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El quinto obispo de Osorno asume de una controversia que remece a en medio la Iglesia

Religión. La ceremonia de toma de posesión de monseñor Juan Barros Madrid, programada para las 11 horas en la Catedral, genera un inusitado interés en Chile y el mundo católico, debido al fuerte debate que provoca su vinculación previa con el sacerdote Fernando Karadima.

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Los ojos de Chile y del mundo católico estarán puestos hoy en la ceremonia que a partir de las 11 horas se realizará en la Iglesia Catedral de Osorno, donde monseñor Juan Barros Madrid asumirá como quinto obispo de la diócesis de Osorno, en medio de una controversia que remece a la Iglesia y que incluso alcanza al Papa Francisco.

El origen del intenso debate es la vinculación previa de monseñor Barros con el sacerdote Fernando Karadima, éste último condenado en 2011 por abusos sexuales a menores por la Justicia vaticana. El ex obispo castrense de Chile integró el círculo cercano del ex sacerdote de la Parroquia El Bosque de Santiago e incluso los denunciantes de Karadima lo acusan de haber sido encubridor de los hechos.

Al respecto, el lunes recién pasado el propio Barros respondió a través de una carta que "jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas. No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos".

EL NOMBRAMIENTO

A partir del nombramiento del obispo Barros -hecho público por la Iglesia el 10 de enero último- han surgido voces tanto entre sacerdotes como laicos y autoridades políticas que han criticado la decisión de la Iglesia. Durante las primeras semanas, uno de los focos de la queja estuvo puesto en los máximos representantes de la Iglesia en Chile y el presunto desconocimiento del Papa de los antecedentes del caso Karadima.

Sin embargo, una reunión entre el administrador apostólico de Osorno y arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí y el propio Pontífice el viernes 6 de marzo en el Vaticano, dejó de manifiesto que éste último conocía en detalle la inquietud que generaba la decisión en esta ciudad, así como incluso los detalles de las denuncias por el caso Karadima.

"El Papa Francisco me explicó que había analizado todos los antecedentes en relación al caso Karadima y que lo confirmaba (a Barros) en su nombramiento, a la vez que lo animaba a ser un buen pastor, muy preocupado de los pobres, humilde y sencillo", expresó a El Austral el arzobispo Chomalí a su regreso a Chile tras la reunión efectuada en Roma.

Frente al hecho, expertos y medios internacionales -como el periódico inglés The Guardian- han asegurado que el caso de Osorno "pone a prueba" el compromiso del Papa Francisco en relación a dar señales inequívocas de rechazo a los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.

En todo caso, frente a las peticiones para que el Papa solicite la renuncia a monseñor Barros, el experto vaticanista John Allen -especializado en la cobertura de la Iglesia Católica como corresponsal del National Catholic Reporter- respondió ayer al Diario La Segunda que "el Vaticano es notoria y claramente reacio a ceder a una campaña de presión contra un obispo, ya que establece un precedente".

Por ello, explicó que no es sorprendente que las cartas y manifestaciones de los osorninos no detuvieran la asunción de monseñor Barros.

En la misma línea, el editor de The Vatican Insider, Andrea Tornielli, expresó al mismo medio que "el nombramiento de un obispo no es irrevocable, pero delante tiene que haber una razón muy grave para que eso suceda (...) Pero éste no es un caso (el de Barros) para que Francisco pida su renuncia".

Ante el complejo escenario, la Nunciatura Apostólica confirmó el sábado 14 de marzo su "confianza y apoyo" al obispo Barros. A su vez, el miércoles recién pasado el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal, dio a conocer su "adhesión y obediencia" al Papa por el nombramiento, aunque en un escueto comunicado no hizo mención explícita a un respaldo a la figura de monseñor Juan Barros.

Uno de los hechos que ha llamado la atención esta semana es que no estarán presentes en la ceremonia de hoy las tres primeras jerarquías de la Conferencia Episcopal, el cardenal Ricardo Ezzati, el arzobispo Alejandro Goic y el obispo Cristián Contreras, secretario general de la entidad.

