La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, rindió el jueves último su cuenta pública al Congreso Nacional y al país, en un ambiente político agitado. Ha dicho que para Chile ha sido un año complejo e intenso. "Es cierto que hemos tenido fallas y no las vamos a esconder bajo la alfombra. También la naturaleza ha golpeado fuerte, con terremotos, incendios, aluviones y erupciones", expresó.
La cuenta pública es una tradición que durante el siglo XIX se efectuaba el 1 de junio, pero desde 1926 comenzó a realizarse el día 21 de mayo y ha pasado a ser la oportunidad para que los gobiernos informen acerca de la marcha de la Nación. En consecuencia, este acontecimiento republicano debería estar por sobre las luchas partidistas y la guerrilla verbal.
Tal vez no fue un mensaje de muchos anuncios, sino más bien un repaso de lo realizado, pero hay que destacar el compromiso de gratuidad en la educación superior para 60% de los estudiantes más pobres, a partir de 2016. Agregó que hacia el fin de su presidencia, en 2018, el 70% del grupo más vulnerable de estudiantes gozará de gratuidad, para llegar a un 100% de la matrícula en 2020.
Luego del mensaje presidencial, diversos parlamentarios realizaron análisis y quedó la impresión de que hablaban de dos países distintos. La ciudadanía requiere que sus líderes políticos hagan evaluaciones razonables del cumplimiento de la gestión de éste o de cualquier otro gobierno, para que no quede la sensación de que es un país idílico o que -por el contrario- es una nación en caos. Es tiempo de que unos y otros mediten respecto de la bajísima valoración que tiene la actividad política y los políticos en general, en las encuestas de opinión pública y se acerquen más a las necesidades que plantea la gente, que con frecuencia no son las que expresan las cúpulas.
Chile debe mostrar unidad con el fin de enfrentar las necesidades, recordando que cuando la nación ha estado desunida no ha avanzado y -por el contrario- ha retrocedido.
El llamado es a enfrentar los desafíos con unidad. Es lo que corresponde. Al final de cuentas, a unos y otros nos interesa que Chile avance y no que retroceda.