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"Un obispo tiene que traer paz y en este caso sólo ha generado discordia"

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"Sabemos que tenemos que obedecer y lo haremos, pero un nuevo obispo nos tiene que traer paz y en este caso no ha sido así, pues su nombramiento sólo ha generado discordia", afirmó el sacerdote de origen alemán radicado hace más de cuatro décadas en Osorno Peter Kliegel, quien fue el primer religioso en expresar su preocupación por las consecuencia de la designación de monseñor Juan Barros como nuevo obispo de la diócesis.

El religioso es Hijo Ilustre de la ciudad y reconocido en la comunidad local por ser uno de los más activos miembros del clero en materia de contribución social, con obras como la autoconstrucción de la población Maximiliano Kolbe y la Fundación Cristo Joven.

Ayer, Kliegel dio a conocer que redactó una nueva carta -ya había enviado dos previamente al nuncio apostólico Ivo Scapolo- donde aborda la situación, esta vez dirigida directamente al Papa Francisco.

En ella expresa al Pontífice que "la carga moral que el nombrado obispo lleva en sus hombros no le permitirá pastorear como autoridad máxima de una diócesis".

Agrega que "su figura contrasta abiertamente con la figura de nuestro primer obispo en camino de santidad, el venerable siervo de Dios Francisco Valdés Subercaseaux".

DOLOR Y Desilusión

-¿Qué lo motivó a escribir una nueva carta, esta vez al Papa?

-Soy un fiel católico y lo seguiré siendo, pero tengo que expresar mi dolor, mi desilusión y desconcierto frente a la actitud de mi iglesia, que no nos conversa desde adentro. Tenemos que ser respetuosos de nuestros superiores, pero contamos con un derecho humano y desde la fe a que se nos escuche. Nos ponen frente a hechos consumados y ante ellos hay que dialogar, pero hoy ya no vivimos con las estructuras de la Edad Media, sino que en una sociedad con estructuras nuevas, donde nuestros pastores, de acuerdo a las orientaciones pastorales en Chile, nos piden llevar nuestra vida pastoral con la cultura actual.

-¿Va a participar en la ceremonia del sábado donde el obispo Barros asumirá su cargo?

-No puedo participar, pero seré obediente. Y no puedo participar porque tengo que expresar de alguna manera lo que siento. Yo hablé con el obispo Barros cara a cara, en mi casa, con toda apertura y dignidad y le dije lo que percibo. No he trabajado nunca a escondidas, siempre he sido directo y por eso me atreví a enviar la carta al Papa, para hacer ver que nosotros, junto a él, queremos una Iglesia nueva; le manifesté que acepto su designación, pero con dolor. Insisto en que yo nunca he sido desobediente a la Iglesia, pero tengo el derecho a decir que no los comprendo.

-¿Hay más sacerdotes que hayan decidido no participar?

-Hay muchos.

-¿Cuántos?

-Son muchos, pero eso se verá el sábado. Lo que yo sé es que son muchos los que tienen el mismo dolor en su alma. Y no queremos que esto se interprete como un acto de protesta, si no que como una demostración de que no estamos conformes y que seremos obedientes con dolor. Estamos muy heridos y es un derecho decirlo también. Otros no lo ven así. Y eso también lo acepto, lo reconozco y lo respeto.

EL FUTURO

-¿Cómo ve el futuro de la diócesis?

-El futuro no podemos decirlo, pero ojalá que él nos gane con un proyecto pastoral, que nos acepte con nuestro dolor, ya que sabe de nuestras heridas. Nosotros tenemos que sanar las heridas que él ha causado sin estar presente. Y él ha causado heridas porque muchos no creen en lo que dice. Entonces, continuamente tenemos que justificarlo y lo hemos hecho con dolor. Lo que espero es que venga con un buen proyecto y que se haga creíble para que vivamos en una Iglesia en paz, así como hemos vivido durante todo este tiempo.

-¿Cuál cree que será la actitud que tomarán los feligreses luego que monseñor Barros asuma?

-Será nuestro trabajo que la Iglesia no se desuna. Será un trabajo largo, difícil y es nuestro papel. Hay heridas abiertas, por lo cual debemos pastorear. Así como el samaritano echó aceite y limpió con vino las heridas, ese será nuestro papel, pero el dolor lo tenemos presente y espero de que esto sea un hecho que despierte a nuestra Iglesia en Chile, que está perdiendo su cara por todos los escándalos que han sucedido. Que nos escuchemos un poco más, que dialoguemos también sobre el nombramiento. La estructura de la Iglesia es una estructura humana, no divina.

Paola Rojas Mendoza

22

de enero Peter Kliegel envía la primera carta al nuncio, en la que expresa su preocupación por el nombramiento.

18

de febrero suscribe una segunda misiva, esta vez junto a un grupo de 30 sacerdotes y diáconos locales.

Parlamentarios despliegan pancartas en el Congreso para protestar por nominación

molestia. Los diputados Sergio Ojeda y Fidel Espinoza participaron en la acción.
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Unos 15 diputados desplegaron ayer en el Congreso en Valparaíso pancartas contra la nominación de monseñor Juan Barros como nuevo obispo de Osorno, debido a su vinculación previa con el sacerdote Fernando Karadima y el impacto que ha generado en la ciudad el caso.

Entre ellos estuvo el diputado democratacristiano por el distrito 55, Sergio Ojeda, quien reiteró su rechazo a dicho nombramiento: "Los testimonios son tan evidentes como indesmentibles, Juan Carlos Cruz, Juan Andrés Murillo, James Hamilton y otros que no quisieron o no pudieron denunciar, fueron abusados por Karadima y se acusa a Barros de complicidad y encubrimiento; esto en base a hechos reales y concretos. Son entonces testigos presenciales los que hacen las imputaciones, por lo que no se puede estimar que sean invenciones", dijo.

Otro de los parlamentarios de la zona que participó de la manifestación fue Fidel Espinoza (PS), quien hace algunas semanas llevó personalmente una carta al Vaticano para protestar contra la designación.

Fue a través de su cuenta de Twitter que hizo sentir su rechazo: "En la sala protestando por una decisión indigna para el mundo católico del que me sentía parte. ¡No más!", escribió el parlamentario del distrito 56. "No a Barros como obispo de Osorno. Por nuestra dignidad. Abuso de poder de la Iglesia?", fue otro comentario.