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Sector apícola también recibe duro golpe tras erupción del volcán Calbuco

Grave situación. Dueños de abejas cuentan que necesitan llevarlas a lugares más seguros ante el riesgo de que se mueran.
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vpereira@diariollanquihue.cl

Uno de los sectores que fue golpeado tras la erupción del volcán Calbuco fue el apícola, cuyos exponentes acusan la muerte de un número indeterminado de abejas. La causa principal es que consumen con polen con ceniza y con ello el polvillo "se va a las alitas".

Se estima que en total son más de 2 mil 500 las abejas que están complicadas porque no han podido ser sacadas tras la erupción.

Luis Cavada cuenta que encontraron muchas colmenas muertas durante los últimos días. Y por eso en Ralún buscan poder trasladarlas hacia otro sector o hacia algún terreno mucho más seguro de acuerdo a lo que conversaron con las autoridades, entre las que se cuenta el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien visitó el sector perteneciente a la comuna de Cochamó durante la jornada del sábado.

La Agrupación de Apicultores de Ralún que preside Carlos Parra se encuentra compuesta por 15 exponentes, quienes esperan poder contar con una solución a este problema que los tiene bastante complicados.

Este inconveniente se suma al que tienen con la locomoción, dado que la falta de combustible, al estar sin operar el centro ubicado en Ensenada, hace más complejo el momento que están viviendo producto que sus vehículos no pueden ser utilizados.

Los apicultores confían en el compromiso adoptado por Peñailillo, ya que quienes tienen el problema con las abejas también tienen otros animales que también corren peligro, producto de la ceniza.

En su relato Cavada cuenta que las abejas las adquirieron en el norte del país, donde un solo cajón les cuesta unos 50 mil pesos.

De cada uno de los cajones obtienen 30 kilos de miel para ser comercializada.

En estos momentos, tanto en Ralún como en Ensenada se encuentran proporcionándoles remedios a estos insectos. Tampoco las dejan que salgan y por ello estos apicultores realizan un trabajo de prevención en cada una de las cajas, de manera de evitar que se pierdan más.

Estas labores las realizan en cada una de las cajas donde reciben su alimentación de forma especial para evitar que salgan a tener contacto con la ceniza.

Nicolás Johnson es otro apicultor. Pertenece a la zona de Ensenada, donde tiene su punto de venta de miel. Sin embargo, las abejas las tenía en el sector de Lago Chapo, desde donde debió sacarlas porque se trata de uno de los puntos más complicados tras la erupción del volcán, producto de la destrucción a causa de esta catástrofe.

Si bien valora que pudo salir con prontitud desde Lago Chapo, relata que muchos de sus colegas aún se encuentran tratando de escapar, con sus animales, el lugar.

Ello, porque el que los puentes se encuentren cortados agrava aún más la situación. "Quedaron colmenas atrapadas en la ceniza".