Sí lo hará el nuncio apostólico de Chile, Ivo Scapolo, quien presidirá la ceremonia como representante diplomático de la Santa Sede. También viajó a la ciudad el ex obispo de Osorno y arzobispo de La Serena, René Rebolledo Salinas.

En el caso de los líderes políticos de la provincia, 21 de ellos fueron consultados por El Austral de Osorno (entre los que se cuentan el intendente, gobernador, parlamentarios, alcaldes de las siete comunas y los concejales de la capital provincial), y sólo uno confirmó su presencia: el concejal UDI Víctor Bravo Chomalí, quien es primo del actual administrador apostólico, monseñor Fernando Chomalí.

HISTORIA DE LA DIÓCESIS

La diócesis de Osorno fue creada el 15 de noviembre de 1955 por el Papa Pío XII, mediante una bula en que se estableció que dejara de pertenecer a la diócesis de Ancud.

Su primer obispo fue Francisco Valdés Subercaseaux (1956-1982), quien pese a provenir de una familia acomodada, eligió vestir el hábito capuchino. Quienes lo conocieron, dicen que nunca más se sacó el cordel atado a su cintura y que la idea de tener alguna posesión material no era tema para él.

A los 22 años recibió el hábito que años atrás había visto vestir al Padre Tadeo, quien en Río Bueno, cuando Valdés era muy pequeño, le devolvió la salud a base de remedios naturales, luego de que los médicos lo habían desahuciado.

Tras recibir el hábito en Italia y permanecer allí algunos años, Valdés volvió a Chile en 1935, donde se desempeñó como profesor de filosofía y vicario parroquial. Luego, en 1943, fue nombrado párroco en Pucón, donde se mantuvo por 13 años. Allí era descrito como una persona de gran sencillez, humildad y santidad, que se desvelaba por las necesidades de su parroquia. También se destacó como escritor y tallador, pues se dedicó a reparar y edificar capillas, además construir el hospital que actualmente lleva su nombre y un Cristo enorme que se ubicó en la frontera con Argentina, con el fin de llamar a la unidad entre pueblos.

Ya nombrado como primer obispo de Osorno en 1956, Francisco Valdés ayudó personalmente a los afectados por el terremoto de 1960. En 1977 consagra la nueva catedral de la ciudad, que en gran parte es diseñada por él mismo tras lo ocurrido con el sismo de la década pasada. Un año más tarde media ante el Papa por el conflicto entre Chile y Argentina. En 1982 falleció en el hospital de Pucón, víctima de un cáncer gastrointestinal.

Impulso a la pastoral

Once meses después de la muerte del primer obispo de la diócesis de Osorno, Miguel Caviedes toma el 2 de enero de 1983 las riendas de un pueblo católico que aún mantenía con fuerza el recuerdo de monseñor Valdés. Aún así el reemplazante escogido por Juan Pablo II fue recibido con mucha alegría por el pueblo osornino. Fue párroco de Pichidegua y luego estuvo 11 años a cargo de la iglesia local.

En el proceso, un gran objetivo guió su ministerio: el de llegar a concretar una Iglesia con una pastoral orgánica, incorporando a más fieles a las actividades de la Iglesia local, así como nuevos diáconos y sacerdotes. Aun así, otra meta se encontraba presente y como él mismo decía "la mejor manera de cumplir este servicio, es ser un padre, un hermano y amigo".

A la vez Caviedes dio énfasis al trabajo con los pobres, a los jóvenes y a las familias, además de tener presente los derechos humanos. A pesar de ello y al momento de su retiro, siempre estimó que faltaron muchas cosas por hacer.

Entre sus logros durante su presencia en Osorno, se cuenta haber aumentado el número de ordenaciones, con un total de siete sacerdotes para la provincia.

foco en infraestructura

Con experiencias como obispo desde 1979, monseñor Alejandro Goic se hizo cargo de la diócesis local en 1994, enfocando su trabajo en la incorporación e integración de congregaciones religiosas.

