Propietarios de vehículos de la locomoción colectiva interurbana que cumple recorridos entre Osorno y La Costa manifestaron que el estado del camino al mar en el sector de Pampa Schilling es "desesperante" y sus máquinas están sometidas a un riesgo permanente de daño, con los gastos que ello involucra.
En general los eventos deportivos masivos llaman la atención de todo el mundo y son pocos los que logran abstraerse de este fenómeno, más aun siendo anfitriones como en esta ocasión, lo que impacta a muchos en su vida cotidiana. Todos queremos sentirnos ganadores y soñamos con los triunfos de nuestra selección, sin embargo, en este contexto es válido preguntarnos qué hacemos los padres y profesores al ver que la concentración de nuestros hijos y alumnos está lejos del estudio ¿Les afecta ver los partidos? La respuesta es definitivamente sí. Ahora bien, depende de qué hagamos desde la casa o desde los establecimientos educacionales con este fenómeno para que se convierta en un gran distractor o en un facilitador del aprendizaje. Hay un refrán popular que encaja perfectamente en esta perspectiva: "si no puedes con ellos, úneteles".
Para que el aprendizaje sea significativo, se deben asociar distintos contenidos con experiencias conocidas por los estudiantes y que le den sentido a la materia. No es difícil asociar este campeonato, desde sus múltiples perspectivas, a las distintas materias revisadas en el colegio: el conocimiento de nuestra propia cultura, de historia-geografía de las ciudades sedes, el impacto económico, como también una excelente oportunidad de enseñar valores y aprender incluso cómo asumir la frustración si es que los resultados no nos acompañan, etcétera.
El aprendizaje mirado de esta manera, podría convertir este campeonato en una gran oportunidad si lo usamos como un recurso pedagógico y aprovechamos la concentración de nuestros niños en este suceso. Por el contrario, si negamos su ocurrencia o lo incorporamos sólo como un recurso orientado a la entretención y no al proceso de enseñanza-aprendizaje, se convertirá en un verdadero distractor.
A partir de esta reflexión, hacemos una invitación a padres y profesores para usar esta Copa América como una verdadera oportunidad de hacer más significativo y entretenido el estudio e invitarles a transformar fenómenos como éste en un recurso pedagógico donde la globalización no esté sólo al servicio de la economía, sino también de la cultura y la educación. Necesitamos formar a niños y jóvenes creativos, flexibles e innovadores para enfrentar un mundo lleno de desafíos para este presente y futuro complejos, por tanto, también necesitamos mamás, papás y educadores más flexibles, más creativos y más innovadores.
Arturo Ayres
Al menos veinte casos de femicidios se han registrado durante lo que va del presente año en el país. El último de ellos, hace unos días, correspondió a una dueña de casa en la Región del Biobío, que fue ultimada por su esposo. De acuerdo con las estimaciones del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), cada año se registra un promedio de 40 femicidios en Chile.
El femicidio es la forma más extrema de la violencia contra las mujeres. Se debe a que en muchas culturas, incluida la chilena, todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la libertad y la vida de ellas mujeres. Este delito es castigado con condenas que pueden ir de quince años y un día de cárcel hasta el presidio perpetuo calificado.
La violencia intrafamiliar es una manifestación inhumana del abuso de poder del hombre sobre la mujer, llevando a su anulación y en ocasiones al asesinato.
En Chile, el 35,7% de las mujeres reconoce haber sufrido violencia durante su vida, lo que ha atentado su dignidad y en muchos casos ha destruido la familia.
Cuando se promulgó la ley 20.480, que castiga la violencia intrafamiliar, el número de femicidios tuvo una leve disminución, pero las cifras aún son significativas, lo que revela que falta mucho para lograr un cambio cultural. En 2014 se registraron 40 casos en Chile, la misma cantidad que en 2013, mientras en 2012 sumaron 34, en 2011 llegaron a 40 y a 49 en 2010, según cifras del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam).
En una sociedad con rasgos machistas como la nuestra, la mayor participación de la mujer en la sociedad y en el trabajo, genera en ocasiones focos de conflicto al interior de la familia, en especial cuando el marido fue formado según los cánones de un arraigado machismo. También es probable que influya un incremento desmedido en la cultura de la violencia o el repunte de los niveles de alcoholismo y de drogadicción que hacen perder todos los valores. Paralelamente, el machismo ha sido traspasado por generaciones y se contrapone a la idea de que tanto hombres como mujeres tienen igualdad de condiciones, y que deben ser capaces de complementarse para lograr juntos grandes proyectos.