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Por tercera vez el obispo emérito de Ancud, Luis Ysern, le solicita a Juan Barros que renuncie a su cargo como máxima autoridad de la Diócesis de Osorno. Pero lo que más llamó la atención en esta ocasión es que lo hizo en una carta dirigida directamente al obispo Barros, donde le explica a lo largo de la misiva de tres carillas de extensión, que es necesario que dé un paso al costado antes que el Papa Francisco le solicite su salida.
La llegada del ex obispo castrense a la Diócesis de Osorno ha generado un fuerte movimiento que se opone a su figura como líder espiritual. El principal argumento de sus detractores apunta a su vínculo previo con el sacerdote Fernando Karadima, condenado por la justicia vaticana por abusos a menores.
Hermano Juan
Dentro de la carta dada a conocer públicamente este 31 de mayo, el obispo emérito lo llama "Querido Hermano Juan" diciéndole: "No veo que en Osorno se hayan abierto los caminos del diálogo y, siendo así, el sufrimiento de la gente sigue y el tuyo también. Repito, yo renunciaría. No lo digo por atacarte sino porque el sufrimiento que vives no lo queremos para nadie".
Esto, con clara alusión a las treinta velatones y cuatro marchas que se han realizado desde la ceremonia de toma de posesión el 21 de marzo a la fecha en Osorno. Dentro de la carta también se refiere a la designación papal dada a conocer el 10 de enero pasado.
"El Papa se mantuvo firme en el sentido de haber examinado con sinceridad tus antecedentes y no haber encontrado fundamento para no nombrarte como obispo de Osorno. El Papa fue muy valiente, yo lo admiro mucho. Pero considero que lo que no pudo darse cuenta el Papa es que en Chile hay diversas clases de víctimas de Karadima. Tú perteneces a una de esas clases y la misma Iglesia en Chile es una víctima de Karadima. Esto nos hace sufrir a todos y tú no puedes desconocer que perteneces a una de las diversas clases de víctimas. Esa marca la tienes y te acompañará donde vayas", dijo en el documento.
Renuncia
Según el religioso valenciano, algún día el Papa se dará cuenta de lo difícil que se ha transformado ser obispo de Osorno.
"Pienso que el día en que el Papa se dé cuenta de esto va a sufrir él y de una forma u otra va a sentir la necesidad de liberarte de Osorno y pedirte la renuncia. Como pienso esto, encuentro que sería mucho mejor presentar la renuncia antes que él llegue a pedirte que la presentes", escribió el religioso de Ancud, en Chiloé.
El obispo emérito Ysern planteó por primera vez la opción de la renuncia de Juan Barros días previos a la ceremonia de toma de posesión en marzo pasado, donde comentó "no es posible el ejercicio del ministerio de obispo en la situación existente en Osorno", y se restó de su venida a la ceremonia oficial que terminó con incidentes al interior de la catedral San Mateo.
La segunda vez fue en una entrevista radial en abril cuando reiteró sus palabras: "Juan Barros debe renunciar porque es innegable que existe división entre los fieles", manifestó.
En la misma oportunidad precisó que hay dos caminos para facilitar su salida de la diócesis osornina, primero utilizando el diálogo con el propio Barros para que él tome la decisión de dar un paso al costado.
La otra opción es solicitar al Papa Francisco que designe un visitador o una comisión que estudie la realidad local para verificar en terreno si hay motivos suficientes para que el mismo Papa le pida la renuncia.
Esta última propuesta fue adoptada por los dirigentes del Movimiento de Laicos de Osorno, que se oponen a Juan Barros, cuyos integrantes juntan firmas para solicitar un visitante papal en la ciudad.
Este medio contactó al Departamento de Comunicaciones del Obispado, donde se afirmó que monseñor Barros se excusó de entregar declaraciones sobre el tema