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Barros condena abusos a menores y niega haber encubierto a Karadima

Religión. El nuevo obispo de Osorno respondió por primera vez a los cuestionamientos tras su designación. El superior de los Sagrados Corazones en Chile pidió la renuncia de Barros al cargo.
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Su categórica condena a los abusos a menores cometidos por el sacerdote Fernando Karadima y el rechazo a una eventual vinculación en el encubrimiento de esos episodios, expresó ayer el obispo electo de Osorno, monseñor Juan Barros Madrid, en un comunicado donde por primera vez se refirió públicamente a las denuncias formuladas en su contra tras conocerse su nominación como líder de la Iglesia Católica en esta provincia.

Sus declaraciones se conocieron en la misma jornada en que el administrador apostólico de Osorno, monseñor Fernando Chomalí, confirmó a El Austral que entregó al Papa Francisco todos los antecedentes del rechazo que ha provocado la designación de Barros, en una reservada cita que se efectuó el viernes 6 de marzo en el Vaticano (ver detalles en página 4).

Además, la carta de Barros se hizo pública pocas horas después de que se conociera una misiva del Superior Provincial de la Congregación Sagrados Corazones en Chile, Alex Vigueras, quien instó a monseñor Barros a renunciar a su designación, ya que según estima, "su nombramiento no está en sintonía con la tolerancia cero que está queriendo instalar la Iglesia".

LAS AFIRMACIONES

En la carta suscrita por monseñor Barros, dirigida a los sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y fieles de la diócesis de Osorno, el obispo que asumirá su nuevo rol el próximo sábado 21 se desmarcó completamente de los abusos a menores por los cuales el sacerdote de El Bosque Fernando Karadima fue condenado en febrero de 2011 por la justicia vaticana a "una vida de oración y penitencia".

Monseñor Barros aseveró que "siendo Secretario del Cardenal Juan Francisco Fresno, jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca de aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas. No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos. Hubo una investigación exhaustiva por instancias competentes civiles y eclesiásticas para discernir las responsabilidades y sanciones".

De esta forma, el obispo reiteró lo que ya había señalado en 2011, luego que el denunciante de Fernando Karadima, James Hamilton, lo acusara de haber estado presente en el momento en que el cardenal Fresno habría roto una carta donde se pedía investigar hechos que ocurrían en la parroquia de El Bosque, en la capital.

"En las declaraciones se habla de una carta dirigida a monseñor Fresno y de una persona que habría señalado que ese documento se había desechado y roto. De esto yo jamás tuve conocimiento", afirmó en esa oportunidad a la prensa.

En la misiva difundida ayer, el obispo Barros enfatizó también en su reprobación a los actos de Karadima: "He adherido plenamente a la sentencia condenatoria de la Congregación para la Doctrina de la Fe al sacerdote Karadima. Como tantos jóvenes y familias, yo llegué a participar a la Parroquia del Sagrado Corazón en tiempos hermosos de espiritualidad y apostolado, pero terminé defraudado por este sacerdote y condeno absolutamente los delitos por él cometidos. El daño que ha causado es enorme".

Frente a estos dichos, James Hamilton, denunciante de Fernando Karadima expresó su molestia, pues aseguró que "al decir que nunca vio nada, pareciera que nunca estuvo en El Bosque. Después de todos los testimonios, testigos y el juicio donde él está involucrado".

Añadió que "él (Barros) llevó una comitiva a tratar de persuadir al Papa de su investigación contra Karadima, hizo todo el lobby en la Conferencia Episcopal, lo protegió, y además era quien Karadima utilizaba para protegerse y actuar contra personas disonantes en la Iglesia. Es una vergüenza; al escribir esa carta lo único que hace es confirmar lo reprobable de su conducta y la cero empatía con lo que es la justicia y la verdad", sostuvo Hamilton.

retiro y cita con el PAPA

El documento difundido ayer dio cuenta del retiro espiritual que el obispo Barros realizó durante algunas semanas de enero y febrero, acogido por una comunidad de padres jesuitas. Esta práctica es habitual entre quienes fueron formados en la espiritualidad ignaciana, como es el caso del propio Barros, quien es ex alumno del Colegio San Ignacio El Bosque de Santiago.

