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Nuncio Ivo Scapolo presidirá misa de recepción a obispo Juan Barros

Religión. Comisión local prepara la ceremonia donde participará el representante diplomático del Vaticano. En Santiago, en tanto, hubo una manifestación en rechazo a la decisión papal.

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Una hora y 20 minutos es el tiempo de duración establecido para la ceremonia de recepción del nuevo obispo de Osorno, monseñor Juan Barros Madrid, que se realizará el próximo sábado a partir de las 11 horas en la Catedral San Mateo y que será presidida por el principal representante de la Santa Sede en Chile, el nuncio apostólico Ivo Scapolo.

Según detalla el programa de la ceremonia religiosa, al cual tuvo acceso este medio, la actividad comenzará con la procesión del actual administrador apostólico de Osorno y arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomalí, junto al obispo Barros y el nuncio a través de la Iglesia Catedral. Luego, continuará con las palabras del nuevo obispo, mientras que el inicio litúrgico de la eucaristía lo realizará el arzobispo Chomalí.

El sacerdote Américo Vidal es quien lidera la comisión a cargo de la organización de la ceremonia y explicó que se trata de una actividad pública, por lo que toda la comunidad puede participar y no habrá un acceso restringido al principal templo católico de la ciudad.

La ceremonia considera también la lectura de la bula pontificia con la que el Papa Francisco designa a monseñor Juan Barros como nuevo obispo, la que será leída por el secretario canciller de la diócesis, el presbítero Enrique Hernández, mientras que la entrega del báculo y de la sede episcopal la realizará monseñor Fernando Chomalí.

La ceremonia además incluye la firma de un acta de inauguración del ministerio episcopal por parte del nuevo obispo Juan Barros.

Se prevé que la misa finalice pasado el mediodía con las palabras de monseñor Ivo Scapolo, que entregará un saludo y mensaje del Papa a la comunidad reunida en la catedral.

CONTROVERSIA

La actividad de asunción del nuevo obispo cobra un especial significado debido a los cuestionamientos que se han generado en las últimas semanas a quien fuera obispo castrense de Chile, por su vinculación previa con el sacerdote Fernando Karadima, condenado por la justicia vaticana por abusos sexuales a menores.

La decisión del Papa Francisco fue anunciada el 10 de enero a través de una publicación en el sitio web de la Iglesia Católica.

Y mientras en esa oportunidad hubo quienes valoraron la llegada de un nuevo líder católico para la zona después de la partida de monseñor René Rebolledo a la Arquidiócesis de La Serena, otros representantes de la Iglesia, políticos, laicos, así como las víctimas de Fernando Karadima, levantaron la voz en protesta a la nominación de Juan Barros.

Una de los cuestionamientos más fuertes surgió a las dos semanas, a través del sacerdote Pedro Kliegel, quien envió una carta al nuncio apostólico para pedir explicaciones respecto a la designación de Barros. Luego, en febrero, se sumaron otros 30 sacerdotes y diáconos locales, quienes también pidieron la renuncia del obispo electo.

En la vereda del frente, el párroco de la Catedral San Mateo, Bernhard Werth, aseguraba que "las cosas buenas necesitan su tiempo. Hemos esperado mucho y ahora se sabe que tenemos un sucesor de los obispos".

Parte del mundo político también ha hecho sentir su opinión cuando 51 parlamentarios, liderados por el diputado Fidel Espinoza (PS), hicieron llegar el 16 de febrero una carta al Vaticano en que pedían al Papa hacer una revisión de la nominación de Barros.

Otro hecho relevante fue la cita que sostuvo el arzobispo Fernando Chomalí con el Papa Francisco en Roma el viernes 6 de marzo. Anteayer, el propio administrador apostólico de Osorno reveló a El Austral que en la audiencia explicó detalladamente al Pontífice la situación de Osorno y que el Papa había respondido que "había analizado todos los antecedentes en relación al caso Karadima, y que lo confirmaba (a Barros)".

A esas situaciones, se le suma la realización de manifestaciones pacíficas frente a la Catedral San Mateo, encabezadas por la Organización de Laicos y Laicas de Osorno, quienes han mostrado su descontento con la llegada de Juan Barros y han asegurado que no se detendrán hasta conseguir su renuncia.