Una de sus preocupaciones principales se concentró en dotar de una infraestructura adecuada a la diócesis local, así como a la ciudad. Objetivo que se concretó en la construcción del edificio San Mateo, con el fin de concentrar en un solo lugar central todas las dependencias del obispado. Esta obra fue inaugurada en 1999.

Otro ejemplo de su misión fue la construcción de la galería en la misma manzana, que conectó a distintas arterias urbanas del centro de la ciudad y así con otras obras tales como la nueva casa del obispo, la segunda etapa y capilla del convento de las Carmelitas Descalzas, el nuevo templo parroquial de San Pablo, la primera etapa de transformación del inmueble que posee el Hogar de Cristo, entre muchas otras.

A eso se sumó la creación de fundaciones de ayuda y la extensión de misiones religiosas a distintos puntos de la provincia, pero sobre todo en la costa, donde la pobreza estaba más presente. El 14 de agosto de 2003 Goic dejó su cargo para trasladarse a la diócesis de Rancagua como arzobispo, rol que mantiene hasta la actualidad.

Ordenación de obispo

El 19 de junio de 2004 fue una fecha muy especial para la iglesia local. Por primera vez desde que fuera creada la diócesis, un obispo era ordenado en la misma catedral osornina. Luego de asumir, monseñor Rebolledo está al tanto que sólo le resta un año para que la diócesis cumpliera sus bodas de oro desde que fue creada. Por lo mismo comienza a trabajar inmediatamente en la aproximación con los fieles y el fortalecimiento de los decanatos, con un trabajo de "cultura vocacional".

En otro ámbito, monseñor Rebolledo desarrolló un trabajo de remozamiento y terminación del templo Catedral. Se realizaron trabajos de una techumbre que el tiempo y el clima han deteriorado visiblemente. Por lo mismo gestiona con Codelco la instalación de planchas de cobre en la misma.

En su periodo se mandan a fabricar a España vitrales que son colocados al acceso del templo (además de mosaicos venecianos), los cuales hoy son un sello del templo.

Esta mañana, la diócesis comenzará a escribir un nuevo capítulo, pero esta vez muy alejado de la forma con que hasta ahora se habían vivido las ceremonias para recibir en la comunidad a un nuevo obispo.

Juan Barros Madrid nació en Santiago el 15 de julio de 1956 y fue alumno del Colegio San Ignacio El Bosque de Santiago. Luego estudió Filosofía y Teología en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago y obtuvo la Licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde también cursó algunos años Ingeniería comercial. El 29 de junio de 1984 fue ordenado sacerdote y desde un año antes se desempeñaba como secretario personal del cardenal Juan Francisco Fresno, arzobispo de Santiago, cargo que mantuvo hasta 1990. En abril de 1995 fue nombrado por el papa Juan Pablo II obispo auxiliar de la diócesis de Valparaíso y el 2000 fue enviado a la diócesis de Iquique. El 9 de octubre de 2004 fue nombrado obispo castrense de Chile, rol que desempeñó hasta el 10 de enero 2015, día en que fue nombrado obispo electo de Osorno.

El 15 de noviembre de 1955 el Papa Pío XII dictó una bula mediante la cual se creó la diócesis de Osorno. Previamente, la ciudad dependía del obispado de Ancud.

Francisco Valdés Subercaseaux fue el primer obispo de Osorno. Hoy es un Venerable Siervo de Dios y hay un proceso en curso para declararlo beato.

14 de diciembre

de 2013 el Papa nombró a René Rebolledo -hasta esa fecha obispo de Osorno- como arzobispo de La Serena y de esa forma dejó la diócesis que había liderado desde el año 2004.

10 de enero

de 2015 la Iglesia chilena dio a conocer la decisión del Papa de nombrar al obispo castrense de Chile Juan Barros Madrid como nuevo pastor diocesano de Osorno.

1 año

permaneció como administrador apostólico (sede vacante) de la diócesis de Osorno el arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomalí.