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El Concejo Municipal acordó pedir un informe a Gobernación sobre los incidentes ocurridos el sábado en la catedral durante la ceremonia de toma de posesión del obispo Juan Barros.
La solicitud fue planteada inicialmente el edil Juan Carlos Velásquez y tiene por objetivo aclarar la pertinencia de las medidas de seguridad al interior y exterior del templo durante la liturgia para ungir al nuevo obispo de la diócesis de Osorno.
La ceremonia realizada el sábado 21 desde las 11 de la mañana pasará a la historia por la protesta realizada al interior del templo católico más importante de la provincia.
El evento estuvo marcado por los contrastes: por un lado estaban las personas que disfrutaban y participaban de la liturgia de llegada del obispo de la diócesis; pero también se cuenta el ingreso de un grupo de manifestantes que cuestionaban la figura de Juan Barros, debido a su vínculo previo con el sacerdote Fernando Karadima, condenado por la Justicia vaticana en 2011 por abusos sexuales a menores.
Pertinencia
Durante la sesión del Concejo Municipal realizada la tarde de ayer, fue el concejal Juan Carlos Velásquez quien se refirió a los hechos ocurridos en la catedral durante su tiempo para plantear "puntos varios".
El edil precisó que es necesario aclarar las medidas de seguridad utilizadas y si fueron las adecuadas a las circunstancias. "Yo creo que la seguridad se les escapó un poco de las manos a Carabineros. Principalmente porque debieron haber resguardo más el exterior de la catedral. Se pudo conversar con los mismos líderes del movimiento laico al ver que llegaba tanta gente y la presencia al interior de policías de civil ayudó más a la confusión", explicó Velásquez.
Por lo mismo, espera que la Gobernación -que es el organismo encargado de coordinar la seguridad de las personas- entregue un informe sobre los protocolos aplicados.
Precisó que el Movimiento Laico que encabeza la oposición a Barros, y donde ha participado activamente, debe tener la capacidad de reaccionar y evitar situaciones como la del sábado. "No justifico lo ocurrido, no era lo que nosotros queríamos, no queremos rivalidad, pero mientras esté Juan Barros de obispo la gente seguirá manifestándose", dijo.
Opinión que fue compartida por el concejal Carlos Vargas (Indp.), quien señaló que nunca imaginó que tantas personas llegarían a oponerse a la llegada de Juan Barros, pero a su juicio el desborde se provocó porque los organizadores de la ceremonia no tuvieron las precauciones suficientes.
"Contaron con mucha presencia policial afuera y de civil adentro, pero en ningún momento protegieron a sus obispos. Debió existir mayor orden y seguridad para acompañar a los sacerdotes y obispos. Pero insisto, el gran responsable de lo ocurrido es la jerarquía de la Iglesia", comentó Vargas.
El concejal José Luis Muñoz precisó que efectivamente es necesario conocer detalles de la seguridad, no para buscar culpables sino para evitar que vuelvan a ocurrir hechos tan lamentables como los del sábado.
Seguridad ciudadana
El gobernador Gustavo Salvo señaló que existieron conversaciones y acuerdos con Carabineros y autoridades eclesiásticas para coordinar la seguridad durante la ceremonia. Precisó que eso incluía personal civil al interior y contingente policial en los alrededores.
"Que ingresaran personas que se oponen a Barros de esa forma a la catedral fue sorpresivo, porque suponíamos que todos los involucrados a favor y en contra era gente católica que respetaría una misa", argumentó.
De paso, sostuvo que ante este tipo de hechos le correspondía a las autoridades de la Iglesia solicitar medidas de seguridad mayores, como por ejemplo un desalojo de la catedral.
Precisó que van a conversar con los líderes del Movimiento Laico para que las futuras manifestaciones sean moderadas.
"Vamos a tener que evaluar más la situación que se vive hoy para garantizar la seguridad de todos los actores. No podemos dejar de entregarle seguridad por ejemplo al obispo Barros", argumentó el gobernador.
Detalló que es necesario que exista un cambio en el accionar de todos los involucrados para no repetir hechos tan lamentables como los del sábado en el templo católico.