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Tras cuatro años de espera erradican a 23 familias de un campamento

solución. El asentamiento Nueva Esperanza de Rahue Alto será cerrado y los habitantes recibirán el 15 de julio su casa propia en la villa Pisa Traiguén, camino a Misión Rahue, donde además serán beneficiadas otras 136 familias provenientes de comités de vivienda. Se trata

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Esilda Huequipan y sus tres hijos vivieron durante siete años el rigor del invierno, donde la lluvia y el frío muchas veces fueron el peor enemigo de su modesta vivienda emplazada en el campamento Nueva Esperanza del sector Rahue Alto.

La mujer siempre tuvo sólo un objetivo: tener una vivienda propia que le permitiera a ella y a su familia mejorar su calidad de vida. La mujer integra una de las 23 familias del asentamiento que el próximo 15 de julio recibirán las llaves de su casa propia y se trasladarán hasta el complejo habitacional Pisa Traiguén, ubicado camino a la Misión Rahue.

La nueva villa, que comenzó a ser construida durante la administración de Sebastián Piñera, además albergará a 136 familias provenientes de diferentes comités habitacionales de la ciudad.

Las viviendas sociales son las primeras entregadas desde junio de 2013 en Osorno, cuando 316 familias de clases vulnerables fueron beneficiadas en la villas Bicentenario I, II y III, cuyas obras se iniciaron a fines de noviembre de 2011 y demandaron una inversión de $3.831 millones.

Paralelo a la entrega de las casas el municipio iniciará el proceso de cierre del campamento para transformar los 5 mil metros cuadrados de terreno en un parque. La inversión a realizar será de 135 millones de pesos que traspasó el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) a la entidad edilicia.

Emociones encontradas

Para Esilda Huequipan, entregarle a sus hijos Raúl de 20 años, Héctor de 17 años y Estrellita de 7 años su casa propia donde puedan vivir relajados y sin pensar que los van a sacar en cualquier momento, es un sueño hecho realidad.

"Pero tengo sensaciones encontradas, ya que desarmar un proyecto de casa y vida que me ha acompañado por tantos años es un paso que para muchos puede ser mínimo pero las emociones que se viven son inexplicables", dijo la mujer.

La mediagua queda ubicada al final de una ladera de difícil acceso donde sólo es posible llegar caminado por una resbaladiza huella de tierra llena de barro.

Por esta misma razón uno de los principales cambios que ilusionan a Esilda y su familia es circular por calles pavimentadas y contar con un baño y una ducha con agua caliente, todo lo cual les hará dejar en el olvido años de sufrimiento.

"En los campamentos vive gente buena que lucha por mejorar su futuro día a día, pero que es marginada socialmente sin una explicación lógica. Tener una casa propia no sólo es cumplir un sueño, sino dar un ejemplo de vida que con esfuerzo y perseverancia los sueños más complejos se pueden lograr. Estoy simplemente feliz", manifestó.

Como el campamento será cerrado, la mediagua que albergó a la familia por tantos años será usada como leñera

"Esta mediagua también la compramos con esfuerzo pero es un paso hacia una nueva vida donde su última utilidad será calentar nuestro nuevo hogar", dijo.

Mirian Antriao también se trasladará a la nueva villa Pisa Traiguén el 15 de julio. La mujer, que es asesora del hogar y madre de Rose Marie de 16 años y Cintia de 9 años, vivió durante seis años en el campamento. Como debe irse, ya comenzó a regalar parte de sus cosas a familiares para llevar lo justo a su nueva morada.

"Esperamos mucho tiempo, pasaron tantas cosas, hasta perdimos la ilusión, pero todo eso valió la pena por saber que ya tenemos una casa propia y en un par de días más estaremos viviendo en ella", explicó la mujer.

Mirian también enfrenta emociones encontradas: por un lado alegría de terminar un ciclo de vida, pero pena por dejar su casa que levantó poco a poco y con la ayuda de muchas personas.

Además, desde su ventana se puede apreciar toda la belleza del paisaje sureño: una loma con abundante pasto verde y animales pastando por ellos.

Fin de la espera

Las 23 familias que viven en el campamento Nueva Esperanza han esperado la entrega de sus viviendas desde hace cuatro años, cuando les anunciaron que comenzaban a construir el proyecto Pisa Traiguén. Eso sí, la fecha de entrega del proyecto inicialmente era el segundo semestre de 2013, lo cual no sucedió.

Debido al retraso de las obras, el Serviu les ofreció la alternativa de otorgarles un subsidio de arriendo, lo cual fue rechazado por las familias que prefirieron esperar por su vivienda propia.

Cristina Azócar, presidenta del Comité, señaló que durante mucho tiempo las familias estuvieron preocupadas por los retrasos, pero que finalmente ya faltan sólo días para irse a sus propias viviendas.

"Estamos felices y agradecidos de toda la ayuda recibida para lograr materializar el proyecto. La gente ahora sólo espera que llegue el momento del traslado a Pisa Traiguén", explicó la dirigente.

Sobre el proceso de cierre del campamento, la dirigenta señaló que ese acuerdo está firmado desde el momento que comenzaron a trabajar por su casa propia. Explicó que ayudan en todo lo necesario al municipio para que los terrenos del asentamiento queden en óptimas condiciones.

dos y tres dormitorios

El proyecto contempla la entrega de 159 casas de dos pisos construidas en madera y emplazadas en un área que cuenta con equipamiento y áreas verdes.

Las casas tienen living comedor, cocina, baño y algunos modelos son de dos dormitorios y otras de tres, dependiendo el número de personas que conforma el grupo familiar.

A pesar de la entrega de estas viviendas, la falta de construcción de proyectos sociales en Osorno mantiene a más de 2.500 personas habitando en campamentos, siete mil en situación de allegados y aproximadamente 600 familias tienen un subsidio aprobado pero aún esperan el inicio de algún proyecto habitacional.

Iván Leonhardt, director regional del Serviu, destacó la entrega de estas viviendas, ya que es la primera señal concreta de apoyo a las familias de la comuna.

"El caso de Pisa Traiguén es un proyecto concreto que permitirá, entre otras cosas, erradicar a familias de todo un campamento y luego cerrar el asentamiento. Es un proyecto muy atractivo porque viene a integrarse al resto del barrio que ya existe en el área de Misión Rahue", explicó el director del Serviu.

El cierre del campamento está en manos del municipio local, entidad que facilitará camiones y personas para que las familias puedan trasladar sus pertenencias.

Además, el Plan Integral de Cierre de este asentamiento considera obras tales como el sellado de pozos negros y norias, desratización, retiro de escombros y el cierre perimetral del lugar.

El objetivo es desarrollar un parque en el sector y evitar así que nuevas familias lleguen al lugar para comenzar un nuevo asentamiento irregular.

159 viviendas

serán entregadas entre el 15 y 20 de julio a personas provenientes del campamento Nueva Esperanza y algunos comités de vivienda de la comuna.

2.500 personas

se estima que viven en los 19 campamentos que existen en Osorno y que están a la espera de algún proyecto de viviendas sociales.

130 millones de pesos

traspasó el Serviu al municipio local para desarrollar el Plan Integral de Cierre del asentamiento Nueva Esperanza y transformar el terreno en un parque urbano.