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Beneficios del ejercicio en el embarazo se traspasan a los hijos

EE.UU. Un estudio encontró un vínculo entre la actividad física de las madres y un menor riesgo de enfermedades cardiacas en los descendientes.

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Las mujeres que se ejercitan durante el embarazo tienen menor riesgo de concebir hijos con enfermedades cardiacas, según encontró un estudio que va en línea con investigaciones anteriores que han mostrado los beneficios de hacer ejercicio en el periodo de gestación.

El trabajo científico, publicado en la revista Nature, se basa en la idea establecida por biólogos hace varios años de que el corazón es el primer órgano embrionario en desarrollarse, generalmente en las primeras diez semanas de concepción, permitiéndole a las madres escuchar los latidos de su hijo desde etapas del embarazo muy tempranas.

Sin embargo, por razones que no se comprenden a cabalidad, el desarrollo del corazón del feto a veces sufre problemas, llevando a defectos cardiacos congénitos. En EE.UU., donde se realizó el estudio, estos problemas se presentan en una de cada cien guaguas.

Las dificultades de corregir esos defectos se deben a que el corazón se desarrolla muy tempranamente. "El daño está hecho incluso antes de saber que comenzó", sostuvo Patrick Jay, profesor asociado de Pediatría de y Genética de la Universidad de Washington y supervisor del estudio, citado por The New York Times.

En ese escenario, científicos han estado buscando posibles alternativas de prevención de estos padecimientos, o formas de disminuir el riesgo.

La edad de la madre

Pese a esa certeza, los científicos no han podido establecer si es la edad de la madre o sus óvulos los que determinan este mayor riesgo.

Por ello, los académicos de la Universidad de Washington llevaron a cabo una serie de experimentos con el fin de analizar varios factores que podrían jugar un papel en este fenómeno. Los estudios fueron hechos en ratas.

Los investigadores primero estudiaron los ovarios y óvulos de varias ratas, tanto jóvenes como viejas. ¿La conclusión? La edad de óvulos y ovarios no repercutió en la probabilidad de tener hijos con enfermedades cardiacas.

Metabolismo

Los autores del estudio después se centraron en el metabolismo, sospechando que este factor sí podría tener alguna implicancia. Se sabe que el envejecimiento vuelve menos eficiente el metabolismo, por lo que los académicos se preguntaron si la disminución de la capacidad de las mujeres mayores para metabolizar las grasas y el azúcar podría afectar el útero, y por ende, el desarrollo del corazón fetal.

No obstante, cuando a las ratas mayores se les impuso una dieta alta en grasas, su riesgo de tener crías con problemas cardiacos se mantuvo y fue el mismo reportado por ratas que llevaron una dieta normal.

Frente a este resultado, los científicos se enfocaron en el ejercicio. A un grupo de ratas genéticamente predispuestas a concebir crías con problemas cardiacos se les instaló en sus jaulas una ruedas para que pudieran correr por varias semanas antes de quedar preñadas. En ese grupo había tanto roedores jóvenes como animales que bordeaban la menopausia. Otro grupo permaneció sedentario, a modo de grupo de control.

Cuando los animales dieron a luz, las ratas mayores que se ejercitaron tuvieron menos crías con problemas al corazón que aquellas que no corrieron. De hecho, el riesgo fue menor que el mostrado por ratas jóvenes.

Los científicos ignoran cómo este factor alteró la probabilidad de concebir hijos con padecimientos, pero sospechan que la actividad física causó cambios metabólicos en el útero.

A pesar de estos resultados, los responsables del estudio advirtieron que el rol jugado por el ejercicio puede no ser el único factor que incide en este menor riesgo de enfermedades cardiacas en los hijos. Además, recalcaron que el experimento se realizó en ratones, no en personas, y que no saben si ocurrirían los mismos cambios en las mujeres embarazadas que se ejercitan.

Como posible explicación de este hallazgo, el doctor Patrick Jay, supervisor del estudio, señaló que investigaciones anteriores han encontrado que el ejercicio cambia el funcionamiento de algunos genes y provoca la liberación de sustancias procedentes de los músculos y otras células. Estas sustancias pueden entrar al torrente sanguíneo de la madre y, probablemente, al feto, y podría ser beneficioso para el desarrollo de su corazón.

La NASA asegura que en diez años habrá indicios de vida en otros planetas

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La jefa científica de la NASA, Ellen Stofan, aseguró que el descubrimiento de vida en otros planetas y sectores del universo estaría más cerca de lo pensado, estimando que dentro de una década se podrían tener los primeros indicios.

"Creo que vamos a tener fuertes indicios de vida más allá de la Tierra dentro de una década, y creo que vamos tener evidencias definitivas dentro de 20 o 30 años", sostuvo Stofan durante una conferencia sobre los esfuerzos para avanzar en este campo. "Sabemos dónde mirar, sabemos cómo mirar. En la mayoría de los casos tenemos la tecnología y estamos en camino para implementarla. Y creo que definitivamente estamos avanzando", agregó.

John Grunsfeld, ex astronauta y administrador asociado de la directriz de ciencia de la agencia, apoyó las afirmaciones de Stofan indicando que "creo que estamos a una generación (de encontrar vida) en nuestro Sistema Solar, ya sea en una luna de hielo o en Marte, y a una generación de (encontrarla) en un planeta alrededor de una estrella cercana".

Actualmente la NASA trabaja en una serie de proyectos dedicados a estudiar la posibilidad de vida en ambientes cercanos, como Curiosity, el robot que explora Marte en búsqueda de signos que indiquen que en el pasado se pudo desarrollar vida en el planeta.

El futuro de la NASA también tiene este tema en mente, con la misión "Mars 2020", el sucesor de Curiosity, teniendo como objetivo la obtención de muestras de tierra marciana para enviarla de vuelta a nuestro planeta. Pero según Stefon, en el caso de Marte, se necesitará de un equipo humano en el planeta para tener conclusiones definitivas.

"Soy una geóloga de campo. Voy y rompo piedras y busco fósiles. Estas cosas son difíciles de encontrar. Así que tengo un sesgo de que eventualmente se va a necesitar tener humanos en la superficie de Marte (geólogos, astrobiólogos, químicos) buscando ahí buena evidencia de vida que podamos traer de vuelta a la Tierra para que los científicos la podamos discutir", indicó.

Una década

Dentro de una década habrá indicios de vida más allá de la Tierra, y en 20 o 30 años habrá evidencias definitivas, según la jefa científica de la NASA.

Marte

John Grunsfeld, otro funcionario de la NASA, dijo que estamos a una generación de hallar vida en el Sistema Solar, ya sea en una luna de hielo o en Marte.