pero las autoridades parece que se olvidan", dijo.
Víctor Manuel Correa tiene 88 años y nunca pensó que desarmar su casa ubicada en la población Lagos de Chile tendría consecuencias tan negativas para su vida. El hombre, que actualmente vive con su hermana Margarita Correa y la familia de ésta, cuando supo que su vivienda no se iba a construir, sufrió un accidente vascular que lo tiene prácticamente postrado.
Por lo mismo, su hermana explicó que la pena que arrastra Víctor Manuel es muy grande, ya que durante toda su vida vivió en su casa, de hecho, el hombre la observa atento y se emociona al recordar la vivienda que desarmó.
"Vinieron hace más de un año diputados, seremis y autoridades del Serviu y más allá de decir 'señores, estamos trabajando y entendemos su preocupación' no pasó nada más", dijo la preocupada hermana.
La casa de Víctor también había comenzado a ser construida, pero la obra fue frenada y sólo quedó el armazón levantado.
Plazos y tiempos
Iván Leonhardt, director regional del Serviu, explicó que hace una semana se retomaron los trabajos para concretar la construcción de al menos 31 de las 33 viviendas del comité "La Toma". Explicó que existen tiempos técnicos que es necesario respetar, ya que cada terreno posee características diferentes.
"Estamos trabajando para mejorar el trabajo que se realiza entre la entidad encargada de ejecutar las obras, las personas del comité y el propio Serviu, para evitar que se repitan estas situaciones lamentables", indicó el director regional de la entidad estatal.
Por su parte, el diputado Fidel Espinoza señaló que él participó en una reunión hace más de un año, pero nunca ofreció soluciones inmediatas. Agregó que como miembro de la Comisión de Vivienda de la Cámara ha tratado el tema muchas veces, incluso con la propia Ministra de Vivienda Paulina Saball. Sin embargo, apuntó la irresponsabilidad al Serviu de la provincia de Osorno.
"Acá el problema es que la oficina del Serviu Provincial no está desarrollando bien su trabajo y tenemos problemas tan lamentables como el de los vecinos de Río Negro", dijo el diputado.
Pese a los intentos de este medio, fue imposible conocer ayer la opinión del diputado Felipe De Mussy.