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Hechos sorpresivos mejoran aprendizaje de las guaguas

Desarrollo. Las situaciones inesperadas harían que los bebés se comprometan más con el objeto explorado, según un estudio realizado por sicólogos.
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mgonzalezt@mediosregionales.cl

Taparse la cara y luego decir "¡Aquí está!" es un juego parental que suele hacer reír a los bebés, pero también podría tener un valioso potencial de aprendizaje para los más pequeños. Así lo sugiere un equipo de sicólogos de la Universidad John Hopkins, que encontró que los elementos o hechos sorpresivos ayudan a las guaguas a aprender de manera más eficiente.

"Los bebés siempre están tomando cosas, aprendiendo y observando el mundo", dijo Aimee Stahl, autora principal del estudio, al sitio Medical Daily.

"Una vez que ven algo que los sorprende, su compromiso con el objeto llega a su nivel máximo y su capacidad de aprendizaje mejora significativamente", agregó la sicóloga, quien cursa un doctorado en la universidad estadounidense.

El trabajo, publicado en la revista Science, se dividió en cuatro etapas y fue diseñado para evaluar la capacidad de aprendizaje de bebés de once meses.

A las guaguas que participaron en el estudio se les presentaron dos tipos de situaciones relacionadas con ciertos objetos, como una pelota o un auto de juguete: unas eran sorprendentes y otras eran predecibles.

Un grupo de bebés vio rodar una pelota por una rampa y detenerse en una pared que bloqueó su camino. Un segundo grupo, en tanto, vio la pelota rodar por la rampa, la que sorprendentemente, como por arte de magia, "traspasó" la pared. Los encargados del experimento colocaron un pedazo de cartón que impidió a los bebés ver el "truco", según se observa en un video difundido por la casa de estudios.

De acuerdo con los autores, los elementos de sorpresa proporcionan un impulso cerebral al bebé, quien siente mayor intriga por las posibilidades de lo inesperado. Así, las guaguas que presenciaron situaciones sorprendentes pudieron después aprender de manera más fácil y eficiente en comparación con los bebés que veían que la pelota rodaba como ellos esperaban.

En palabras de los investigadores, los pequeños usan lo que ya saben sobre el mundo para mejorar su aprendizaje y construirlo a partir de información que ellos creen que es confiable, como una pelota que cae debido a la gravedad.

Si algo está fuera de su gama de conocimientos básicos, el bebé se vuelve más comprometido con un objeto, debido a que el comportamiento sorpresivo de una pelota, por ejemplo, destaca en sus mentes como información nueva e importante.

Stahl cree que los adultos también pueden aprender de la misma forma. Sin embargo, señaló que se requerirán nuevas investigaciones para explorar cómo lo inesperado puede proporcionar experiencias de aprendizaje relevantes.

"Para los aprendices jóvenes, el mundo es un lugar increíblemente complejo lleno de estímulos dinámicos", aseveró Lisa Feigenson, otra de las autoras del estudio.

"¿Cómo saben los aprendices en qué enfocarse y aprender y qué ignorar? Nuestra investigación sugiere que las guaguas usan lo que ya saben del mundo para crear predicciones. Cuando estas predicciones han mostrado ser erróneas, los bebés usan esto como una oportunidad especial para aprender. Cuando los bebés se sorprenden, aprenden mucho mejor, como si aprovecharan la ocasión para intentar averiguar algo acerca de su mundo", sostuvo Feigenson, quien es académica de la Universidad John Hopkins.