Sorpresa han generado las cifras reveladas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que dan cuenta de un aumento del 775% en la construcción de edificios con fines habitacionales durante el año 2014, respecto del año previo. De acuerdo al estudio, Osorno lideró junto a Macul las estadísticas de crecimiento de este tipo de edificaciones el año pasado.

La cifra refleja el explosivo crecimiento que ha tenido la edificación en altura en la ciudad, fenómeno que ya había sido detectado en informes previos de la Cámara Chilena de la Construcción.

De acuerdo al análisis realizado por la Unidad de Estudios de esa organización gremial, se concluye que efectivamente en 2014 existió un boom en la construcción de la edificación para vivienda en altura, el cual tuvo su peak durante el tercer trimestre y se volvió algo más lento en el cuarto trimestre.

Las obras se concentraron principalmente en el sector de Bellavista-Las Quemas, y el rango de precios osciló entre las 1.500 y las 7.000 UF por cada departamento.

En relación a este fenómeno, se debe destacar que de acuerdo a lo expresado por el ingeniero civil Carlos Cea, el suelo de Osorno presenta características como una alta concentración de áridos comprimidos, que unidos a la condición de la tierra generan una estabilidad superior para los edificios. Esto hace que sea ideal para construir en altura, ya que es un terreno resistente y no presenta gran cantidad de napas o vertientes subterráneas, como es el caso de otras ciudades cercanas.

Ahora bien, lo que sin duda representa una oportunidad de crecimiento para la ciudad, también debe ser considerado como un desafío en materia de planificación urbana, particularmente en virtud de las nuevas necesidades que implican mayores concentración de población para determinados puntos de la capital provincial.

En esa línea, adelantarse a eventuales problemas como el aumento del tráfico vehicular -fomentando, por ejemplo, la construcción de nuevas ciclovías- puede ser un camino necesario para reducir complicaciones en el futuro.

La sostenida caída de los recursos pesqueros ha afectado fuertemente a la pesca artesanal en Chile, lo cual alcanza especial relevancia en nuestra región que congrega la mayor parte de este sector en el país. La difícil situación económica amenaza a una actividad, que no sólo tiene alcance económico y social, sino también sobre la identidad que marca fuertemente la cultura de las comunidades de la zona costera de nuestro territorio. En esa perspectiva, las soluciones para que las miles de familias de las caletas accedan a mejor calidad de vida, deben considerar el respeto por la actividad, su arraigo a las zonas que han visto nacer sucesivas generaciones de pescadores y a su contribución cultural.

La pesca artesanal debe contar con nuevas oportunidades que le permitan superar la escasez de sus recursos fundamentales, abriéndose un nuevo tiempo para este sector, en el marco de su desarrollo económico. En primer lugar, los recursos de captura deben ser aprovechados con mayor agregación de valor, a través de plantas de procesamiento propias y comercialización directa o en convenios con terceros. Ya hay ejemplos de organizaciones que se encuentran vendiendo en el mercado nacional y aun en el extranjero con marcas propias y una diversidad de productos de gran aceptación.

Esas organizaciones se han apropiado de una fracción importante de la cadena de valor que antes era exclusivamente operada por intermediarios.

En segundo lugar, el sector debe diversificarse hacia actividades que le resultan naturales y que han sido parte de su vida, como el turismo y la gastronomía marina-costera. En este aspecto también hay ejemplos notables de desarrollo de circuitos de avistamiento de fauna marina y restaurantes costeros, operados por las propias organizaciones. Y el tercer aspecto, y no menos importante, se refiere a la optimización del aprovechamiento de sus áreas de manejo, que pueden ser empleadas para fines de repoblamiento y acuicultura de pequeña escala de recursos escasos y alto valor.

Pero, para que estos emprendimientos puedan ser realidad en el menor plazo posible, se requiere de un apoyo coordinado de los organismos de capacitación y fomento. Lo importante es dotar al sector de las herramientas para que, en el marco de la diversificación, el mayor valor agregado y el fortalecimiento de su recursos humanos, los pescadores y sus familias puedan aspirar a mejores días, como bien lo merecen quienes desarrollan una actividad de tanto riesgo y sacrificio.

Adolfo Alvial Muñoz