Además, el obispo reveló que a fines de febrero se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano. "Me animó para asumir este nuevo encargo pastoral con humildad y generosidad, sirviendo en nombre de Jesucristo al pueblo de Dios en Osorno, especialmente a los más pobres", dijo, en relación al motivo de ese encuentro.

Sobre las críticas que ha recibido tras conocerse su nominación en la diócesis por parte de otros sacerdotes locales, políticos y laicos de esta comunidad, recalcó que "llevo más de treinta años de sacerdote y casi veinte de obispo, y mucha gente me ha conocido en distintas parroquias y diócesis con un feliz ministerio".

En la carta, también tuvo palabras para los denunciantes del caso Karadima. Planteó que "me duele profundamente el hondo dolor que por largos años les sigue afectando a las víctimas. Y reitero junto a toda la Iglesia que no hay lugar en el sacerdocio para quienes cometen estos abusos, y que la prevención y la promoción del buen trato deben ser un pilar de nuestro caminar eclesial".

Y aunque aseguró que tanto en público como en privado ha expresado su rechazo a los hechos, también hizo una autocrítica sobre la forma en que ha enfrentado los cuestionamientos de los últimos dos meses. "Por las limitaciones que como toda persona yo tengo, si no he sabido o no he podido expresar bien mi posición ante estos hechos tan penosos y complejos, pido humildemente que me disculpen", manifestó.

El obispo lamentó también el "desconcierto" producido por estos hechos en la zona aunque añadió que "confío en que al conocernos y trabajar juntos por la comunidad de Osorno podamos todos ir creciendo con la serena unidad en nuestra tan alegre tarea evangelizadora".

Las críticas

Desde el 10 de enero, cuando la Iglesia informó de la designación, han surgido críticas de diferentes sectores a la determinación. Entre éstas, se cuenta por ejemplo una misiva enviada el 18 de febrero por el sacerdote Pedro Kliegel al nuncio apostólico en Chile, Ivo Scapolo, donde junto a una treintena de firmantes -entre sacerdotes y diáconos- solicitan la renuncia de Juan Barros a su nominación. Adicionalmente, dos días antes el diputado (PS) Fidel Espinoza había entregado una carta en el Vaticano dirigida al Papa Francisco, la cual fue firmada por 51 parlamentarios chilenos, en la que piden al Pontífice revisar la designación.

Por otra parte, un grupo de laicos ha organizado diversos actos de protesta, entre ellos varias velatones en el frontis de la Catedral, donde han dado cuenta de su malestar y preocupación por la llegada del obispo Barros.

Ayer, en tanto, fue el Superior Provincial de los Sagrados Corazones en Chile, Alex Vigueras, quien sorprendió con una editorial publicada en el sitio web de la congregación, donde pidió explícitamente la renuncia de monseñor Barros a su cargo.

"Un potente signo de comunión eclesial sería que el obispo renunciase, en virtud de lo señalado en el canon 401,2 del Código de Derecho Canónico: Se ruega encarecidamente al obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo", planteó.

El sacerdote añadió que el nombramiento de monseñor Juan Barros como obispo de Osorno los ha dejado "perplejos" y apuntó que "no se tomó suficientemente en cuenta el hecho de que se le haya comprometido en las acusaciones de abusos realizadas en contra de Fernando Karadima".

Asimismo, el representante de la congregación señaló que la decisión "parece haber sido llevada adelante en solitario por el nuncio apostólico, sin el respaldo de la mayoría de los obispos de Chile".

Monseñor Juan Barros asumirá oficialmente su cargo en Osorno en una ceremonia que está programada para el próximo sábado 21 a las 11 horas en la Catedral San Mateo.