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Tres parejas esperan su primer hijo gracias a fertilización asistida gratuita

Salud. Treinta parejas comenzaron el año pasado el programa desarrollado en el Hospital Base San José de Osorno. De ellas, ya hay varias mujeres que han conseguido embarazarse.

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"Todavía no puedo creer que esté embarazada; fueron años de lucha e incertidumbre. Pero cuando tenga a mi bebé en los brazos podré decir que cumplí mi sueño de ser madre". Con esas palabras describió Vonya Lagos Castro una de las tres mujeres que hoy está en etapa de gestación, lo que ha significado para ella el proceso del programa de fertilización asistida que desarrolla desde enero del 2014 en el Hospital Base San José de Osorno.

El tratamiento de fertilidad asistida aplicado es de baja complejidad, donde fundamentalmente se trata de inducción de la ovulación e inseminación intrauterina. Para implementar el programa el recinto realizó una inversión de doce millones de pesos en equipamiento especial y capacitación para los profesionales. El programa está a cargo de los ginecobstetra Sergio Ubilla y Pedro Ferrand.

Tema de pareja

Vonya Lagos, cumplió 12 semanas de embarazo y cuenta que desde los 22 años tuvo el deseo de ser madre pero nunca quedó embarazada, por lo que estuvo unos años resignada, eso hasta hace cinco años atrás cuando conoció a Alex Díaz de 35 años y tuvo la certeza que era el momento de formar una familia con el.

La mujer, de 32 años, explicó que nunca pensó que aquello que parecía tan simple para tantas parejas en su caso se transformaría en una situación estresante y frustrante, porque no lograba concebir un hijo.

"La situación era una mezcla de pena y ansiedad. Tanto fue que me enfermé del colón, mi pareja y mi familia me apoyaba pero es desgastante, además, gasté millones en médicos particulares sin ningún éxito", cuenta Vonya.

Estuvo durante siete años tomando medicamentos para regularizar su periodo menstrual. De hecho, el último médico que visitó le dijo que ya no podía hacer mucho más y la derivó al Hospital Base.

"El diagnóstico era infertilidad y que necesitaba una inseminación in vitro, procedimiento que es costoso y muy lejano de poder financiarlo", dijo la mujer.

En ese proceso de intentar gestar un bebé su pareja también se realizó múltiples exámenes para definir cual de los dos presentaba dificultades. Finalmente se precisó que era Vonya quien no tenía la capacidad de ovulación.

Alex, por su parte, explica que con Vonya por primera vez en su vida sintió la necesidad y el deseo de tener un hijo para consagrar la relación y el amor que se tienen. Por lo mismo siempre la apoyó y acompañó durante todo el proceso.

"Cuando llegamos al hospital y nos unimos al programa el año pasado y las cosas resultaron quise tomarlo con calma, aún no me quiero ilusionar hasta la siguiente ecografía y ver como está el bebé", detalla Alex.

Para la pareja poder ser parte del programa fue una bendición, ya que por primera vez se sometieron a un tratamiento con resultados positivos, donde el mayor costó asociado fue de dos mil pesos por unas pastillas. Además, recibieron contención sicológica para enfrentar el proceso.

"La gente que no se atreve a consultar por miedo y desinformación, pero existen muchas opciones y la que hoy ofrece el hospital es maravillosa y si bien nada te asegura un embarazo te brinda una opción tangible y real sin ningún costo", enfatizó Vonya.

Aumento en consultas

El programa comenzó a desarrollarse enero de 2014 gracias a una alianza entre el Ministerio de Salud y la organización Queremos ser Padres. Esto permitió que en los hospitales públicos se pudieran hacer tratamientos de infertilidad de baja complejidad con cobertura Fonasa.

Esto permitió generar una opción accesible a todos los beneficiarios de Fonasa ya que antes de este programa todos los costos asociados a algún tratamiento de infertilidad debían realizarse de forma particular.

Pedro Ferrand, uno de los ginecobstetras encargados del programa, explicó que hasta febrero de este año son 30 parejas las que se han realizado el procedimiento, logrando tres embarazos.

A ese número se suman unas 35 parejas que están en la etapa de preparación y evaluación para comenzar con el tratamiento.

Las parejas que se someten al tratamiento pasan por varias etapas de evaluación previas hasta llegar a la inseminación intrauterina. Por ejemplo, con medicamentos se induce la ovulación. Desde el día tres de menstruación hasta el día 10 ó 15 se hace la inseminación y pasados los siete días se realizan los exámenes para ver si se produjo la fertilización.

"En general lo que nosotros ofrecemos son tres inseminaciones, porque la tasa de éxito no mejora. Sabemos por los resultados previos que este tipo de tratamientos tiene un 80% de posibilidades de fracasar", explicó el profesional.

Preciso que el rango etario que presenta mayor número de infertilidad es entre 30 y 37 años siendo las principales causas ovulatorias, un factor masculino espermático no severo y un grupo grande de la población por causas no precisadas.

"Los tres embarazos actuales son un buen resultado al programa, pero será exitoso cuando la familia tenga un bebé en casa. Pero al menos tenemos algo que ofrecer en Osorno y eso es por sí sólo positivo", explicó Ferrand.

Explicó que las parejas se demoran en consultar dos o tres años, por lo mismo es necesario que la población entienda que se define como infertilidad cuando luego de doce meses intentando gestar un bebé no se tienen resultados positivos.

"El llamado es que las parejas se acerquen a los centros de salud y consulten, porque soluciones existen en el noventa por ciento de los casos. Y en eso trabajamos si es necesario los derivamos a Santiago, pero es necesario que ellos den el primer paso", puntualizó el médico.

Los requisitos para formar parte del programa son ambos miembros de la pareja beneficiarios de Fonasa, mujeres no mayores de 40 años y se privilegia a quienes no han tenido hijos previamente.

Los pacientes se canalizan a través de los Centros de Salud Familiar (Cesfam), la encargada del proceso es la matrona Soledad San Martín, quién precisó que cada día son más personas las que se acercan en busca de ayuda. "No tenemos listas de espera y todas las parejas llegan acá por interconsulta de sus centros de salud", dijo.

Un millón de pesos puede costar un tratamiento de inseminación intrauterina en clínicas privadas.

Medicamentos pueden llegar a superar los tres millones de pesos y la mayoría de los procedimientos son realizados en el sistema privado.

30

parejas se han realizado el tratamiento entre enero del 2014 y febrero del 2015.

30 a 37

años son las edades de las personas que consultan por problemas de infertilidad en la comuna.