Promover un cambio cultural en la provincia de Osorno que favorezca el desarrollo sustentable a través de la educación ambiental sin duda es un objetivo ambicioso, pero alcanzable y sobre todo necesario. La cultura muchas veces se asocia con ciertas manifestaciones artísticas como la pintura, la danza, el teatro; se habla de actividades culturales, pero éstas son solo una parte del concepto de cultura.
El término cultura, que proviene del latín cultus, que hace referencia al cultivo del espíritu humano y de sus facultades intelectuales.
En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura.
Para la Unesco, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.
Entonces, cuando nos referimos a la promoción de un cambio cultural que favorezca el desarrollo sustentable, estamos hablando de promover un cambio en las costumbres, las prácticas, los rituales, los valores y comportamientos que no son favorables para que el desarrollo de nuestra provincia se haga sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras.
Ahora respecto al concepto de desarrollo sustentable algunas precisiones.
Nuestro mundo hace ya varias décadas se globalizó, es decir, dejamos de vivir aislados y alejados de lo que ocurría en lugares lejanos geográfica, económica y culturalmente, esto debido principalmente a los avances tecnológicos y a la implantación de un modelo económico que promueve el intercambio comercial y una sociedad de consumo.
Esto sin duda trajo una serie de beneficios pero también una gran cantidad de problemas que se venían generando desde la revolución industrial hace ya un par de siglos, donde uno de los principales problemas es el deterioro del medio ambiente por la explotación a veces irracional de recursos naturales muchos de ellos no renovables, y una gran dependencia energética de combustibles derivados del petróleo. Esto genera una serie de desafíos, para cada uno de nosotros, para nuestros dirigentes y para nuestras autoridades.
Jacqueline Báez Águila