De hecho, para la ceremonia del sábado tienen planificada una manifestación consistente en llegar al acto vestidos de negro.

TRAYECTORIA

Monseñor Barros fue ordenado sacerdote en 1984 y un año antes se había convertido en secretario personal del cardenal Juan Francisco Fresno. Luego de su paso por las diócesis de Valparaíso e Iquique, en 2004 fue nombrado obispo castrense de Chile.

Las reacciones a su designación en Osorno se originan a raíz de que Barros es uno de los cuatro integrantes del Episcopado formados espiritualmente por el ex párroco de El Bosque Fernando Karadima, motivo por el cual tuvo que prestar declaraciones en 2011 en el marco de la investigación de la ministra en visita Jessica González, por los abusos cometidos por el sacerdote.

En todo caso, en una carta difundida el lunes último, monseñor Juan Barros condenó los abusos de los cuales fue acusado Karadima y negó de forma categórica haberlo encubierto, ya que aseguró incluso no haber conocido de las acusaciones.

Sus declaraciones también generaron reacciones contrapuestas en las horas siguientes.

Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes del sacerdote Karadima, restó credibilidad a sus argumentos y sostuvo ayer que "todo lo que dice es falso, porque él estaba presente cuando los abusos pasaban y que ahora se venga a hacer el que nunca vio nada es una mentira absoluta".

En cuanto a la cita de Fernando Chomalí con el Papa, Cruz detalló que luego de ocurrida habló con el arzobispo vía telefónica y que éste le comentó que el Papa había reconocido tener antecedentes de los relatos de las víctimas de Karadima.

"El Papa, sabiendo quien era yo y mi historia, lo ratificó (a Barros) lo que me parece absolutamente doloroso y lamentable y me da pena porque él dice una cosa y hace otra. Es otra bofetada de la Iglesia", dijo Cruz.

Ayer en la Catedral Metropolitana, la Organización de Laicos y Laicas de Osorno, representada por su vocero Juan Carlos Claret, se reunió con integrantes de diferentes parroquias de la zona, quienes solidarizan con la situación de Osorno, ya que en algunos casos también han debido estar bajo el alero de discípulos del sacerdote Karadima.

El grupo se manifestó con pancartas y gritos de rechazo a la nominación de Barros en las afueras de la Catedral Metropolitana de Santiago.

Juan Carlos Claret afirmó que el objetivo se cumplió, ya que generó interés de medios de comunicación y de una gran cantidad de habitantes capitalinos que se acercaron para informarse de la situación que ocurre en Osorno.

QUINTO OBISPO

La ceremonia del sábado marcará la asunción del quinto obispo de la diócesis de Osorno.

La anterior fue el 20 de junio de 2004, cuando más de dos mil feligreses llegaron a dar la bienvenida a monseñor René Rebolledo, quien lideró a la iglesia Católica en Osorno hasta diciembre de 2013.

En aquella ocasión la ceremonia se extendió por casi tres horas y la eucaristía fue presidida por el cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Francisco Javier Errázuriz. Además, asistieron el anterior obispo de Osorno, Alejandro Goic, entre otros sacerdotes.

Después de la celebración de la misa el nuevo obispo salió a la calle a saludar a la comunidad.

El arzobispo de Concepción y administrador apostólico en Osorno, Fernando Chomalí, se reunió el 6 de marzo con el Papa Francisco.

En la audiencia realizada en El Vaticano el arzobispo chileno le entregó todos los detalles de la oposición generada en Osorno a la llegada del obispo Barros.

14 de diciembre

El Papa nombra a René Rebolledo como arzobispo de La Serena. El prelado estuvo a cargo de la Diócesis de Osorno desde 2004 a la fecha.

10 de enero

de 2015 la Iglesia da a conocer la decisión del Papa Francisco de nombrar al hasta esa fecha obispo castrense de Chile, Juan Barros Madrid, como obispo electo de Osorno.

16 de marzo

el obispo Barros envía una carta a la comunidad católica osornina donde condena los abusos a menores cometidos por Fernando Karadima y niega haber sido su encubridor.