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Líderes mundiales participan en marcha contra el terrorismo

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Mandatarios de diversos países marcharon ayer junto a miles de personas en una manifestación contra el terrorismo en Túnez, a dos semanas del ataque contra el Museo Nacional del Bardo que dejó 21 muertos, entre ellos 20 turistas extranjeros.

Según datos del Ministerio del Interior tunecino, recogidos por DPA, unos 20 mil manifestantes marcharon desde Bab Es-Saadoun, en el centro de la ciudad, hasta el museo que fue escenario del ataque el pasado 18 de marzo. Muchos ondeaban la bandera nacional y otros gritaban lemas como "Túnez libre, fuera el terrorismo".

A la marcha de tres kilómetros, rodeada de fuertes medidas de seguridad, se unieron líderes mundiales, entre ellos el Presidente francés, François Hollande, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el Presidente palestino, Mahmud Abbas.

También acudieron los líderes de Polonia y Gabón, así como el primer ministro argelino, Abdel-Malek Sellal, entre otros.

Por parte de Alemania acudió el ministro del Interior, Thomas de Maizière, que destacó ante la prensa que el atentado del 18 de marzo no fue sólo "un ataque contra la estabilidad de Túnez, sino una amenaza para la comunidad internacional".

Los dignatarios depositaron flores en un memorial instalado a la entrada del museo en recuerdo de las víctimas.

En un discurso al final de la manifestación, el Presidente de Túnez, Beji Caid Essibsi, hizo un llamado a la nación a permanecer unidos en la lucha contra el terrorismo.

"El pueblo tunecino ha demostrado que no se dejará intimidar por los terroristas. Túnez no estará sólo en enfrentar esa desgracia", manifestó.

Horas antes de la marcha, unidades especiales tunecinas abatieron a nueve islamistas en la sureña provincia de Kafsa, según informó ayer el Ministerio del Interior de Túnez, Habib Essid.

Las autoridades tunecinas llevan a cabo redadas en todo el país contra supuestos extremistas desde el ataque contra el museo, el más sangriento en más de una década, cuya autoría se adjudicó el Estado Islámico.

Piloto gritó al copiloto que abriera la "maldita puerta"

siniestro. El copiloto del vuelo estrellado en los Alpes franceses sufría de un Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).

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Más antecedentes sobre el copiloto que habría causado el siniestro del avión de Germanwings surgen a cinco días de la tragedia. Según informó ayer el diario alemán Bild, el piloto de la aeronave pidió desde fuera de la cabina a gritos a Andreas Lubitz que abriera "la maldita puerta", mientras intentaba derribarla, según se desprendió de las grabaciones de una de las cajas negras encontradas.

El medio además informó que todo indica que cuando el copiloto supuestamente ya había accionado el sistema de descenso, y los controladores aéreos franceses habían tratado a las 10.32 horas de contactar sin éxito con el avión, la grabación registra la señal de alarma automática por pérdida de altura.

Inmediatamente después en la grabación se escucha un fuerte golpe, como si alguien intentara abrir de una patada la puerta de la cabina, y la voz del capitán, Patrick Sondenheimer, que grita: "¡Por el amor de Dios, abre la puerta!", mientras en un segundo plano se oyen los gritos de los pasajeros.

A las 10.35, cuando el avión aún se encontraba a 7.000 metros de altura, la grabación registró "ruidos metálicos fuertes contra la puerta de la cabina" como si ésta fuera golpeada.

Unos 90 segundos más tarde, a 5.000 metros de altura, se activó una nueva alarma, y se escucha al piloto gritar: "¡Abre la maldita puerta!".

Dos minutos después se escucha la respiración del copiloto, que no responde ante los llamados desesperados del piloto de la nave. Los últimos audios registrados corresponden a los gritos de los pasajeros, justo cuando se escucha que el ala del avión toca la montaña.

En total es una hora y media de grabación, durante la cual se escucha a las 10.27 y a 11.600 metros al piloto del avión pidiéndole a Lubitz que vaya preparando el aterrizaje a Düsseldorf, a lo que el copiloto de 27 años respondió entre otras palabras con un "ojalá" y un "vamos a ver".

problemas sicológicos

Por otra parte, el diario Le Parisien afirmó ayer que Lubitz sufría de un Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) para el que le habían recetado un medicamento neuroléptico o antipsicótico.

Los médicos que le trataron, según relata el diario francés, le habían administrado inyecciones de Olanzapina y le habían recomendado que practicara mucho deporte para recuperar la confianza en sí mismo.

El copiloto también sufría también al parecer de problemas de sueño, para el que se le había prescrito Agomelatina.

La Fiscalía de Düsseldorf informó el viernes el hallazgo en su casa de documentos médicos rotos "que apuntan a una enfermedad y su correspondiente tratamiento médico".

El diario alemán Bild informó además ayer que Lubitz estaba siendo tratado por un posible desprendimiento de retina que le hacía temer el fin de su carrera como piloto. Aún se desconoce si el problema a la vista del copiloto de la aeronave siniestrada era originado por causas físicas o psicosomáticas. Pese a esto, el problema ponía en duda su capacidad para pilotar un avión, y probablemente en el próximo control médico de junio su empleador le habría prohibido volar en la cabina, afirmó el diario.