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Afectados por temporal cumplen un año de espera para tener sus casas

Río Negro. El grupo está compuesto por 38 familias, las que perdieron sus hogares, enseres y hasta los animales de crianza producto de la subida del río Forrahue elpasado 2 de junio de 2014. En aquella oportunidad los servicios públicos se comprometieron a entregarles subsidios para levantar nuevas viviendas en sus sitios, reparar aquellas que sufrieron daños mayores y ayudarlos para adquirir un inmueble nuevo o usado, de lo

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Un total de 38 familias de Río Negro llevan un año de espera para obtener beneficios y poder cambiar o arreglar sus viviendas, las que presentan graves daños estructurales generados por la subida del río Forrahue el 2 de junio de 2014.

Los damnificados, quienes durante el temporal perdieron parte de sus enseres, muebles y hasta sus animales de crianza, señalaron que las autoridades no han cumplido con la ayuda comprometida y durante todo este tiempo han sido víctimas de la burocracia de los diferentes servicios públicos involucrados.

Los vecinos afectados viven a orillas del río Forrahue, principalmente entre las calles Punta Arenas y Balmaceda, además del sector La Toma. Durante la emergencia fueron visitados por personal de la Gobernación, Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), el municipio e incluso por el Gobierno Regional, quienes constataron en terreno la gravedad de lo ocurrido.

En esa fecha les informaron que 20 de ellos eran beneficiados de subsidio para construcción en su propio sitio o para comprar una vivienda nueva o usada. Además, 12 familias debían recibir un subsidio de reparación para daños estructurales mayores y cuatro para arreglos menores.

Si bien se están realizando trabajos asociados a la revisión de cálculos estructurales, tasaciones de viviendas o bien los casos fueron derivados a las entidades patrocinantes (Egis), en la práctica las personas siguen esperando que las obras se materialicen.

Otro invierno y nada

Eva Suazo lleva 36 años viviendo en su casa en calle Punta Arenas, a metros del río Forrahue, junto a su hija Danitza de 22 años.

En las paredes de la vivienda de un piso aún se pueden ver las marcas de los casi dos metros de agua de altura que entraron a su hogar, destruyendo todo a su paso.

La mujer recuerda con pena cómo debió esperar durante días par ingresar a su vivienda y comenzar a limpiar el barro y el agua que estaban por todas partes sin distinguir ropa de cama, muebles, electrodomésticos, entre otros productos y pertenencias.

"En esa oportunidad nos ayudaron con un bono de 250 mil pesos, nos dieron frazadas, artículos para limpiar, etcétera. Pero lo más importante nunca se cumplió, que es el subsidio para construir una nueva vivienda", dijo la afectada.

Precisó que tiene tres certificados que indican que su casa no es apta para vivir, aspecto que pudo ser constatado en terreno por las autoridades que visitaron la zona.

Agregó que desde hace un año nunca nadie volvió a ir al sector para verificar algún antecedente y que cuando consultó por los resultados fue derivada de una oficina a otra.

En el sector, de las 20 familias que están a la espera de la construcción de una nueva vivienda, sólo una se encuentra en proceso de construcción. El resto permanece a la espera.

Por lo mismo, Eva considera que todo lo explicado y presentado por las autoridades "sólo fueron promesas asociadas a la burocracia de un sistema que no hace ninguna diferencia entre las prioridades de sus usuarios. Perdí la esperanza totalmente y pasaré otro invierno viviendo rodeada de humedad y maderas podridas", manifestó molesta.

Daños irreparables

El matrimonio compuesto por Edulio Navarro, de 78 años, y Jovita Navarro, de 79, llevan 55 años vivienda en una casa de madera celeste en calle Punta Arenas. Ambos explicaron que durante su vida han visto muchas crecidas pero ninguna tan grande como la vivida en junio de 2014.

Jovita recuerda que estuvo un par de días en la casa de uno de sus tres hijos en Puerto Montt esperando que el agua bajara para ingresar a su vivienda y dimensionar el daño ocasionado por el agua del río.

Lo que más lamenta fue la pérdida de todas sus gallinas y que el subsidio para reparar los grandes daños estructurales de las vigas de su casa nunca se hizo efectivo.

"Estuvimos tan ilusionados porque nuestra casa está visiblemente dañada, pero nunca vino nadie a reparar la vivienda. Es más, nuestros hijos nos han ayudado a cambiar algunas tablas, compraron una nueva combustión lenta para calentarnos porque el viento entra por todas partes", detalló la adulta mayor.

Los daños son visibles al interior del hogar, donde el piso es el más afectado; no obstante, la mayor preocupación para el matrimonio son los pilares de madera que sostienen la casa.

"Tenemos marcado hasta donde llegó el líquido, de hecho aún se nota en la pintura las huellas dejadas por el agua del río", dijo.

Durante la emergencia fue personal del Ejército, Bomberos y municipal quienes ayudaron a los vecinos a rescatar sus enseres y posteriormente a limpiar las casas, ya que el barro acumulado en muchos casos alcanzaba más de un metro de alto.

Tiempos de espera

René Rojas, jefe regional del Departamento de Operaciones habitacionales del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) precisó que efectivamente se han presentado retrasos en concretar las obras.

Esta situación ocurre porque los terrenos donde van a ser construidas las viviendas están en zonas inundables y requieren un proyecto de ingeniería.

"Entendemos que las personas quieren ver que se comiencen las construcciones cuanto antes, pero no podemos arriesgarnos a que las edificaciones queden mal hechas. Si bien los subsidios entregados fueron distintos justamente para no tener que cumplir un proceso burocrático mayor, los proyectos requieren precisión y calidad", explicó el profesional.

Agregó que se han realizado reuniones con las familias para mantenerlos informados sobre los pasos que se han ido realizando. Puntualizó que actualmente hay personal exclusivamente trabajando en monitorear el caso de las familias de Río Negro.

"Muchas veces las empresas constructoras que son pequeñas prolongan el desarrollo de los proyectos para esperar que pase el periodo de invierno. Ello es así y si bien hacemos presión, también el municipio debe cumplir su parte", indicó el directivo del Serviu.

Pedro Aguilar, director comunal de Protección Civil y Emergencias, señaló que se lleva un detalle de cada una de las familias afectadas y están constantemente monitoreando la situación particular de cada vecino afectado.

Agregó que han existido demoras por temas que se alejan de las competencias municipales, pero todos los antecedentes que han solicitado los organismos pertinentes han sido entregados con prontitud.

"Las familias que resultaron con sus viviendas más dañadas están siendo ayudadas para desarrollar proyectos de buena calidad, pero las obras gruesas efectivamente aún no se materializan", detalló.

El Ministerio de Obras Públicas construye en la ribera del río Forrahue, justamente en la zona afectada, un muro de 650 metros sumado al fortalecimiento de los gaviones para evitar que se repitan inundaciones como las ocurridas en el año 2014.

Más de mil personas fueron las afectadas durante la inundación de junio de 2014, pero sólo 38 familias pudieron acceder a subsidios.

Más de 92 fichas aplicó el municipio y Serviu durante la emergencia registrada el año 2014.

38 familias

son las que permanecen a la espera de la materialización de algún subsidio para contar con una vivienda nueva o mejor la que ya poseen.

250 mil pesos

de bono recibieron las familias afectadas por la subida del río Forrahue durante junio del año 2014, dinero que fue empleado básicamente para comprar artículos de primera necesidad.

54 familias

quedaron fuera de la posibilidad de optar a beneficios por no ser propietarios de las casas o los terrenos afectados, o bien que las viviendas presentaban daños mínimos.